Aislamiento con mi Tía y Primas 01

heranlu

Veterano
Registrado
Ago 31, 2007
Mensajes
5,327
Likes Recibidos
2,361
Puntos
113
 
 
 
Una semana antes que en Argentina decidan imponer el cierre total mi vida era espectacular. Vivía en mi departamento mono ambiente cursaba el tercer año de la carrera de Ingeniería, iba al gimnasio todos los días a entrenar, tenía dos o tres amigas con quien compartíamos noches y diversión. Tengo 26 años, mido 1.80 metros y por tanto gimnasio muy buen físico. Mi familia más cercana son una tía y dos primas que viven en un country de los alrededores. Muchos fines de semana, sobre todo en verano los paso con ellas.

Cuando avisaron del confinamiento, mi tía me llamó de inmediato:

“Tono, ¿Qué vas a hacer, con quien vas a estar?”

“Solo Tía, la verdad que no pensé nada, esto es una locura.”

“Si, totalmente. Pensalo y antes de quédate solo veni para para casa. O mejor, avísame, y te paso a buscar con la camioneta para cargar tu cosas.”

“Dale tía. Te aviso.”

Por más que pensaba o hablaba con amigos, no podía cerrar con nadie para pasar juntos ese tiempo. Me decidí y llamé a mi tía que me pasó a buscar.

Por suerte la casa era muy amplia y cómoda. Tenía mi habitación súper grande, con baño privado como todas las de la casa. A la tarde llegaron mis primas de la facultad. Con ellas la relación fue muy buena, éramos compinches, amigos, más de amigos que de primos.

“Tono, esta es tu casa, movete de esa forma.” Dijo mi tía.

“Gracias tía, sos una genia.”

“Tono, me haces sentir mal con lo de “Tía” tengo 40 años, y me haces sentir vieja.”

“Dale, si, de vieja no tenes nada.” Dije.

La verdad es que nunca la había visto como mujer, siempre como “la Tía”. Ella era divorciada, abogada exitosa, y según me habían contado Lia y Caro, sabían que de vez en cuando salía con algún amigo, aunque nunca los había traído a la casa. Estaba en mi cuarto, con la puerta abierta y Lia vino a invitarme a tomar mate en el parque de la casa.

“Cuenten, que es de sus vidas, novios, chongos, en que andan.” Pregunté

“Nada serio, uno que otro chongo.” Dijo Lia.

“Yo, con novio, pero no muy en serio.” Dijo Caro.

Las dos son lindas, sin ser espectaculares. No muy altas, buenos cuerpos aunque Caro un poquito ancha de caderas. Lia en cambio, flaca, pechos pequeños lo mismo que su cola. Me habían contado que a las dos les gusta mucho el sexo, que lo disfrutan mucho.

“Si esto dura 15 días como dicen bueno, pero si se alarga, se va a poner pesada la cosa.” Dijo Lia.

“¿A qué te referís?” Pregunté.

“Sexo nene, sexo. Quince días con una pajita se banca, pero más… Hasta a vos te voy a ver con buenos ojos.”

“Sos una hija de puta.” Dije riéndome.

“Si, dice eso, pero bien que en el verano se hizo más de una cuando viniste a la pileta. Ella me lo contó.” Dijo Caro.

“Basura, bien que fue porque te encontré dándote y me dijiste que era por como le marcaba la malla.” Dijo Lia.

En ese momento vino Andrea, mi tía:

“¿De que charlan, se puede?”

“Si Ma, claro. Hablábamos de que si sigue el confinamiento, hasta Tono va a ser lindo para darle.”

“Lia, me encanta lo femenina que sos para hablar.”

“Si es cierto, esta fuerte y por lo que vimos a través de la malla en el verano, está bien dotado. La verdad vieja, ¿Después de un mes sin ir a “jugar canasta” con tus amigas, no le darías?”

“Prefiero no haber escuchado esa pregunta.” Dijo Andrea.

“Dale, jugate. ¿O te compraste algún juguetito como Caro?” Dijo Lia.

“No, no compre ningún juguetito.”

“Tono, fijate como evade contestar. Esta te baja caña en una semana como mucho. Espero que tengas resistencia porque dicen que las veteranas son tremendas.” Dijo Caro.

“Chicas, basta.” Dijo Andrea y se fue a la casa.

“Son malas, la pusieron bien incomoda.” Dije.

“Pero no dijo que no.” Dijo Lia.

Al día siguiente, Andrea me pidió que la acompañe a comprar al Súper, y a una casa de computación aprovechando que faltaban dos días para el cierre. Primero fuimos al mercado, yo iba con el carro y ella adelante buscando las cosas. Estaba vestida con una camisa, una pollera corta que no llegaba a ser mini, pero estaba cerca. Estaba pensando que buen cuerpo tenía y no me di cuenta que me estaba mirando.

“Tono, te colgaste con algo.” Dijo Andrea sonriendo.

“Perdón, si no me di cuenta.” Dije poniéndome colorado.

A partir de ese momento, sus movimientos se hicieron sexys. Salimos del super y estábamos guardando las cosas en la camioneta cuando sin querer le roce el culo con mi mano. Ella me miró y sonrió. Subimos al auto y me pidió que maneje. Se sentó casi de costado mirándome.

“¿Pasa algo Andrea?”

“No, Tono, nada.” Me dijo con una sonrisa.

Íbamos por la avenida cuando vi un hotel alojamiento. Sin decir nada entre. Ella no dijo nada, solo se acomodó en el asiento. Entramos a la habitación y ella de inmediato me bajó los pantalones y me empezó a chupar la pija. Estuvo un rato y mientras se fue sacando la ropa. Se acostó y abrió las piernas. Empecé a chupar su concha y meterle dedos, ella gemía como loca, estaba totalmente mojada.

“Tono, tenes una pija hermosa y chupas como los dioses.” Me dijo. Tuvo un orgasmo y fui metiéndole la pija de a poco en su concha que para mi sorpresa era estrecha. Ella se quejó apenas pero empezó a apretar sus tetas.

Fui aumentando mi velocidad, ella gemía y apretaba las sabanas. Tuvo un nuevo orgasmo y me pidió ponerse en cuatro.

“Así, cogeme así.” Dijo caliente mientras se acariciaba el clítoris.

Su culo era hermoso, más lindo que el de las hijas. Yo entraba y salía cada vez más rápido. Su orto me llamaba, lo escupí y ella se estremeció. Fui metiendo un par de dedos y ella resoplaba y gemía.

“Ahora sí que me volviste casi totalmente loca. Solo faltaría que me des un chirlo en el culo.” Dijo mirándome.

Le hice caso, y le di un buen chirlo. Ella se puso loca, yo me quedé quieto, y ella se movía con todo. Otro chirlo y gritaba como una buena puta. Pude sentir su orgasmo y se dejó caer en la cama.

Saque la pija y me puse a su lado masturbándome. Ella abrió la boca y se tragó toda mi acabada para luego chuparla un poco.

“Ni se te ocurra contarle a tu madre. Me mata si se entera que me cogí a su bebe.” Dijo riendo.

“Y a mí por cogerme a la hermana.” Conteste.

Nos vestimos y seguimos con las compras.

Cuando volvimos a la casa mis primas estaban extrañamente sonrientes. Ayudaron a bajar las cosas y mientras acomodábamos Lia se me acercó y me preguntó:

“¿Lindo el polvo con mi vieja? Y no te molestes en negarlo, active el localizador del teléfono porque se demoraban y adivina donde marcaba que estaban.” Dijo sonriendo.

“Muy lindo.” Dije.

“Pues esta noche vas a saber cómo me gusta que me cojan.” Me dijo sonriendo
“Ni se te ocurra contarle a tu madre. Me mata si se entera que me cogí a su bebe.” Dijo riendo.

“Y a mí por cogerme a la hermana.” Conteste.

Almorzamos en los cuatro, y a la tarde me tiré en el pasto a leer un libro de la facultad. Al rato se acercó Caro.

“Me contó Lia que te agarró mi vieja.” Dijo.

“En realidad yo manejaba y entre directo al hotel.”

“Ah, vas al frente.”

“Y en tu caso, por atrás también iría.” Dije para ver su reacción.

“Eso espero.” Dijo y fue a la casa.

Al atardecer fui a la cocina a tomar un café y apareció Andrea.

“Lindo polvo me echaste, pero la próxima mando yo.” Dijo y se sentó a tomar un café conmigo.

“¿Sabes que te geolocalizaron el teléfono cuando salimos?”

“Pendejas hijas de puta, o sea mías. Que turras.” Dijo sonriendo.

Después de cenar, nos quedamos mirando tele y cuando me fui a acostar Lia me siguió. Sin cuidarse para nada, entró a mi cuarto, se desnudó y se metió en mi cama. Yo me desnudé y cuando me metía en la cama ella dijo:

“Eso no es humano. Houston, estamos en problemas.”

Sin esperar se puso a masturbarme y chupar mi pija. Se puso de rodillas dejando que vea su conchita y su orto. Luego se metió dos dedos en la concha, sin parar de chupar. Me levante un poco para apoyar mi espalda en el respaldo de la cama. Tome su cabeza por los cabellos y manejaba el ritmo de la chupada. Sin soltarla, acaricie su clítoris y pase la mano por la vagina que estaba totalmente empapada. Le metí dos dedos sumándolos a los suyos.

Chupaba como loca, y al mismo ritmo movíamos los dedos. Tuvo un orgasmo intenso y no paraba de chupar. Otro orgasmo y saque mis dedos para apoyarle uno en el culo. Ella movió la cabeza y la levanté para que hable.

“Ni se te ocurra.” Me dijo. Hice que la vuelva a chupar, y tome sus dedos y los llevé a su ano. Tuvo un momento de duda y empezó a masajearlo. Aunque la tenía tomada del pelo, ella era la que decidía que hacer con la boca. Apoye mi mano sobre los dedos que tenía en el culo y ella sola se enterró un dedo. Sacó la pija de su boca y gimió. Empezó a moverlo y volvió a chupar. Metió un segundo dedo y entro fácil.

“Cogeme hijo de puta.” Dijo.

“No, vos me estas cogiendo muy lindo con tu boca. Y tengo una vista espectacular.”

“Cerdo. Cogeme.”

Me puse de pie en la cama, y le agarre la cabeza con ambas manos y le metí la pija en la boca.

“Te voy a coger la boca, quiero gozar esa boca bien puta.”

Ella bajó sus manos y por los movimientos se masturbaba por ambos lados. Fui aumentando la velocidad y la profundidad que la metía. Ella tenía algunas arcadas, pero sus manos se movían frenéticamente. Acabe dentro de su boca y ella se esmeró para no perder una sola gota.

Nos tiramos en la cama y ella me dijo:

“Guacho, así se coge a una puta, no a tu prima.”

Me reí le di un chirlo en el culo la puse boca abajo y le metí dos dedos en el orto.

“Pará, ¿que vas a hacer?” dijo.

“Ver si me equivoqué.” Dije

Y empecé a masturbarla por el culo. Ella se arqueaba por completo, mordía la almohada y ahogaba sus gritos de placer.

“Me parece que no me equivoqué en como te cogí.” Dije mientras aumentaba el ritmo de mis dedos entrando y saliendo del culo. Sumé un tercero y ella misma separó bien sus cachetes. Mi pija se fue poniendo dura de vuelta. Cuando metía cuatro dedos en el culo ella dijo:

“Me va a entrar un colectivo, para por favor.” Y tomé su mano y la apoye en mi pija. Ella empezó a masturbarme con todo.

“No, me vas a romper mi culito virgen, eso es lo que vas a hacer guacho.”

Me puse sobre ella, que separaba sus cachetes y de a poco la fui metiendo. Ella gemía de placer sin parar.

“Animal, me la estas metiendo toda en mi culito virgen. Y yo como una puta te lo abro.”

“¿Cómo dijiste?”

“Que como una puta me lo abro. Si, una puta, soy una puta.”

Y acelere al máximo para después de unos minutos acabarle adentro de su orto. Ella tuvo un orgasmo tremendo y se puso a limpiar mi pija.

Nos acostamos y me dijo:

“Nunca le permití a un tipo que siquiera me meta un dedo en el orto. Vos directamente me enterraste esa cosa. Me cogiste la boca. Me hiciste una puta.” Dijo.

Se paró para ir al baño y por sus piernas chorreaban jugos y semen.

“Soy un asco, realmente una puta.”

En ese momento entro Caro y la vio.

“Parece que te agarró un equipo de futbol hermana.” Dijo.

“No, solo nuestro primito. Y vos pensabas que era un nabo en la cama. Quiero ver como te deja.” Dijo Lia.

A Caro le cambio la cara.

“Caro, me haces un favor. Necesito recuperarme, me traes una lata de cerveza.” Dije. Ella fue y la trajo. Lia salió del baño y se metió en la cama.

“¿Qué pasa, te vas a quedar mirando o te vas a meter en la cama? Le dijo Lia a Caro.

“Yo pensé…”

“Dale boluda, creo que después de la cuarentena hasta con la vieja vamos a terminar encamadas.” Dijo Lia.

“¿Alguna vez lo hicieron entre Uds.?” Pregunté

“No, solo nos masturbamos mirando una porno en la compu.”

Caro se desvistió y se subió a la cama. Lia me destapó y dijo:

“Mirá hermanita, esto parado, me lo metió en el culo.”

Caro la miró incrédula y la tomó en su mano. Su mano no se movía, solo la miraba como crecía. Su mano libre fue a sus pechos y comenzó a apretarlos. Su respiración se hacía pesada. La tome del pelo a Lia y la besaba en la boca mientras Caro fue bajando su mano a su concha.

“Besale las tetas a tu hermana.” Le dije a Lia que de inmediato comenzó a chuparlas. Caro gemía como loca, empezó a mover su mano masturbándome. Lia chupaba y me miraba como esperando que le diga algo.

“Tu cara te vende Lia, chupale la concha a tu hermana.”

“No” dijo Caro pero Lia ya se acomodaba entre sus piernas para chuparla. Fue sentir los labios de Lia en su concha y tener un orgasmo.

“Quiero que la vuelvas loca para mí: Cogela con tu lengua.” Dije y Lia le entraba y salía a Caro que deliraba de placer apretando mi pija. Estuvo así un rato, le sacó varios orgasmos hasta que le dije que se ocupe con su lengua del orto de la hermana.

Caro me miró cuando sintió que la lengua de Lia entraba en su orto. No tuve que hacer mucho esfuerzo para que Caro comience a chupar la concha de Lía que automáticamente empezó a gemir, a golpear los cachetes de su hermana y a separarlos para que su lengua entre más. Hice que Caro me suelte y me coloque detrás de ella. Apoye la pija en su ano y comencé a penetrarla. Caro hundía su cabeza en la concha de Lia que gozaba como loca mientras veía como penetraba el culo de su hermana.

Cansado de la faena del día, le di dos chirlos a Caro y aceleré para terminar acabando en su culo. Cuando la saque Lia la tomó y la chupo hasta limpiarla.

“Te das cuenta que a las dos nos rompió el culo sin siquiera meterla una vez en nuestras conchas. Hizo que nos chupemos las conchas como dos putas, hace lo que quiera con nosotras.” Dijo Lia.

“Y que problema te haces, si gozamos justamente como dos putas. Por mí, hasta que me azote si con eso me hace gozar.” Dijo Caro.

Un rato después se fueron a sus habitaciones. Me dormí enseguida.

Cuando me desperté me di una ducha, me puse un short y baje a desayunar. Andrea estaba en la cocina.

“Hola tía, perdón, Andrea.” Dije.

“Tono, ¿Cómo estás? Anoche tuviste visitas por lo que escuche.” Dijo y antes que yo conteste lo hizo Lia que entraba a la cocina.

“Si mami, te recomiendo el tratamiento completo como nos hizo a nosotras.” Dijo.

“¿A las dos juntas? Que jugado. Y Uds. dos, flor de trolas.” Dijo Andrea.

“No Ma, trolas no: PUTAS, con todas las letras, nos hizo dos PUTAS.”
“Tono, ¿Cómo estás? Anoche tuviste visitas por lo que escuche.” Dijo y antes que yo conteste lo hizo Lia que entraba a la cocina.

“Si mami, te recomiendo el tratamiento completo como nos hizo a nosotras.” Dijo.

“¿A las dos juntas? Que jugado. Y Uds. dos, flor de trolas.” Dijo Andrea.

“No Ma, trolas no: PUTAS, con todas las letras, nos hizo dos PUTAS.”

Como las clases presenciales se convirtieron en virtuales, todas las mañanas las tenía ocupadas, y tres veces por semana lo mismo por la tarde. Eso, en parte me permitía descansar de mis primas y mi tía, que se turnaban para visitarme por las noches y mis tardes libres.

Un frío sábado por el mediodía estaba haciendo pollos a la parrilla aprovechando que el quincho es cerrado, y Lia vino conmigo al quincho con una botella de vino y dos copas.

“Toma Tono, te traje un vino para amenizar la espera.” Dijo Lia sin mucho ánimo.

“¿Qué te pasa Lia?” Pregunté.

“Estoy medio depre. Tanto encierro me mata, y aunque la pasamos bien cogiendo, estoy cansada de no salir.” Dijo.

“A la tarde tengo que ir al mercado, veni conmigo, total entramos separados y compramos en carros separados. No es mucho, pero por lo menos para salir un poco del encierro.” Le dije.

“Huy, dale, por lo menos así me distraigo.”

Almorzamos y fuimos al mercado. Entramos sin problemas y nos encontramos con un compañero y amigo de la facultad. Se lo presenté a Lia, y ella estaba embobada. Sergio mide 1.90 juega al básquet en la liga, obviamente buen físico y sobre todo un tipo muy elegante, en todo momento bien empilchado.

“Tono, ¿por qué no invitas a tu amigo a cenar?” dijo Lia.

“Porque no es mi casa Lia, con gusto lo invitaría, pero no es mi casa.” Dije.

“No lo tomes a mal Sergio, pero ya que mi primo es tan respetuoso de la casa, permitime que yo te invite a cenar. Esta noche voy a cocinar yo.” Dijo Lia, que de cocina sabe menos que de la carrea que cursa.

“Sería un placer, pero con los controles que hay en la noche para la circulación, sería un problema volver manejando.” Dijo Sergio.

“Por favor, nos podemos quedar jugando a algo a la noche, hasta que amanezca. Dale, va a ser un gusto tenerte como invitado.” Dijo Lia insistiendo.

“Bueno, no hay problemas.” Dijo Sergio.

“Lia, anda yendo para la caja así no nos hacen problemas, yo voy con Sergio.” Dije y espere que se fuera para decirle a Sergio.

“Compra forros, porque esta noche te bajan la caña.” Dije.

“Está muy fuerte, ¿no habrá problemas en la casa?”

“No, en absoluto.”

Le di la dirección, pase por la caja y en el auto me esperaba Lia.

“Que lindo que es, me lo como toda. Y vos no te pongas celoso, que voy a seguir siendo tu puta.” Dijo riendo.

Llegamos, le contó a Andrea, que para cubrirla cocinaría ella.

Cenamos los cinco y a Lía cada vez le caía la baba mirándolo. Luego de cenar, jugamos un rato a las cartas y cerca de las dos de la mañana me fui a acostar. Literalmente detrás de mí entro Andrea a mi cuarto.

“Que caliente que está Lia con Sergio. Nunca la vi así.” Dijo y se metió en mi cama. Nos comenzamos a besar y ella fue bajando hasta ponerse a chupar mi pija.

Estábamos en ese punto cuando entró Caro a mi dormitorio y sorprendió a Andrea chupando. Cerró la puerta y en dos minutos estaba de vuelta con el consolador en la mano. Andrea la miró y sonrió. Caro se metió en la cama y comenzó a besarme mientras Andrea me chupaba.

“La voy a poner bien loca.” Me dijo Caro al oído y se levantó y comenzó a chupar la concha de su madre. La cara de Andrea era de lujuria total.

“Hija me estás haciendo calentar demasiado.” Dijo

“Y a vos no te gusta. Y vas a ver como te pongo cuando lo montes.” Le dijo Caro. Fue escuchar esto que se subió y metió mi pija en su concha, y la miró desafiante. Caro la hizo poner contra mi pecho y comenzó a chuparle el orto. Andrea gemía como loca y se movía como una serpiente.

“Así Caro, seguí por favor.” Dijo Andrea. Caro siguió y comenzó a meterle el consolador en el culo.

Andrea cuando lo sintió se quedó quieta, me miró y dejó que Caro la penetre hasta el fondo. Cuando sintió que tenía todo el consolador en el culo, me pidió que le apriete las tetas y que le demos con todo. Así lo hicimos hasta que acabó con un orgasmo tremendo, que hizo temblar todo su cuerpo.

Cuando se bajó, me montó Caro metiéndosela en el culo y dándome la espalda.

“Tono, me voy a hacer mierda el culo con esa hermosa pija tuya.” Dijo y comenzó a moverse hasta que la enterró toda. Tuvo un primer orgasmo y luego sí, empezó a subir y bajar como loca. Andrea tomó el consolador y se puso delante de ella.

“¿Alguna vez estuviste con dos hombres al mismo tiempo?” Le preguntó.

“No, nunca.” Dijo Caro.

Andrea sonrió, y le fue metiendo el consolador en la concha y le comenzaba a chupar las tetas y morder los pezones.

“Ves, es más o menos así. Espectacular.” Dijo y Caro comenzó a gemir sin parar. Yo apretaba la teta que Andrea dejaba libre y retorcía sus pezones.

“Movete pendeja, hacer gozar a tus machos.” Le dijo Andrea y Caro cada vez se volvía más loca, hasta que acabamos juntos y le llené el culo de leche.

Unos minutos después, ellas se fueron a sus cuartos y fui a la cocina a buscar una cerveza. Lía y Sergio no estaban en el ******. “Deben estar garchando en el cuarto de Lia.”, pensé. Cuando volvía a mi cuarto, Lía se acercó casi corriendo, haciéndome la seña que no diga nada y me tomó de la mano llevándome a su cuarto. Entramos y Sergio estaba en la cama con la pija parada al mango.

“Los tengo a los dos y sus hermosas pijas. Quiero cumplir la fantasía de toda mujer. Cójanme los dos, háganme lo que quieran.” Dijo Lia y de un salto estaba en la cama.

Sergio la puso en cuatro y le daba con todo por la concha. Yo me recosté y mientras tomaba mi cerveza Lia me chupaba para pararla otra vez. Me miraba con ojos de locura. Gemía y chupaba sin parar.

“Es un animal como vos. Me está haciendo mierda la concha.” Dijo.

Sergio se acostó y ella lo montaba como loca mientras me masturbaba. Sus tetas casi no se movían por la firmeza de su cuerpo. Me levanté y me puse detrás de ella. Apoye mi pija en su orto y poco a poco la fui metiendo. Con Sergio acoplamos el ritmo y Lía agarró una almohada para tapar sus gritos de placer y de dolor. Estuvimos un rato, hasta que Sergio me hizo una seña que estaba por acabar y que le acabemos en la boca.

Nos salimos, la pusimos de rodillas y ella nos chupaba y masturbaba a los dos alternadamente. Sergio llegó primero ella se tragó toda su leche y atrás acabe yo, y le llené la cara y las tetas de lecha.

“Gracias chicos, son espectaculares los dos.” Dijo Lia.

“Los dejo.” Dije y me fui a mi cuarto.

Cuando me levanté Sergio y Lia estaban en la cocina.

“Buen día.” Dije. Ellos me saludaron y Lía me sirvió un café.

“Tono, porfa no cuentes nada.” Dijo Lia.

“Tranquila, prima.”

Un rato más, y Sergio se fue. Lo acompañe al auto y me dijo:

“Es un infierno en la cama. Y me encanta. Porfa, en la facu no digas nada, porque si me pongo de novio…”

“Por supuesto, dale tranquilo. Ni loco voy a decir algo.” Dije.

Entré y Lia me esperaba con cara de felicidad absoluta.

“Te juro, coge tan lindo como vos. Y no es mi primo!!!”
 
Arriba Pie