Adela y su Hijo

heranlu

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Me llamo Adela, madre soltera, mi único hijo nació unos días posteriores a cumplir mis veinte años, mis padres me apoyaron y me mantuvieron con la condición de que debía obtener algún título universitario para poder tener un buen futuro tanto para mí como para mi niño.

Lo bautizamos con el nombre de Matías, y a los meses me inscribí en la Facultad de Ciencias Económicas, que si bien me dedicaba a preparar materias, también salía, iba a fiestas y tuve algunas parejas durante ese periodo de estudio. Mis padres me bancaron todo, prácticamente criaron a mi hijo, pero yo también en 5 anos obtuve mi titulo de Doctorado en Economía.

Tuve la dicha de entrar en una empresa en la que dados mis esfuerzos fui muy bien remunerada, mientras mi hijo crecía y mi seguridad económica se iba acrecentando, lo que me permitió tener mi departamento, auto y poder disfrutar de viajes con Matías.

Tuve algunas parejas pero ninguna se termino de concretar, aunque a mi hijo no le caían muy atrayentes, a pesar que trataban de cautivarlo con regalos o paseos. Aunque por un lado pretendía formar una familia, por otro me sentía a gusto vivir con Matías. Los años fueron transcurriendo, muy rápidamente hasta que mi hijo ya era un adolescente y yo estaba a 4 años de los cuarenta. Me mantenía en forma, no había aumentado el peso, me cuidaba con las comidas y creo que mi físico era todavía atrayente.

Con mi hijo manteníamos una relación muy linda y éramos bastantes compinches en una serie de cosas, por no decir en casi todo. Por supuesto que teníamos nuestras discusiones dado que un adolescente de casi 17 años es bastante rebelde, propio de esa juventud en la que todos hemos disfrutado.

Tenía un amigo, llamado Tony, muy rico chico algo mayor que Matías, que venía muy seguido a casa, encerrándose en la habitación de mi hijo, vaya a saber que hacían, cosa muy corriente entre los adolescentes.

Así iba transcurriendo mi existencia, me habría encantado formar una nueva pareja, aunque Matías, parecía rechazar ampliamente a los pocos candidatos posibles.

No recuerdo exactamente en qué momento comencé a tener ciertos pensamientos algo perniciosos, por circunstancias casuales, acciones propias y de mi hijo, o por la suma de ambas partes, pero no sé bien cuál fue el detonante. A lo que puedo remontarme es que en una oportunidad lo vi desnudo durante unos segundos, llamándome notablemente la atención su aparato algo erecto, fue un instante suficiente para llegar a sentir motivar mi interior.

En ese momento tenía una pareja por lo que no solo me aplaco ese día, sino que no hizo que me obsesionase con el sexo de Matías. Si bien se volvió a repetir en determinadas ocasiones solo pensé en que mi hijo se estaba haciendo hombre, o si ya habría tenido su primera experiencia.

También noté que a veces miraba muy deslumbrado mis pechos, que si bien no eran demasiados grandes, se hacían notar. Trataba de evitar su mirada indiscreta, poniéndome ropa no demasiada escotada, tratando de evitar ese fisgoneo sensual.

A veces mientras me bañaba solía dejar la puerta entreabierta, pasando varias veces para ver mi cuerpo desnudo, al que después de esas incidencias, la mantenía cerrada, la cual no era mi costumbre, vistiéndome en el baño para obviar posibles inconvenientes.

En ese lapso rompí con una pareja que tenia, a lo que me llevó a un tiempo de abstinencia, si bien he tenido periodos largos sin tener relaciones, esta vez no lo podía controlar, estaba nerviosa, contestaba mal, todo me caía pésimo. Pero mis pensamientos recayeron en la vez que vi a Matías desnudo, transformándose en algo obsesivo y hasta llegar a masturbarme recordando ese instante.

En determinado momento llegue a pensar que no estaba bien, así que opté por ir a un psiquiatra o sicóloga, a que me diese una orientación, por lo que me sucedía. Me costó revelarle a mi terapeuta mi secreto, aunque no lo tomó demasiado a la tremenda, explicándome que después de la ruptura con mi última pareja, la nueva búsqueda se reflejaba en mi hijo, cosa algo natural denominada el complejo de Edipo, y un montón de cosas más que no me llevaron a nada.

Después de varias sesiones, traté de desconectarme de esos pensamientos y salir con amigas, intentando encontrar pareja, obteniendo de esa decisión, reproches de mi hijo, cara de culo y toda esa serie de caprichos estúpidos que iban surgiendo. Pensé que estaba algo celoso, propio de un adolecente con su madre, hasta que una mañana mientras desayunábamos, me dice:

“Má, hasta que edad me diste la teta? “. Me quedé algo impactado por ese a pregunta tan fuera de contexto. Estuve unos segundos sin responder, tratando de asimilarlo

“Creo que, hasta casi los 2 años” contesté

Haciendo una mueca algo sensual, la que me hizo esbozar una sonrisa, a la vez que me imaginaba chupándome una teta en la actualidad, sintiendo como mi rostro se ruborizaba.

Eso fue como un aviso o el punto de inflexión, creo que inconscientemente fui cambiando de actitudes. Una de ellas dejar la puerta del baño abierta, secándome lentamente mientras Matías pasaba y me observaba, digamos más “prolongadamente”. Comencé a disfrutar de mostrar parciamente mi cuerpo, percibiendo cómo reaccionaba mi hijo, al notar su sexo abultar su pantalón.

La vez que pasé por su habitación, con mi torso desnudo parándome frente a su puerta y hacerle una pregunta cualquiera, sus ojos se clavaron en mis pechos, disfrutando del espectáculo. Estoy convencida que terminó masturbándose, cosa que me excitaba también.

Otra vez mientras tomaba sol en el jardín en topless, pensando que estaba sola, en determinado momento me dio la sensación que me observaba, creo que me atrajo la idea y hasta sentí una especie de estimulación. Cuando me levanté para entrar en la casa, noté algo de semen cerca de la puerta corrediza, era evidente que mi cuerpo le producía excitación, de lo que me sentía alagada..

Todo esto no se desencadenó de un día para otro, sino que llevó un periodo prolongado. Una noche me propuso ver una película, si bien no soy demasiada amante de ver televisión, acepté, me puse el camisón, con el propósito de apenas tener sueño me iba a acostar. Con algo de esfuerzo miraba la película, tratando de no dormirme, aunque algún codazo de mi hijo me espabilaba. Así permanecí hasta que me dormí, recibiendo un golpe con uno de los almohadones del sillón que me despertó, algo ofuscada por su accionar, le pequé con otro, desencadenándose en una lucha. En determinado momento como consecuencia de ese “combate” una de mis tetas se escapó de mi camisón, a la que mi hijo la tomó con su mano, y yo metí mi mano entre su joggings apretando su pene, que rápidamente comenzó a ponerse rígido.

Su boca no tardó en chupar mi pezón, mientras mi mano batía el largo de su aparato genital, no me podía detener en lo que estaba haciendo, su boca succionaba mi tetilla mientras mi mano no se detenía de su alterado falo. Nuestros cuerpos se apretujaban aumentando las tensiones en nuestros cuerpos que iban acrecentando la adrenalina.

No paré hasta lograr que su miembro eyaculase, percibiendo mi piel sus cálidos flujos, apretando su boca con más intensidad en mi pecho. Permanecimos un rato quietos y abrazados durante un corto periodo, hasta que me levante para higienizar mi mano, y sin decir palabra me dirigí a mi alcoba, sin quitar de mi mente lo sucedido. Me costó conciliar el sueño, a raíz que tenía presente dicho desenlace en mi mente, estuve a punto de levantarme e ir a su cama, pero me contuve de realizarlo, a pesar de que al acercar mi mano a mi cara percibí aun el olor del esperma de mi hijo. Me costó dormirme, pensando en ese momento, y oliendo mi mano termine por dormirme.

A la mañana siguiente me levanté como siempre a preparar el desayuno, con la diferencia en que no me puse la bata, creo que fue intencional al no hacerlo. Mientras preparaba el café y las tostadas, Matías se acerco sigilosamente, rodeando mi cintura, mientras besaba mi cuello, un leve escalofrió sacudió mi cuerpo. Levantó suavemente mi corto camisón para acariciar mi vientre, me quedé paralizada, mientras sus manos recorrían mi piel, y mi cuerpo comenzaba a alterarse, hasta que sus manos tomaron fuertemente mis tetas oprimiendo mis tiesos pezones.

Sentí que mis jugos vaginales comenzaban a fluir, mientras sus palmas exploraban mi excitado cuerpo, a la vez que percibía su verga erecta, posarse ansiosamente sobre mis posaderas. La debilidad de mi cuerpo se fue entregando a las presunciones de mi hijo adolescente.

Sabía que estaba mal o no, pero no hice mas nada para impedirlo, cuando comenzó a levantar mi camisón hasta quitármelo. Toco mis muslos y mi monte de Venus a través de mi trusa, sin pensarlo lo tomé de la mano para llevarlo a mi dormitorio, sentándome sobre la cama para bajar su pantaloncito y ver con bastante obsesión su gordo pene erecto, muy atractivo y seductor.

Me acosté sobre la cama algo sonrojada, mientras me quitaba mi única prenda, aprovechando que estaba bastante a oscuras la habitación, mi desnudez y fundamentalmente el vello que cubría mi intimidad. Pero para Matías eso parecía no afectarlo, se volcó sobre mí algo temeroso, besándonos levemente, hasta que tomé su miembro y lo llevé a mi cavidad vaginal. Al sentir su rápida penetración, mi cuerpo se convulsionó rápidamente, al inicio de un bombeo vertiginoso que en escasos minutos eyaculó en mi interior. Si bien no llegué a tener un orgasmo, lo mantuve abrazado, con su aparato bastante erecto en mi vulva. No estaba arrepentida, todo lo contrario, había hecho debutar a mi hijo, y hasta me sentí presuntuosa de que habría sucedido así. El olor a tostadas quemadas nos trajo a la realidad, me levanté súbitamente para ir a sacarlas.

A pesar de eso, creo que fue el desayuno más feliz de mi vida, a pesar que estábamos algo abochornados, pero contentos. Apenas terminamos de merendar, Matías pretendió volver a tener sexo, lo disuadí en su intención diciéndole

“Hijo, si bien lo pasamos de maravilla, creo que no debemos continuar con esta relación, sucedió, nos gustó y lo damos por terminado”

No le agrado demasiado mi comentario, pero aparentemente lo comprendió, así que me duché rápidamente y me fui al trabajo, por supuesto que mis pensamientos habían quedado anclados en ese momento. Sabía que había encendido la mecha, era muy difícil apagarla, pero puse todo mi empeño en no volver a repetirlo, pero el diablo siempre mete la cola.

Un día después de bañarme, estando frente al espejo, pensé en afeitar mi pubis, así que me rasuré hasta ver esa zona libre de vellosidad, permitiendo ver mis labios inferiores, no sé si lo hice con doble intención, para mostrarle a Matías que podría agradarle, aunque eso equivaldría a retomar un nuevo encuentro.

Matías siempre fue un chico meloso, hasta que obtenía su objetivo, así que trataba de seducirme para tener un nuevo encuentro, oponiéndome a pesar que me atraía repetirlo.

Un día al llegar Matías del colegio, estaba hablando con un amigo, nunca habíamos llegado a nada, aunque sabía que me pretendía. Me reía de sus ocurrencias, mientras que mi hijo con mala cara escuchaba mis comentarios jocosos.

De repente se dirigió a su dormitorio, pegando un portazo, sin aparente motivo, que al finalizar mi charla, me dirigí a su alcoba, traté de que me explicase su aparente enojo, sin tener una respuesta, sin insistir demasiado me fui a la cocina a preparar el almuerzo. Apenas finalizamos la comida se fue a su cuarto nuevamente sin decir palabras. Después de terminar de limpiar la cocina y como no tenía que ir a trabajar, me arme de paciencia y me dirigí a su cuarto. Estaba tendido sobre la cama en calzoncillos, me senté a su lado preguntándole qué demonios tenia.

Le acariciaba su abdomen, mientras le hablaba, dándome respuestas con monosílabos, no llegaba a tocar su bulto, pero le agradaban esas suaves caricias, a pesar de no demostrarlo.

En determinado momento, me cansé de la situación, así que roce su bulto, y me levanté para irme, cuando sorpresivamente me tomó de la muñeca atrayéndome hacia su cuerpo en ese momento manotee su aparato, bajando su calzoncillo y sin pensarlo demasiado, se la empecé a lamer y besar, produciéndosele su inmediata erección.

Sin despegar mi cara de su sexo, trataba de sacarme mis prendas, hasta quedar solo mi ropa interior, me volqué sobre la cama mientras Matías me quitaba el sostén para succionar con fuerzas mis pezones, introduciendo su mano entre mis piernas, para friccionar mi vagina. La pasión se había hecho dueña de nuestros cuerpos, ya no éramos madre e hijo, solo dos seres dispuestos a tener sexo.

Así continuamos con total ahínco, hasta que su gordo pene se introduzco en mi vibrante vagina, agitando y friccionando las paredes de mi vulva, para finalizar eyaculando en mi interior. Esta vez nos quedamos en la cama para retomar nuevamente en esta loca actividad, aunque Matías se dedico a explorar y descubrir mi desnudo cuerpo, haciéndome vibrar, cada vez que abría mi vagina, para introducir sus dedos, llenos de indagación, hasta culminar con su lengua, estimulando hasta mi última fibra, para finalizar con una copulación salvaje y escandalosa.

Esa tarde permanecimos en la cama reiterándolo varias veces, hasta que nos dormimos para despertar cerca de las 22 hs. A partir de ese día nuestro sexo fue bastante continuo, hasta nos manteníamos desnudos gran parte del di, disfrutando de nuestros cuerpos.

Nuestras vidas continuaron, yo con mi trabajo y los quehaceres domésticos, Matías con sus estudios y su amigo Tony que venía, pero ya sin quedarse a dormir.

A pesar de continuar con esa relación sexual, nunca nos pusimos a plantear un futuro, sabia que tarde o temprano eso acabaría, a pesar que Matías me celaba bastante, que si bien me agradaba saberlo, me impedía buscar una nueva pareja.

En una oportunidad fuimos invitados a una fiesta, bastante importante, me alegro poder ir, aunque a Matías no le cayó demasiado bien esa decisión. Así que después de una larga charla lo pude convencer de que viniese.

Faltaba como un mes para el acontecimiento, pero a pesar de eso traté de hacer los preparativos para ir, con bastante tiempo. No sé si por la actividad sexual o la intención de parecer más joven, había adelgazado bastante, por consiguiente me compré un vestido largo, algo escotado, sin comentarle a mi hijo. El día del acontecimiento me lo puse, recibiendo elogios por parte de Matías, aunque acotó que era un escote algo “llamativo”, y además sin sostén.

Antes de salir, que a pesar de tener unas bragas chicas, se marcaban en el vestido, así que opté por quitármelas.

La fiesta estuvo fantástica, baile bastante, aunque mi hijo a veces me observaba con quien lo hacía. Al regresar cerca de las 4 de la mañana, no habló demasiado mientras manejaba, dado que yo estaba algo mareadita y porque no? excitada.

Al llegar a casa con mis zapatos en la mano, le di un provocativo beso a mi hijo, al momento que me decía algo alterado

“Quieres, guerra parece?????”, girándome bruscamente, mientras bajaba un bretel, para mordisquear mi cuello y manotear una teta. Al bajar el otro el vestido se fue desplazando hasta sentirlo en mis tobillos, quedando como Dios me trajo al mundo.

Sin pérdida de tiempo y de una manera algo violenta y como un castigo (aunque no tenía motivos, pero era posible, que al carecer de ropa interior, algo lo altero) me tiró sobre el sofá boca abajo, quedándome quieta a la espera de un desenlace.

Sentí que se montaba sobre mis nalgas, jugueteando entre mi raja de una manera algo agresiva. Supuse que pretendía, aunque la única vez que lo hice con otra persona, no me agrado demasiado. El juego entre mis nalgas se fue acrecentando, hasta sentir unos de sus dedos introducirse en mi ano, tratando de profundizarlo. No hice nada por impedirlo, solo me relajé para soportar mejor el dolor. Si bien era la primera vez que me hacia algo así, demostraba tener experiencia en el tema. Sus dedos hurgaron ávidos de apetito sexual en mi interior, al punto en que esa trasgresión comencé a aceptarla, mientras percibía como entraban y salían con total desenvoltura.

.Mi agitación se aceleraba al ritmo de esos accesos, hasta comenzar a gemir, mezcla placer y parte dolor, levantado mi culo como consintiendo esa intromisión en mi recto. Mis gimoteos parecían estimular a mi hijo que aceleraba simultáneamente su cometido.

Cuando al sentir su saliva aplicarla en mi agujerito algo dilatado, para recibir posteriormente a su glande, oprimiéndose contra la abertura anal, que dado su grosor impedía pentrarse. Pero eso no lo detuvo demasiado en su intensión sino todo lo contrario, pareció enardecerse, aplicando una mayor presión hasta lograr introducir una parte. Apenas gesticule, conteniendo el dolor, cuando un nuevo empellón hizo introducirlo algo más, y en escasos segundos la totalidad de la verga de mi hijo, estaba cobijada por el recto de su madre.

Cuando al fin terminó de entrar y la cabeza se alojó profundamente, dejando sus genitales pegados a mi vagina, era atroz sentir su falo metido hasta mis entrañas, dando la sensación de partirme. Le rogué, que no se moviera, quería disfrutar su aparato en mi interior, percibiendo los latidos de su falo en mi íntimo conducto, que no dejaba de hacerme vibrar. Estrechando mi esfínter, aprisionando su verga, hasta que súbitamente empezó su impetuoso bombeo, fue fabuloso. Cada vez que penetra su verga, mi cabeza se elevaba, mientras sus manos apretaban más mis tetas.

Sabía aguantar, al punto de contenerse cuando estaba por venirse, mordiendo mi cuello y apretando mis tetillas, esa especie de masoquismo que me estaba proporcionando, me excitaba mas. Ese acoplamiento duró bastante hasta que después de varias contenciones, su semen se hizo sentir en mi recto.

Cuando acabo, abrazo, y muy tiernamente me dice

“Te quiero má”

Esta experiencia fue repetida reiteradamente, me encantaba hacerlo, y parecía existir una especie de dominación por su parte, a la que sumisamente aceptaba.
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La relación con mi hijo era muy buena, no solo en la sexual sino de contarnos de nuestras intimidades.

Una tarde de invierno, después de haber tenido sexo, mi hijo me pregunta:

“Que cosa loca mas, has hecho en tu vida, ma?”

“En qué?”

“En el sexo, has estado con mujeres, o con más de un hombre, o algo tabú?”


Me sentí algo asombrada y un poco incomoda por la pregunta, y hasta me pareció que parecería risible, decirle que siempre fui heterosexual.

“En realidad siempre fue con un hombre”

“Pero cual sería tu fantasía?”

“No sé”
contesté algo nerviosa, tratando de esquivar la contestación,

Con dos hombres?” me dice

Si bien esa había sido una fantasía cuando era más jovencita, que hasta altura de mi vida ya había descartado.”

“No sé, puede ser” respondo

“Si o no?”, sé sincera”

Si bien ese interrogatorio fue más extenso, y fue muy tajante en su pregunta, termine diciendo, “que sí, que dependería de la ocasión, la personas“, así fui respondiendo a su interrogatorio, sin llegar a decir lo que deseaba o si me agradaba la idea.

Me dio un beso, mientras pasaba su dedo por mi vagina, mostrándomelo todo húmedo, mientras me decía:

“Sí, creo que esto lo dice todo”

Algo abochornada, al ver mi flujo en su dedo, delataba mi estado, en el que aparentemente no terminaba de desagradarme esa loca idea. Me levante, para ir a ducharme y dar fin a ese cuestionario.

Por supuesto que olvide al otro día el dialogo que habíamos tenido, la vida continuo, mi trabajo, el colegio de Matías, aunque traté de que tuviésemos una vida más independiente, sin dejar de lado nuestra relación.

En varias oportunidades conversé sobre esta situación, que tarde o temprano acabaría esa dependencia, que podría encontrar alguna chica, formaría pareja y todo esto se terminaría. Me contestaba si estaba cansado de él, o quería hacer el amor con otra persona.

“No mi amor, solo que no sabemos que nos puede deparar el destino y hay que estar preparados a cualquier eventualidad, a pesar que aun falta para eso. Además no creo que sigamos asi, es algo totalmente atípico. A pesar que no agrada hacerlo”. Le respondía.

Días después, me presento un amigo que había conocido en el club que concurría, se llamaba Tony algo mayor que Matías, un chico de piel algo oscura, de 1,85m, muy educado y lindo aspecto, comenzó a concurrir a casa bastante más frecuentemente, quedándose a dormir. No puedo decir que me molestaba, pero había cortado en parte nuestra intimidad, que no sé, si no sería lo más conveniente.

Nuestra convivencia sexual, no era como en un principio, era mas esporádica, sin tanta pasión, algo que suele suceder en la mayoría de las parejas, aunque realmente no me importaba demasiado.

Pero sucedió algo que modifico el rumbo de nuestras vidas, aunque en ese momento no se avistaba. Fue un sábado por la mañana que Tony se había quedado a dormir, como era casi cerca del mediodía, fui a la habitación a ver qué sucedía, no tenia costumbre de golpear su puerta, así que la abrí impetuosamente, encontrando a los dos desnudos, en distintas partes del cuarto. Pero me impactó la desnudez de Tony, fueron escasos segundos pero lo suficiente para observarla y sentir una reacción.

Algo avergonzada, cerré la puerta mientras les decía que el desayuno estaba listo, cuando llegaron no se hizo mención a lo sucedido.

Días después Matías me comenta:

“Te gusta Tony”

“Si, me parece un buen chico
” contesto sin saber a qué venía su pregunta.

“No, digo desde otro punto de vista”

“No entiendo”
le contesto, aunque me imaginaba a donde quería llegar

“Digo por el día que nos vistes desnudos” riéndose.

“Ah, sí, entiendo” conteste algo apabullada

“Te agradó?”

“Basta, por favor?

“Contéstame si o no?”

“Si, me llamo la atención”
le digo, algo fastidiada, pero noté una sonrisa en la cara de mi hijo, que si bien no manteníamos secretos, me pareció que algo tramaba.

Tony siguió concurriendo a casa, se quedaba a dormir, y puedo decir que me agradaba su compañía, era como tener dos hijos. A veces me parecía que me miraba, no como la madre de su amigo, sino algo mas, posiblemente era mi imaginación, o no.

Una noche, casi no dormí, mi mente se había enfrascado en una serie de sucesos con mi hijo y Tony, que si bien no eran muy preponderantes, hizo trabajar mi loca cabecita. Si bien no era mi costumbre me levante más temprano de lo acostumbrado, a preparar mi desayuno. Mientras lo hacía, llegó Tony a la cocina, en calzoncillos, mientras nos saludábamos, observe como miraba a la altura de mis pechos, notándose mis tetas a través de la transparencia de mi prenda, pero más que nada, la punta de mis pezones que comenzaron a hacerse más evidentes. Me giré hacia la mesada, algo perturbada por esa mirada tan lasciva, tratando de no verlo, mientras que con cierto nerviosismo tomé la sartén que apenas podía sostenerla, sentía que el alma se me salía del pecho.

Cuando sentí su cuerpo apoyarse en mi espalda y mirando por mi hombro, me preguntaba

“Que vas cocinar de rico?”

“Unos huevos saltados, te apetece?”

“Hechos por vos cualquier cosa” En el momento que se pega mas a mi cuerpo sintiendo claramente su erección contra mis nalgas, no hice nada, solo cerré los ojos, y me quede como petrificada ante su contacto.

“Espero que salgan ricos” me decía, mientras una de sus manos se tomaba de mi vientre, rozando con su boca, la mejilla derecha, un sudor invadió mi cuerpo, creo que si me quitaba el camisón, lo dejaba. Giré la cabeza y lo mire sorprendida por su atrevimiento.

Desayunamos y posteriormente me fui a mi trabajo, algo alterada, haciéndome algunas locas fantasías.

Esa noche le comente a Matías, diciéndole que en un par de semanas cumplía los 37 años, que nos podíamos ir unos días algún lado y disfrutarlo, realmente no tenía ganas de fiesta, para estar unas pocas horas con familiares y amigos.

Podíamos decirle a Tony” me dice Matías.

No hijo, lo quiero, pero prefiero que los pasemos los dos

Ok, ma, como quieras, es tu cumple me contesta.

Después de pensarlo, recordé lo del trío que me había preguntado aquel día, me dio vueltas en la cabeza esa descabellada idea, aunque debo confesar que me quedó latente.

Esa tarde vino Tony, creo que lo vi de otra manera, me dio un beso, le comenté que Matías había salido, que si se quería lo podría esperar.

“Ok, lo espero, si no molesto”

No para nada, quieres tomar algo?” le pregunto.

“Bueno me contesta.

Le traje una cerveza y hablamos de todo un poco, en un determinado momento, me salió de adentro

“La semana que viene cumplo 37”

“Uh, realmente no los representas, que bien”
responde

Pensamos ir unos días con Matías de viaje”

Qué bueno, me alegro por Uds,” lo dijo muy risueño, contento por la noticia, y sin pensarlo demasiado, le digo

“Te gustaría acompañarnos

No sé, tendría que ver” contesta

Cuál es el problema?”

“No es que……” algo dubitativo me responde

“No tienes dinero, si es por eso no te preocupes, la cabaña y el auto cuestan lo mismo con dos o tres personas, comeremos donde nos hospedamos y listo”

“Bueno, muchas gracias
” me dice levantándose para darme un beso.

Por un lado de daría una alegría a Matías, por otra parte me sentí bien al invitarlo, aunque no pensé sobre el supuesto trío, en ese momento.

DIA 1

Una semana después estábamos camino a una cabaña, en una zona de lagos y bosques, a unas 5 o 6 horas de nuestra casa.

Esa primera noche sentí la necesidad de estar con Matías, pero lamentablemente, la presencia de Tony lo dificultaba, así que opté por resignarme. A la mañana siguiente, me levante temprano con mi camisón solamente, Tony apareció como aquella mañana, seguí preparando el desayuno, cuando se acerco, volviéndome a abrazar, apoyando su mano en mi vientre, sintiendo su verga entre mis cachetes, permaneciendo más tiempo que la vez anterior, mientras acariciaba sutilmente mi abdomen. Me apoye contra su cuerpo, esperando que levantase mi camisón, para acariciar mi sexo, que carecía de mis bragas, cuando el ruido de una puerta hizo abortar esa eventualidad.

Después de desayunar salimos, a conocer el lugar, el pueblito y fundamentalmente el lago, anduvimos a caballo y diversas actividades, donde los chicos lo pasaban muy bien y yo también. Nada paso esa noche, solo que oí algunos ruidos extraños en la habitación de los chicos, tratando de no pensar en algo extraño.

DIA 2

Al iniciarse el segundo día de nuestra estadía, era mi cumpleaños, los chicos vinieron a mi cama para saludarme, mi hijo me beso en los labios, me pareció que no era correcto delante de Tony, quien también lo hizo, pero no tan directo. Así como estaba me hicieron levantar para llevarme al comedor, a tomar el desayuno que habían preparado, que me produzco una gran alegría, a pesar que con mi camisón, algo transparente, atraía la mirada de Tony. Durante gran parte del día mi hijo, me besaba o tocaba mis tetas, cosa que me agradaba, pero la presencia de Tony, imposibilitaba algún tipo de encuentro, así lo veía, pero a pesar de eso fue un día muy divertido y estaba contenta con la compañía de ambos.

Por la tarde me dice Matías, que me pusiese linda que festejaríamos mi aniversario. No tenía mucho para ponerme, dado que no lo había previsto, solo un camisón negro que no había estrenado, que podía pasar por un vestido corto. Me lo puse, pero el sostén no era el adecuado, así que lo quité, calzándome unas pantimedias, color símil a mi prenda, y por supuesto sin bragas.

Me pinté, un collar, unas pulseras, unas sandalias, y cuando me vieron, quedaron alucinados por mi “look”, algo improvisado pero aparentemente muy sensual.

La cena estuvo muy buena, que habían preparado los chicos, tomé más de lo acostumbrado así que estaba bastante alegre. A las 10 pm, ya habíamos finalizado la cena, nos sentamos a mirar televisión, bebiendo un poco, aunque mi modorra me daba más por irme a la cama.

El hogar prendido mantenía una temperatura algo cálida, lave la cara para despejarme y me senté en el sillón, donde me dormitaba y mi hijo me codeaba para despabilarme, me levante nuevamente a lavarme la cara para despejarme un poco. Después de sentarme a ver una película no muy atrayente, cuando Matías, comenzó a acariciar mi pierna, me agradaban esos mimos, pero lentamente se fueron acrecentando, pretendiendo meterla bajo mi “vestido”, así que trate de disuadirlo, un par de veces, por tercera vez volvió a intentarlo, lo dejé hasta que su mano comenzó a acercarse a mi ingle, que nuevamente se la quité.

Tony parecía ajeno a lo sucedido, así que cuando mi hijo volvió a la carga, termine aceptándolo, rápidamente su mano fue desplazándose por mi pierna, hasta sentirla en la entrepierna. Si bien era a través de mis medias, deje que continuase, aunque al estar sentada sobre el vestido, era como que se hacía difícil su acceso. Me atraía ese juego, y si bien la presencia de Tony era un inconveniente, su presencia lo hacía más subyugante, sumado a la escasa luz, dada por el televisor y el fuego de el hogar.

Si bien me agradaba lo que mi hijo me hacía, no deseaba que Tony se diera cuenta, así que se me ocurrió decirle a Matías:



Trae una manta, tengo algo de frio”, se levanto inmediatamente para alcanzármela tapándome hasta los hombros.

“Gracias hijo” dándole un beso.

Apenas se sentó a mi lado, apoye la cabeza en su hombro, y su mano ya presta a continuar con su labor, cuando intentaba levantar mi falda, hice un movimiento elevando mi culo, aprovechando mi meneo para desplazarla hasta la altura de la cadera, acariciando todo el sector que cubría mis medias, hasta llegar a mi ingle. Supuse que de darse cuenta Tony se iría a la habitación, pero aparentemente parecía que no era su intención.

Ese juego me impacientaba, hacía varios días que estaba en abstinencia, y ese contacto me elevaba la temperatura, cuando en dorso de su mano se fue metiendo hasta llegar a mis tetas, levantando mi prenda sobre ellas, me miró como sorprendido, por la carencia de sostén, a la vez que rozaba mis pezones, apretándolos, sintiendo que no dejaba de humedecerme..

Me acurruque más cerca de mi hijo, para permitirle un mejor acercamiento, que después de acariciar la piel que estaba a su alcance, trató de comenzar a bajar mis pantimedias, me producía un cierto estado de nerviosismo, el hecho de que Matías, tratase de deslizarla, mientras pegada a mí, permanecía Tony, inmutable a nuestros movimientos.

Volví a elevar mis glúteos y hasta ayude a mi hijo a desplazarlas, hasta llevarlas hasta las rodillas, separándolas hasta donde podía, permitiendo tocar mi sexo, sintiendo como sus dedos buscaban cobijarse dentro de una muy mojada cavidad. Tratando de contener mis quejidos, aunque estaba en un estado difícil de suspender, tiraba mi cabeza hacia atrás, tratando de llevar mis piernas al máximo de separación, subyugándome ese juego “intimo”

Mi hijo se mantenía hostigando mis partes más sensibles, mientras trataba de bajar más mis pantimedias, para dar mejor cabida a su mano, que desde mas debajo de las rodillas hasta por encima de mis pechos, solo me cubría la frazada.

En determinado momento lance un gemido, girando mi brazo, para caer sobre el cuerpo de Tony, mientras la manta caía dejando ver mis senos. Trate de volver a cubrirme pero la rápida mano del amigo de Matías, la quito, mis manos tendieron a tapar mi desnudez, pero como coordinando los movimientos entre los jóvenes, mientras uno terminaba de quitar mi vestido, y el otro corría mis medias, previo a quitarme las sandalias.

Me sentí algo avergonzada al delatar la relación con mi hijo, que viese mi cuerpo desnudo, pero mi estado superaba ese pequeño inconveniente.

Sentí algo de temor, por su amigo, cuando la mano de Tony se apoyo en mi pierna, instintivamente las separe mas, y las manos de los dos chicos recorrieron mi entrepierna, hasta llegar a mi sexo, ya más que húmedo, mientras sus bocas ávidas de pasión, besaban mi cuello.

Sabía que era una locura, pero me fui entregando a esas alucinantes caricias, apoyando mí cabeza en el respaldo del sofá, desplazándome abriendo mis extremidades, los besos y el abrupto manoseo se hicieron rápidamente amos de mi cuerpo, los nervios me dominaban, cuando, en un momento Matías, me susurra al oído “Tranquila ma, es un obsequio” y me besa mientras su lengua se introduce en mi boca, en el momento que termina de sacar la frazada, que apenas me cubría, dando presencia a mi cuerpo desnudo, ante los ojos de ambos pero más que nada en Tony, el collar las pulseras y el resto de los adminículos fueron retirados, hasta quedar desprovista de todo. Trate de taparme con las manos pero las separaron para empezar a besar mi cuerpo, era algo alucinante, me fui entregando a ellos y entregando mi ser a su apetito sexual.

Mientras mi hijo me ceñía, Tony separaba mis pierna para lamer mi vulva, mientras que separaba mis carnosos labios inferiores, friccionado mi alterado clítoris, ya bastante incitada, comencé a arquearme ante semejante acoso, mientras unos dedos con total maestría se introducían en mi cavidad, a la vez de que Matías me besaba, y mordisqueaba un pezón oprimiendo el otro.

No sé en qué momento se quitaron su ropa, aprecie la verga de Tony que erecta era para reverenciar, no tuve demasiado tiempo en observar, cuando me depositaron en la alfombra, y de una manera descontrolada, asediaron mi cuerpo de una manera bastante descontrolada, succionando mis pezones, mamando mi vagina, a la vez que un largo dedo se insertaba en mi recto, palpando las paredes, entrando y saliendo, manteniéndome a ese ritmo hasta revolucionar mi organismo.

Acto seguido me colocaron en cuclillas sin saber bien quién sería el primero, no me sorprendió que Tony, tomase la iniciativa cuando sentí su rígida verga introducirse en mi vagina, dando un leve grito al sentirla desplazarse, mientras mi hijo aplicaba su aparato en mi boca. Realmente me sentí como una puta, algo confundida, pero dispuesta a gozar de ese “obsequio” aceptando lo que me estaban proporcionando.

Mientras me bombeaba Tony, mi hijo se agitaba en mi boca, y a pesar que rara vez acababa adentro, esta vez lo hizo, si bien no fue simultánea esa doble eyaculación acelero mi orgasmo.

Tony tardaba en acabar, así que me llevo a un par de convulsiones, mientras su pelvis golpeaba abruptamente mis nalgas, y su verga fregaba las paredes de mi útero, hasta sentir su leche ser evacuada en mi seno, donde un tercer estremecimiento invadió mi cuerpo. Caí sobre la alfombra verdaderamente exhausta, cuando vi que mi hijo se aproximaba a Tony para mamar su verga, si bien me impacto esa actitud, no sé, si por mi agotamiento o por ese desenfreno, que no llego a afectarme demasiado.

Durante la madrugada, unos ruidos y unos gemidos me despertaron, en ese momento mis dudas se confirmaban, ¿pero quién era el pasivo?

DIA 3

Cuando desperté vino a mi mente la noche anterior, estaba confundida por lo sucedido, no puedo decir que no me agrado, pero tenía la sensación que todo había sido planificado, fundamentalmente lo del “obsequio” que me menciona Matías, pero más que nada, esa supuesta relación con su amigo, es lo me intrigaba.

Mientras pensaba en todo eso, Tony aparece en la cocina en bóxer, se me acerco por atrás, esta vez rodeo mi cintura metiéndola bajo el camisón acariciando mis tetas, mientras chuponeaba mi cuello, me quedé paralizada, hasta que su mano se iba introduciendo en mi braga. Me giro rápidamente, y algo molesta, le digo:

“Espera, lo de anoche ya fue, no soy tu “hembra”, pero antes que nada quiero que me aclares algo, dime la verdad, no me voy alterar, solo quiero esclarecer ciertas dudas”. Uds. tienen relaciones?. No sé cómo me anime a decir eso, pero me salió de adentro.
 

heranlu

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Cuando desperté vino a mi mente la noche anterior, estaba confundida por lo sucedido, no puedo decir que no me agrado, pero tenía la sensación que todo había sido planificado, fundamentalmente lo del “obsequio” que me menciona Matías, pero más que nada, esa supuesta relación con su amigo, es lo me intrigaba.

Mientras pensaba en todo eso, Tony aparece en la cocina en bóxer, se me acerco por atrás, esta vez rodeo mi cintura metiéndola bajo el camisón acariciando mis tetas, mientras chuponeaba mi cuello, me quedé paralizada, hasta que su mano se iba introduciendo en mi braga. Me giro rápidamente, y algo molesta, le digo:

“Espera, lo de anoche ya fue, no soy tu “hembra”, pero antes que nada quiero que me aclares algo, dime la verdad, no me voy alterar, solo quiero esclarecer ciertas dudas”. Uds. tienen relaciones?. No sé cómo me anime a decir todo eso, pero me salió de adentro.

Tony, se quedo mirándome, sorprendido y hasta se puso colorado, respondiendo.

“Bueno…………..!!!! “Contestando vacilante.

“Dime Tony como fue, quiero saber, no me pondré histérica, ni tampoco los culpo” Lo dije, algo ofuscada

“Quieres saberlo en detalle, pero quisiera decirte que Matías me conto de vuestra relación, cosa que me tiene sin cuidado, y además propuso hacerte ese “regalito” Me responde.

’Está bien, eso no viene al caso” le contesto, aunque me dio la sensación, que fuese un contra ataque, por la forma en que me lo dijo, qu a pesar de estar ofuscada, deseaba saber todo.

‘’En parte sí, pero ya llegaremos a eso. Fue una tarde, habíamos vistos algunos videos, que realmente nos excitaron bastante, hicimos como una lucha, en donde entre risas y agarradas, tratamos de bajarnos los joggings, terminé dejando a Matías en calzoncillos. Hasta que se los saqué, sentí cierta atracción a su pene, y se lo acaricie, me baje los pantalones y me quedé desnudo, notando que se le erguía ante mi, su falo. Justo nos habíamos desnudado para continuar y entraste sorpresivamente a la habitación, finalizando lo que estábamos haciendo.

Me había gustado ese “juego”, aunque no era mi intención coger a tu hijo, me gustabas, pero era algo improbable.”

“Ok, sigue”
Le digo.

“Un día que ibas a trabajar nos quedamos solos, Matías se quita la ropa y queda con el bóxer, hago lo mismo, y se nota a través de mi prenda mi erección. Quise disimularla, pero tu hijo, me dijo que me lo sacase, acato su pedido, mientras él se saca el suyo, nos acercamos y comenzamos a tocarnos, nos damos algunos besos, hasta que me succiona mi pezón, realmente me altero bastante.

“Instintivamente lo tomo de los hombros para que se arrodille, lo hace y besa mi verga, hasta metérsela en la boca y mamarla. Estaba muy caliente Adela, pero estaba muy entusiasmado con mi aparato, lo saque para evitar que me hiciese acabar, y me apodere de su verga, se la bese, hasta que lo tire en la cama, levante sus piernas y le bese su ano, incrustando mi lengua.

En ese momento estaba a punto para cogérmelo, seguí hasta que le arrime mi glande, jugueteando con su abertura. Parecía algo reacio a hacerlo, así que continúe con mis lamidas anales, cuando empezó a levantar más su culo, y sus leves gemidos eran más evidentes.

Volví a lamerlo, y aplicar mi punta, así un par de veces más, hasta que noté que retrocedía cuando mi glande se le apoyaba.”

“Bueno el resto ya lo sabes”
me dice

“Sigue contando, sigue” realmente su relato me estaba alterando bastante.

Continúe lamiendo todo el sector, introduciendo mi dedo, notando que le agradaba, hasta que volví a oprimí en su recto. Juguetee un poco mas hasta que le introduje un poco, te puedo asegurar que estaba enloquecido”.

Sentía que me mojaba a cada palabra que me decía

“Nuevamente le puse la punta y empuje un poco, mientras separaba sus glúteos, se quejo pero no dijo nada, así lo repetí un par de veces más, hasta que esta vez fui con todo, con mi saliva lo tenía bastante lubricado. Apenas sintió la punta pareció confiarse, y fue ahí donde se la metí, grito, pero ya estaba adentro, su verga se irguió, lo cual demostraba su estado”.

“Eso fue suficiente para empujar más y penetrarlo totalmente, y ahí lo bombee, oyendo sus gemidos, pero sin tratar de salirse, lo introduje hasta que mi pelvis se apoyaba en sus glúteos. Me encantaba cogerlo, mi brusquedad lo trastornaba, mientras mi falo refregada las paredes de su membrana intestinal, hasta que después de tanta frote acabe en su interior.

Apenas me recuperé volví a la carga, era mi primera vez con un chico, me dijo que le ardía, pero acepto una vez más a pesar de ese malestar.

Por último nos vestimos, pero al cabo de una hora hizo algunas insinuaciones, así que lo volqué sobre la cama, le quité su ropa, levante sus piernas y lo hicimos por tercera vez.


A la altura de su relato estaba más que caliente, me quede mirándolo, sin saber realmente que hacer o decirle, en parte estaba irritada o envidiosa, no sé, por lo que le hizo a Matías, pero por otro lado estaba muy excitada. Mis pechos se movían, producto de mi estimulación, que de alguna manera delataba mi estado ante Tony.

Queda algo más?” le digo.

“Bueno, de alguna manera, digamos… “

“Dale despáchate”
lo dije en un tono autoritario.

“Siempre me atrajiste, eres una mujer joven, bonita y muy voluptuosa, me impactaste desde el primer día que te vi, pero dudaba si me aceptarías, que considero es razonable. En una oportunidad a tu hijo se lle escapó lo de vuestro incesto, me impacto, pero no era quien para juzgarlos. Pero a partir de ese momento pensé que sería muy factible tener algo contigo.””

“O sea cogerme “
Le digo, acto que había sucedido la noche anterior.

“Si, solo que convencí a Matías que me ayudase, al principio se negó pero en un encuentro mientras hacíamos sexo, se lo repetí, diciendo que si no me ayudase cortábamos las relaciones., aceptando la proposición”

“O sea que fue una especie de extorsión”.
Le contesto, bastante molesta sin saber cómo actuar realmente, mi hijo estaba en el complot, aunque no debo negar que la noche anterior lo había pasado muy bien.

Con mi excitación, sin saber en qué momento, se me había desabrochado un par de botones de mi camisón, quedando una de mis tetas bastante visible, en el instante inesperadamente Tony me alzó para sentarme sobre la mesa, mientras levantaba mi camisón para quitarlo.

No sé de donde saque fuerza de voluntad pero frené enérgicamente su intención, quedándose perplejo por la determinación, no quiero negar que estuviera tentada, pero sentí la necesidad de cortarlo.

“Lo de anoche me gusto, pero ahí queda todo, estamos?” le digo con mucha firmeza.

Me miró, disculpándose por su actuación, le dije que está todo bien, lo conversado sobre Matías y él, quedaba entre nosotros, no reprochaba nada, son grandes, es vuestra decisión.

Te pido una cosa” me dice

“Que quieres?” le contesto.

“Tocar tu sexo”

“Solo eso, de acuerdo?


Sin decir palabra, me abrí de piernas, metiendo su mano detectando mi humedad vaginal, si bien no dijo palabra, quedó comprobado mi estado, solo me dio un beso en los labios, dejándome para preparar el desayuno.

Mientras lo hacía, llegó mi hijo, me miro y abrocho mi camisón, después de finalizarlo salimos, nadie habló sobre la noche anterior, aunque no tengo dudas que seguía latente en nuestras mentes. Regresamos a la cabaña cerca de las 6 pm, yo estaba con frio, así que decidí darme una ducha bien caliente, me sequé el cabello, saliendo del recinto envuelta con el toallón, ambos estaban tirados en el sillón, la estufa había calentado muy bien el ambiente. Sin pensarlo fui hacia ellos, sentándome en la falda de Matías, que no reacciono demasiado bien, pero a pesar de su humor, permanecí, dándole un beso en la mejilla.

Noté su mala disposición, así que le susurro al oído:

Que te ocurre, anoche estabas distinto”, mordiéndole la oreja lugar que lo estimulaba bastante.

Poco a poco lo fui motivando, mientras Tony seguía ajeno a lo nuestro, traté de hacerlo lentamente, pero más abiertamente, sin demasiados disimulos. Lo besé en la boca, y respondió rápidamente, cada vez que trataba de desatar el nudo del toallón se lo impedía. Ese juego duró bastante sintiendo como su verga reaccionaba, hasta que le permití desatar el nudo, dejando ver mis tetas.

Me dice de manera algo sarcástica

“Quieres coger conmigo o con mi amiguito?”

“Estas celoso, tú me trajiste a esta situación o no?”


No dijo nada y siguió acariciando mis pechos, me estaba atrayendo este tipo de relación, creo que tenía su encanto, además Tony estaba muy apetecible.

Cada tanto mi hijo miraba a Tony, aunque dada mi posición no sabía si observaba o no, pero no parecía querer entrar en el reciente juego.

Mi hijo se colocó en posición de feto, chupando de mis tetillas desesperadamente, como cuando era un bebe, acelerando mi estimulación, quedando la toalla cubriendo a partir de la cintura. Debieron de haber transcurrido más de quince minutos cuando estiro el brazo moviendo mis dedos en señal de acercamiento, hacia Tony, que lentamente se aproximó.

Esta vez trataría de manejar la situación, o por lo menos en un principio.

Su llegada fue acelerando la relación, aunque les digo

“Tratemos de que sea más apacible, saboreamos esta momento” el toallón comenzaba a ser retirado, mi cuerpo estaba a la disposición de estos jovencitos, la luz permitía ver más claramente nuestra contexturas. Mis tetas eran succionadas sin perdón, a lo mismo que la intromisión de sus dedos en mis aberturas, mientras desprendía sus braguetas para hacer entrar en acción sus instrumentos.

En pocos segundos nuestras pieles se contactaban entre los tres, mi ansiosa boca pasaba de una verga a la otra sin reparo, las lamias, chupaba, mientras sus bocas y manos no dejaban de friccionar mi cuerpo, mis pezones eran oprimidos y estirados en un alocado ritmo sin cuartel.

En determinado momento las caras de los chicos estaban muy cerca, así que tomándolos de la nuca traté de aglutinar sus bocas, que si bien mi hijo se contuvo, Tony fue todo lo contrario. Me atraía esa situación, de alguna manera estaba destinando ese acto que no sabía aun que sucedería.

Noté que Matías, iba cediendo en el sentido que ya buscaba mas a Tony, hasta que en determinado momento estaba lamiendo su verga, cuando mi hijo se sumo a esa labor, lo miré a los ojos, mientras al unísono disfrutábamos de ese instrumento, besando sus labios como en señal de aprobación.

El juego continuo, aunque mi propósito no llegaba a culminarse, a pesar de mis intentos, nuevamente fui el plato principal de ese nuevo festín, primero fue mi hijo, mientras la intervención de Tony fue limitada. Para apenas acabase mi hijo, rápidamente me introdujo su aparato, sintiendo que su bombeo era bastante violento.

Acercado su boca a mi oído, para decirme

“Eres tan puta”

No sabía si tomarlo como un insulto o un halago, pero empecé a moverme a su ritmo, abrazándolo con mis piernas, tratando de oprimirlas contra su cuerpo, notando que su energía se incrementaba, su verga friccionaba mi cavidad vaginal de una forma ruda y atrevida, como dominante.

Comencé a gemir, sin dejar de moverme, estaba muy caliente, cuando saca su falo, me gira con la intención de buscar el otro conducto, pero lo freno en su intento, sin dejar de mirarlo a sus ojos. Y como en un acto de reproche, comienza a masturbarse, quedándome acostada observando su accionar, cuando ya estaba por eyacular, se me acerco a mi cuerpo para bañarme con su esperma. No hice ningún movimiento de repulsión, solo pase el dedo por mi abdomen, probando su secreción, mientras me acerco a besarlo, susurrándole al oído:

“No soy tu puta, yo decido que es lo que deseo”

Aparentemente no le agrado demasiado mi postura, y ya no parecía ese chico tan dulce, no pasó más nada ese día.
Cuando me levante a la mañana siguiente, opté por quitarme mis bragas, sabiendo lo que haría Tony como todas las mañanas, decidida a aceptar cualquiera de sus intromisiones.

Apenas oí que se levantaba, me desabroche rápidamente el camisón, dejando ver mejor a mis gemelas, con mis pezones algo rigidos.

Apenas llegó le di mis buenos días con la mejor de mis sonrisas, pero solo me saludo secamente, sentándose cerca de la mesa, trate, de entablar una charla, pero contestaba con monosílabos.

No tenía dudas de que estaba molesto por lo del día anterior, abroché mi camisón, al rato llego mi hijo y desayunamos. Salí por la mañana a hacer unas compras, Tony no quiso venir y Matías decidió acompañarme. Regresamos cerca del mediodía, almorzamos, el amigo de mi hijo continuaba molesto, opté por acostarme y que se haga lo que se le ocurra. Mientras estaba en la cama pensé de regresarnos, el objeto era pasarla bien, y resulta que se originan problemas, era preferible regresar a casa.

Cuando me desperté de la siesta, pensé que no debía darle importancia, y tratar de modificar el estado de este chico, termine de vestirme y me fui a la sala, puse de algo música, y me comencé a mover de una manera algo provocativa, Matías me observaba algo perplejo, mientras que Tony poco a poco fue aplacando su mal humor, no tardando en acompañarme en esos movimientos algo sensuales, pegándose bastante a mi cuerpo. Comencé a quitarme un suéter, desabrochando un par de botones de la camisa.

Tony fue copiando esa actitud, sin perder el ritmo, todo se iba desarrollando, lentamente, las miradas decían bastante, el ambiente se comenzó a transformar.

Tomé de una mano a Matías para que se sumase a ese baile, hasta que ambos se apoyaban contra mi cuerpo, algo cálido por esos movimientos. Hasta que finalizo esa pieza musical, acercándome al equipo para volverlo a repetir.

Comenzaron algunas caricias, donde trataba de evitarlas, como para hacerme desear, era evidente que el ambiente estaba comenzando a elevar la temperatura. Me quité las zapatillas, bajando algo del cierre del jeans, desabrochando otro botón, los cuerpos de los chicos se apretujaban mas al mío, surgiendo el dorso desnudo de Tony.

Cuando mi hijo desabrocha el último botón, para quitar la camisa, dándole un beso mientras lo hacía, desprendiendo mi corpiño, moviendo mis pechos encubiertos, hasta que Tony lo arrebata, para quedar mi dorso desnudo.

A partir de ese momento, ya todo se trastornó, me quitaron el jeans junto a mis bragas, ya Tony se había desnudado con su verga erecta, me tomó de los hombros para que me arrodillase, a lamérsela, que con total obediencia realice su requerimiento.

Tomé la mano de Matías, que observaba ese acto, haciéndolo arrodillar, invitándole a que me acompañase a complacer a su amigo, algo vacilante se hincó, y a dúo permanecimos deleitando del falo de Tony, que a pesar de estar mi hijo algo perplejo en lo que le estaba proponiendo, rápidamente fue acelerando su cometido, intercalando algunos besos conmigo.

Noté con que vehemencia lo mamaba, al igual que sus testículos, no dudé en que al verlo me excitaba. Sin lugar a dudas, después de una serie de juegos, me incliné a tener sexo con Matías, aunque no sé si esa era su intención. Tony observaba, aunque no tengo dudas de que deseaba vernos copulando, así que traté de demostrárselo sin quitar mis ojos de los suyos.

Apenas acabamos, Tony se acerco y después de tocar mis genitales, introducir sus dedos, una y otra vez hasta ponerme muy cachonda, me giró sobre la alfombra colocando mi cabeza sobre la misma, haciéndome elevar mi sentadera, sabia cual era su objetivo.

Estaba tensa a la espera de esa total intromisión, acompaño la raya de mi culo con su verga, sentí su saliva en mi ano, y su glande comenzó a buscar mi abertura, para tratar de abrirse camino a través de mi recto, sin demasiada sutileza, aunque la tardanza en dilatarse dificultaba la penetración, mientras dolorosamente palmo a palmo, fue usurpando la intimidad de mi recto, en un acto de poderío, mientras mi conducto iba cediendo a esa intromisión.

No quise demostrar dolor, conteniéndome para no gritar, cuando acariciaba mi espalda, y ante un impetuoso empellón sentí asentar la totalidad de su falo, pegando un fuerte grito por esa violenta intromisión, dejando sus genitales pegados a mis glúteos, anunciando que la totalidad de su miembro se cobijaba en mi entraña.

Mis gritos y gemidos parecía que lo provocaba, porque inicio una serie de empellones que se fueron acentuando, produciéndome un ardor ante su paso, mientras su mano oprimía mi cuello contra la alfombra, dándome algunos fuertes chirlos en mis nalga, como de supremacía.

Con mi cara oprimida contra el tapiz, no me permitía ver su rostro, supuestamente lleno de satisfacción, disfrutando del culito de la madre de su amigo, solo era apreciar a su verga, entrar y salir de mi recto. Intentaba oprimir mi esfínter tratando de aminorar su bombeo, pero me irritaba más.

Mi hijo miraba, algo perplejo, sin reflejar si eso que le hacía a su madre lo excitaba. Después de varios minutos más, mi conducto fue irrigado por su semen. Apenas quito su verga de mi culo, Matías se acerco a ver como estaba, lo bese y le comente que estaba bien.

Comprobé que a excepción de la primera noche el resto fui la que daba el puntapié inicial, aunque no me cabían dudas de que estar sola con Tony tendría más ocasiones, por supuesto que no podía separar a mi hijo.

Opte por decirle a Matías si quería dormir conmigo, miro a Tony y este hizo un ademan como aprobando la idea, como un bebe que lo llevan a la cama de sus padres, así parecía mi hijo.

Esa noche, me confesó que le encantaba verme, cuando Tony la copulaba, por la manera de gemir, como mi cuerpo se convulsionaba, que nunca pensó que no sentiría celos, cuando me llevaba a un estado de total enajenación.

Que te sucede hijo”

“Me excita ver tu cuerpo desnudo convulsionándose, ver como tus cavidades son ultrajadas, tus gemidos.”

“No te incomoda, entonces?”
le pregunto.

No sé si supiese que estas a solas con Tony”. Me dice.

Creo que eso no sucederá

La charla continuó, no por mucho tiempo más, me sentía tranquila, le digo entonces

“Que quieres hacer, estoy a tu disposición”

“Puede ser unos besitos?”

“Por supuesto, quieres acabar en mi boca?”

“Me encantaría “me dice.


Lo desnudo y lo acaricio suavemente, como cuando era un bebe, lo beso, succiono sus tetillas, viendo como su aparato se comienza a erguir, bajo, subo, lamo su verga. Hago una serie de juegos, por ultimo me quito el camisón, refriego mis tetas en su cara, y voy manteniendo un ritmo lento pero sin pausa.

Hasta que comienzo a chupar su verga, dejo, continuo, noto como su cuerpo comienza a estremecer, acaricio su abdomen, hasta que me dedico de lleno a su aparato, introduciéndola en mi boca totalmente, para iniciar un succión continua, y prolongada. Noto como su cuerpo se arquea ante mi impetuosa arremetida, beso y chupo sus testículos para volver a sorber su falo. Me agarra la cabeza, comenzando a gemir, como consecuencia de la venida de su eyaculación, lo hago más intensamente, hasta que siento su esperma expeler en mi recipiente bucal.

Continúe, hasta que sus convulsiones se aplacaron, tragando en semen de mi hijo, me acerque a su cara, para besarlo y lo acurruque, en pocos minutos dormía con un rostro de felicidad. Pensé en ir a la habitación de Tony, pero sentí como que engañaba a Matías.

Así que me dormí agarrada a mi hijo, contenta de sentirlo.
---
Me levante contenta esa mañana, vi que Matías dormía, me dirigí a la cocina como todas mañanas, cuando no tardó en llegar Tony.

--”Buen día, que tal durmió la parejita?” Saludando de una manera algo irónica.

- “Muy bien, que esta celoso el Sr.?” Le contesto sarcásticamente.

- “No para nada, me alegra, hasta tienes otra cara hoy, querida Adela””

- “En serio? Que observador?”

- “Si, me encantaría darte un rico beso, de los buenos días”

-“Y que te impide, acaso te he negado algo, últimamente?”
Apenas lo dije, se acerco y me besó, alojando su lengua, hasta el fondo de mi cavidad, a la vez que levantando mí camisón tocando mi sexo, carentes de mis bragas, el hecho de encontrar tal factible mi cavidad, pareció aumentar su excitación.

Sus toques eran concisos, sin dejar de besarnos, apasionadamente, mi grieta era refregada en toda su dimensión, hasta que empecé a jadear, manotee su bulto ya en estado de entrar en acción, mientras sus dedos se incrustaban en mi vagina, una y otra vez, acelerando mis hormonas, sabiendo cómo transportarme a un estado de total enajenamiento.

Comencé a clamar, lo deseaba, estaba enloquecida, segundo a segundo hacia aumentar mi adrenalina.

-“Haz lo que quieras” le dije, porque mi cuerpo parecía estallar en cualquier momento, me quitó el camisón, quería ser penetrada, aunque su idea era otra.

Me hizo arrodillar, se bajo el bóxer y de manera frenética se lo mamé, lo succionaba estaba como loca, lo chupaba como si fuese algo sagrado, se movía como si estuviese fornicando por la boca, era algo patético y turbador, creo que en parte fue lo ideal, dado que ya estaba indispuesta, sin dejar de tocar mi vagina, tratando de acelerar un orgasmo.

Permanecí arrodillada, tomando sus piernas, besando y mamando su verga, sus genitales, como adoradora de un supremo, sorbiendo sus testículos, mientras mi mano acariciaba mi vagina tratando de provocarme una convulsión.

Como era de esperar semejante agitación, no tardo mi boca en degustar un nuevo y más caudaloso sabor de esperma, si bien todavía no me había venido, continúe, hasta provocarme un ligero orgasmo, mientras parte de sus líquidos, salían por la comisura de mis labios.

Creo que a partir de ese instante Tony, comenzó a tener una cierta supremacía, y nosotros la fuimos aceptando, no era raro que la atracción era ese poder que llevaba entre las piernas.

A pesar que había tratado de manejar esta “convivencia” transitoria, creo que a partir de ese momento la cedí, equivocadamente o no. No había malos tratos por el lado de Tony, diría que aceptábamos lo que decía, o proponía sin mayores inconvenientes.

Al día siguiente debíamos dejar la cabaña, realmente habían pasados los días muy rápido, y me daba la sensación que no habíamos, por lo menos yo, disfrutado lo suficiente. Durante el almuerzo, comente que ya teníamos que irnos al otro día, noté que sus caras no eran muy felices, pensé que a pesar de tener sexo con ellos, aun mantenían cosas de niños.

Sin comentarles nada, después del almuerzo, me fui a la administración, a avisar que nos quedaríamos unos días más, no hubo problema porque el complejo no estaba lleno. Cuando regrese a la cabaña, y les comenté me llenaron de besos y caricias, pero los frené un poco, para salir a recorrer algún lugar. Sacamos fotos, recorrimos y regresamos al complejo cerca de las 19 pm, hacia bastante frio, alimentamos con leña el hogar y en poco tiempo teníamos el lugar muy caldeado.

Cenamos y aproveche a destapar unas botellas de vino, al rato Matías estaba bastante mareado, así que lo llevamos a acostar. Conversé un rato con Tony, terminamos el vino que quedaba, levantándome la irme a dormir

--“Ya te vas?, apenas son las 11pm” me comenta

--“Sí, quiero ducharme, y descansar” mientras le beso la mejilla.

No me desagradaba llevarlo a mi alcoba, pero le había dicho a mi hijo que eso no sucedería, si bien no fue una promesa, era una cuestión de palabra.

Mientras me duchaba noté que sangraba, producto de mi menstruación, a pesar que no me duraba demasiado, me puse un tampón, me envolví con la toalla. Al salir del baño, vi la figura de Tony, desnudo con su verga flácida, esperándome.

--“Que haces, acá?” le digo algo enojada,

Poniendo una cara de nene cuando se reta, me contesta

--“Nada, vengo a que me proporciones el beso de las buenas noches

Me hizo gracia su expresión acercándome para darle el beso, que apenas llego a su lado, hábilmente, desata el toallón, quedando desnuda, no atino a decir nada, cuando me abraza, y su boca se adhiere a la mía, me alza para depositarme en la cama.

-“Espera, Tony, estoy con el periodo” mostrándole mi raja, de donde pende el hilo de la almohadilla.

-“Cuál es el problema, amor, todo se soluciona”

Separo mis piernas, observando al hilo delator, de mi inconveniente, lo que a pesar de todo, me producía cierto pudor, dar a conocer esa intimidad, pero a esta altura de las circunstancias ya me había entregado ampliamente, así, de que ruborizarme.

Mi cuerpo desnudo era recorrido por la palma de su mano, como si fuese la primera vez, comencé a relajarme ante esa sutil y delicada caricia, a la vez que mi cuerpo parecía comenzar a conmoverse.

El recorrido finaliza en mis pies, apretujándolos con fuerza, produciéndome una sensación muy placentera, hasta que su lengua la se fue insertando entre mis dedos, donde mis sensaciones comenzaron a alterar otras partes de mi contextura.

Pequeños gemidos emanaban de mi boca, contrayendo mi cuerpo ante esa nueva sensación, chupando mi dedo mayor, produciendo un cosquilleo en la planta del pie. Hábilmente me estaba llevando a un estado de total embelesamientos. Paso al siguiente pie, para después efectuar una serie de besos por mi pierna, hasta acercarse a la unión de ambas. Lamio los bordes de mis labios interiores, hasta mordisquearlos suavemente, busco mi clítoris, efectuando un roce circular, alterándome cada vez ms. Ya mi respiración entrecortada dejaba de salir unos quejidos, producto del goce que me estaba proporcionando.

Trate de levantarme, para besarlo o tocar su verga, pero me detuvo, diciéndome que me quedase quieta, me contuve un rato, hasta que volví a intentarlo, en el momento que me pega un par de bofetones en mis tetas, que me dolió, aunque me contuve.

-“La próxima será más fuerte” me comenta, mientras continua con su labor de estimulación.

No sé si para comprobarlo o porque esas bofetadas en mis senos me habían estimulado, como suma a esa acalorada motivación. Así que nuevamente traté de levantarme, con una sonrisa de provocante, para recibir una serie de bofetones en mis tetas, que me llevaron a morderle los labios, que abruptamente me giró, quedando boca abajo, cuando sentí separar los cachetes de mis glúteos, aparentemente quedando mi orificio bien visible.

Sentí humedecerlo con su saliva, para después desparramarla con su lengua, produciéndome una serie de hormigueos internos, continuando más exhaustivamente sus lamidas anales. Levante mi culo, en señal de consentimiento, cuando uno de sus dedos se fue incrustando de manera poco pacifica, hurgando las paredes de mi recto, no conforme de eso lo saco para introducir dos de ellos. Me contraje ante esa sorpresa, dilatando mi esfínter, hasta que sentí como se introducían totalmente, como indicando su predominio en mi recto.

Acto seguido fueron reemplazados inmediatamente por su erguido falo, que sin miramientos lo insertó con total autoridad hasta sentir su pelvis pegarse a mi traste, oyendo el sonido de ese sector contra mis glúteos, en un deliberado y insaciable bombeo.

Mis tetas se refregaban contra el colchón ante ese alocado y desenfrenado coito anal., mientras mis gemidos se acrecentando, con el riesgo de ser oídos por Matías, apoyando mi boca contra la almohada, para evitar mis gritos.

Dos o tres veces la saco, sintiendo un respiro, para ser insertada nuevamente y continuar con ese ritmo exaltado, que a pesar de la molestia que me proporcionaba, gozaba ampliamente. Después de varios minutos de esta enérgica cogida, una explosión de semen, fue descargado en mi conducto intestinal, junto con mi cuerpo que no paraba de convulsionarse.

Permanecimos varios minutos, él cobijando su falo en mi cauce, caído sobre mi espalda, y yo disfrutando ese contacto tanto físico como anal, pasado un tiempo, la quitó limpio sutilmente mi abertura, me beso, y se durmió. Me encanto que se quedase, acurrucándome junta a su cuerpo mientras me abrazaba por la cintura.

No sé a qué hora de la madrugada, me despertó para repetirlo, siendo tan intenso como el primero, sintiendo que descargaba toda su furia sexual en mi castigado orto, todo no quedó ahí antes de volver a su habitación hubo otro bis, quedando totalmente exhausta, como cerca del mediodía me despertó Matías, preocupado, pensando que estaba descompuesta.
Esa mañana cuando me levante, estaba bastante frio el interior de la cabaña, así que avive el fuego poniente más leña, para elevar la temperatura. Mi sorpresa fue cuando vi que había nevado, llamé, a los chicos para mostrarles el espectáculo, que acudieron corriendo.

Apenas terminamos de desayunar, nos abrigamos para ir a jugar con la nieve, armamos un muñeco, realmente nos estábamos divirtiendo mucho, dado que no era algo común de ver, para nosotros, dado en donde vivíamos.

Después del almuerzo repetimos la diversión, el frio era intenso, y no teníamos ropa adecuada para la nieve, así que optamos por regresar a la cabaña. En el corto trayecto, vimos un perro bastante grande, medio temblando por el frio. Tony sugirió llevarlo a la casa, todos aprobamos la idea, así que nuestro nuevo invitado, apenas entro en calor y comió unas sobras que quedaron, parecía haber revivido.

Me fui a bañar, más que nada para entrar en calor, no me vestí formalmente solo mi ropa interior y una bata abrigada, y los chicos hicieron lo mismo, tomamos algo caliente, mientras que el perro se había colocado cerca del fuego, durmiendo sin interesarle que sucedía.

Ya había anochecido, propuse jugar a las cartas, pero a nadie le intereso, empezamos a hacer cada uno alguna cosa, sin llegar a concretar nada en especial. Hasta que vino Matías, y se acurruco junto a mí, besándome.

-“Que pasa estas aburrido?”

-“No del todo, quería estar junto a vos”

-“Bien, me agrada que este con su mamá”


Se acerco, Tony también, y le digo

-“Está celoso el otro nene”

- “Si”
Colocándose a mi otro costado, rápidamente capte, que podrían desear los “pequeños”, acaricie a uno después al otro, me sentía cómodo con ambos, pero esos roces previos, se fueron incrementando paulatinamente, hasta que mi atuendo está bastante abierto, mis tetas ya estaban siendo usurpadas, previo retiro de mi sostén, Por supuesto que me atraía ese “acoso ‘’ no pronosticado, sus besos y caricias al unísono, me fascinaba, ese contacto me transportaba, entregándome a esos jovencitos sin ningún tipo de preámbulos.

Por supuesto que mi desnudes si hizo presente rápidamente, esa comunión de cuerpos parecía convertirse en un solo ser, en donde todos tratábamos de complacer al resto.

Esa noche parecía distinta, comencé a colaborar para quedar todos despojados de su ropa, mientras nuestras bocas agasajaban las pieles, pronto vimos el falo de Tony, estaba subyugante, nos disputábamos su aparato, intercalando con nuestros besos. Permanecimos arrodillados tomando sus piernas, besando y mamando tanto su verga como sus genitales, como adoradores de un supremo, mientras nuestro amigo, acariciaba nuestras cabezas, oprimiéndolas contra él, penetrando su miembro en alguna de nuestras bocas. Esa ostentación de virilidad iba denotando una especie de dominación, de supremacía en nosotros, atraídos por el poder que denotaba, el elemento que llevaba entre sus piernas.

Durante bastante tiempo nos mantuvimos en esa actitud, hasta que tomó a Matías por la cintura, metiendo su verga entre sus piernas, abrazándolo por detrás, besando su cuello y apretando sus pezones, como en el papel de dominante, donde mi hijo sumisamente iba aceptando esa postura. Mientras la zanja de su culo, era transitada por la punta de su pene, hasta que queda depositada en la salida anal.

A partir de ese nuevo encuentro, parecía tácitamente que todo era admitido, una especie de apertura sexual entre los tres. No puedo negar que todo era cada vez mas descarriado, y en donde a pesar de mi edad, termine experimentando una serie de cosas, inimaginables, pero debo admitir que la ultima fue la más bizarra y osada.

Por otra parte, estaba deseosa de ver ese espectáculo homosexual, me excitaba profundamente, y haría todo lo que estuviese a mi alcance para que se efectuase. En ese momento descubrí que lo valido de todo esto era el goce, la satisfacción, llegar a un estado de convulsión en donde tu cuerpo explotaba, sin importar cuales fueron los medio.

Era como una adoración al falo erecto de Tony, inconscientemente o no, sentía como un dominio implícito en ello, me atraía, mamándolo entre ambos su aparato, besándonos con mi hijo para continuar lamiéndolo y chupando sus testículos, hasta el momento que toma la decisión de utilizarlo con alguno de los dos. Fue mi hijo, el elegido, lo acostó sobre el piso, levantando sus piernas, jugó con su orificio, mirándome cada tanto, como para demostrarme lo que le haría a Matías. No sé si estaba bien o mal, observar y ver a mi hijo penetrado, pero no podía dejar de excitarme, mientras un sudor frio recorría mi cuerpo.

La posición que adopto Tony, era muy ilustrativa, dado que veía como su verga se iba incrustado en el culo de mi hijo, que se iba empotrando hasta que sus testículos rosaban sus glúteos, oyendo los gemidos de Matías, producto de su goce con algo de dolor.

En ese instante que comenzó a bombear a mi hijo, presentí que en ese rito sexual había dos roles, el sometido y el dominante, cada vez que la introducía era una sensación de superioridad o de poder, a la vez que el sumiso disfruta ese dominio, que avasalla su recto.

De alguna manera creo que me sucedía lo mismo, yo también era su “esclava”, aceptaba su avasallamiento, era loco, pero ahí estaba arrodillada contemplando ese cópula anal, esperando cuando seria mi turno.

Matías de una manera afanosa, se masturbaba, mientras Tony le arremetía, analmente, era algo inédito para mi, además de producirme un estado de total paroxismo, sin llegar a participar ampliamente, solo tocar esos cuerpos libres y decididos.

Tony, se despego de Matías, mientras esta seguía masturbándose, para abrir mis piernas, quitar enérgicamente mi tampón, que aun mantenía por las dudas, para introducir su verga, y continuar en otra abertura su rítmico bombeo,

Acabando en escasos minutos, si bien no me había veni8ado, intente hacerlo manualmente en ese frenético y atípico encuentro, cuando el perro se levanta y comienza a acercarse, olfateando los olores emanados por nuestro encuentro.

Evidentemente el mío debe haber sido el más intenso, producto de mis flujos y los de Tony, pues se dirigió directamente a mi vagina, cerrando instintivamente mis piernas, intentando echarlo.

-“Déjalo y separa tus bellas piernas” dice Tony de una manera tajante y autoritaria, pero no acaté su orden. Al no obedecerlo, me montó para cogerme con todo su energía, fue bastante violento pero muy terminante. Quedé desparramada sobre la alfombra, bastante agotada, por esa continua copulación, algo abierto de piernas, mientras un chorrito de semen acumulado vertía de mi ultrajado sexo.

Ese perfume que emanaba de mis piernas fue una nueva atracción hacia el animal, que se acercó nuevamente sigilosamente, hasta que su hocico comenzó a deleitarse con el olor que procedía de mi vagina. Noté que surgía algo rojo de su bulto genital, entendiendo que lo que me hacia lo estimulaba, algo me llevó a separar mis piernas, a pesar que estaba algo cansada, pero sentí una atracción, hacia el animal. Acaricie su cabeza, y como si esto lo autorizaba, comenzó a lamer mi vagina, los primeros lengüetazos erizaron mi piel, esa aspereza y la rapidez el moverle, me incentivaron bastante, aumentando mi ritmo cardiaco. Mi piel se erizo ante ese frenético y tentador contacto, mi rostro delataba mi estado de estimulación, al punto que Tony se acercó para besarme, y prenderse de uno de mis rígidos pezones. Mi cuerpo comenzó a convulsionarse producto de ese desquiciado embate, que elevaba rápidamente mi estimulación, agitándose la lengua del perro, saboreando los jugos que emanaba sin contención. Cuando giré la cabeza, y vi a mi hijo observando mi exhibición de una manera poco grata, inmediatamente comprendí que no le atraía lo que estaba experimentando, así que traté de suspenderlo. Tony se extraño de mi aptitud, diciendo:

- “Pasa algo?

- “Esta todo bien”
Le contesto.

Me vestí, y cenamos, no hablamos demasiado, así que antes de las 10 pm, me fui a la cama, teniendo una serie de fantasías poco escrupulosas.
 

heranlu

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A la mañana siguiente me levante temprano, le di agua y algo de comer al perro, lo acaricie me olio un poco, pero más se dedico a deglutir lo que le había preparado, luego se levantaron los chicos y mi hijo no le prestó atención al animal a pesar de los saltos que le hacía en señal de saludo.

Salimos, regresamos después de un paseo, almorzamos y los chicos se fueron a dormir una siesta, u otra cosa.. Me quedé con el perro que terminamos llamándolo Doggy, le acaricie la cabeza, y rápidamente la apoyo en mi regazo para que continuase con mis caricias.. Pensaba que ya era el ultimo día, cosa que me daba pena, todo fue muy rápido, pero debía de trabajar, ya me había extendido más de lo previsto. Mientras pensaba todo eso en un momento me quité las chinelas, acariciando su panza, tocando su zona genital, se tiró abriéndose de patas disfrutando de mis roces. Posteriormente su hocico jugueteo con mis pies, y su inquieta lengua emprendió a pasarla entre mis dedos, produciéndome una sensación más que agradable y estimulante.

No sé que me pasaba, a pesar que no era demasiado amante de los perros, sentía una cierta atracción hacia ese animal, me asombraba saber que el canino se excitaba con mi contacto, al ver aparecer esa punta roja, a la vez que a mí me sucedía algo similar, al ver su estado, ni lerda mi perezosa, me fui a la habitación me puse una bata y me quité las bragas, regrese al estar me acomode a espalda de los dormitorios y dejé al animal, lamer mis dedos inferiores, mientras me tocaba suavemente, hasta que mi yema se impregnaba por la secreción que engendraba. Pensé si haría mucho que el perro se habría apareado con alguna hembra, me reí de esa ocurrencia, y continúe jugueteando con el animal.

No tenía dudas que deseaba algo mas, inconscientemente o no, fui abriendo mi bata, separando mis piernas, ofreciendo nuevamente mi sexo a ese noble animal, que no tardó en acercarse a mi parte más intima, para darme una serie de lengüetazos, hicieron incrementar mi temperatura, mi mucosidad aumentaba, y a medida que su lengua degustaba de mi flujo vaginal, gozaba ampliamente de ese sexo oral, abriendo mas mi bata, refregando mis senos y apretando mis empinados pezones, entregándome a ese perro desconocido hasta el momento, pero al oír un ruido, di de mala gana, por finalizado ese atractivo contacto.

No pasó nada esa tarde, cenamos, y Tony no me quitaba la mirada, pero noté que llenaba constantemente la copa de Matías, nuestras miradas se cruzaron en varias oportunidades, y no tuve dudas de cuál era su intensión, no sé si estaba bien o mal, pero no me opuse a su finalidad.

Miré a Tony me hizo unos gestos, a los cuales solo parpadee, confabulándome con el mismo propósito, suponía que sucedería, y sabiendo que era la última noche, deseaba disfrutarla a fondo, a pesar de considerarlo poco noble hacia mi hijo. Cuando notamos que estaba bastante ebrio, lo llevamos a su habitación, lo desnudamos y le quise proporcionar un regalito, mamando su verga, en parte como tratando de compensarle por lo que le habíamos hecho, pero apenas se ponía rígida, así que en escasas minutos se quedó dormido.

Apenas regresamos al estar, Tony me beso, comenzando a desnudarme, yo estaba más que alzada, las caricias mas esa previa, para despedir a mi hijo, me había puesto muy excitada. El perro se acercó como previendo lo que sucedería, lo acaricie, mientras manteníamos nuestras caricias, me dice:

- “Déjame ser tu guía sexual”

- “Qué demonios es eso?” riéndome.

No tenía muy claro que trataría de hacer pero pude comprobar posteriormente, que sabía lo que hacía, antes que nada alimento el fuego con varios troncos, que rápidamente calentaron el ambiente, para comenzar a quitar las pocas prendas que me quedaban, de una manera muy sutil y delicada, hasta que mi total desnudes quedó a su disposición, coloco una almohada haciéndome acostar sobre la alfombra, besando mi cuerpo y lamiendo mis partes más tentadoras. Cuando tomo un pote de mermelada para untarlo en mis partes más intimas, mis pezones y en mis aberturas, me sonreía por esa intrigante realización.

Traté de levantarte para besarlo, y quitar su bóxer que denotaba su bulto bastante exaltado, pero impidió mi intensión, diciéndome:

- “La próxima vez te castigo”

Sabía cual sería su castigo, así que en escasos minutos volví a intentar lo mismo, cacheteo mis tetas, sentía una excitación a pesar del dolor cuando lo hacía, pero al rato volví a repetirlo, esta vez fue más rudo, doliéndome bastante, aunque lo seguí mirando de manera desafiante, me encantaba ese tipo de juego.

--“No escarmientas, o te agradan mis cachetazos?” me dice.

No volví a insistir y me quede quieta, ahí fue que lo acercó a mi lado, empujando su cabeza contra mi cuerpo, probando rápidamente la jalea que cubría mis partes más sensibles, de una manera alocada, sin llegar a controlar mis exclamaciones de placer, por lo que me producía, acariciaba al animal, que no paraba de relamer mis partes, mientras Tony embadurnaba nuevamente con la jalea, llegue a acariciar el bulto del animal, viendo surgir su punta roja, sintiendo la necesidad de besársela, mientras el perro no paraba en su accionar, relajándome, apreciando tanto las lamidas del canino como las caricias del joven. Mis pezones estaban totalmente erectos, por esas rápidas y continúas lamidas, a lo que mi grieta no dejaba de segregar, donde no podía contenerme.

En un momento alojó jalea en el interior de mi vagina, mientras la lengua del perro trataba de introducirse para degustar, lo que mi cavidad cobijaba, arqueándome por la exaltación que me estaba provocando, al introducir ese órgano en mi sexo. De repente Tony me gira, colocándome en cuclillas, mientras el perro me lame desde mi vagina hasta el orificio anal, con una aceleración sin igual, mientas Tony me besaba y acariciaba mi espalda. Eso me llevo a colocar mi cabeza sobre el tapete y elevar mi culo, para disfrutar mejor esos lengüetazos infernales. Cuando sentí que el perro intentaba montarme

- “Tony, no por favor” le digo algo confundida, con intensión de salirme.

- “Soy tu guía sexual, tranquila” mientras me acaricia la espalda, pegándome un chirlo en un glúteo y apretándome un pezón.

El perro no se hizo esperar, saltó sobre mi espalda, apresándome con sus patas intentando introducir su verga en mi vagina, que después de una serie de empellones contra mi culo, su aparato reproductor comenzó a penetrarme sin demasiados contemplaciones en mi seno, mis tetas se bamboleaban al unísono de cada golpe que el perro me propinaba, aferrándose con fuerza a mis caderas.

No sé si lo deseaba o estaba algo indecisa, pero no tardé en aceptar a ese animal tratando de aparearse, estoy casi segura que mi hijo no estaba muy de acuerdo de verme en esta situación, pero el deseo a veces supera cualquier cosa.

Tony arrodillado a mi lado con su verga erecta, disfrutando del espectáculo que estaba exponiendo, al que realmente no dejaba en parte de abochornarme, aunque ese vertiginoso bombeo parecía aumentar el volumen de su aparato, haciéndose amo de mi expuesta cavidad, ajando la membrana de mi claustro vaginal, mientras la exhalación de una serie de gemidos, acompañando los jadeos del animal, revelaban nuestro estado.

Sentía muy cerca de mi cara, el ritmo que producía su jadeo, mientras parte de su baba bañaba mi espalda, mientras sus patas me apresaban más fuertemente como para evitar que me escapase, proyectándome a un clímax muy especial.

Cuando su verga llegó a su máxima expresión, los movimientos mermaron aunque me producía la impresión que querer asentarse en mi matriz, no tenía dudas que el crecimiento de su verga había tomado posesión de mi interior, comenzando a sentir las palpitaciones de su falo..

En ese instante entendí muy bien esa lujuria impura por el deseo a lo prohibido, esa ardiente sensación que atraviesa todo el cuerpo al verse sucumbido en la inmoralidad, esa febril adrenalina que recorre el cuerpo al sentirse dominado por el instinto animal en su plena satisfacción sexual.

Esa emoción que percibía al momento de tener a ese canino por detrás embistiéndome, esa electricidad que recorría mi cuerpo, a cada burda penetración del afortunado animal que profanaba mi cavidad vaginal, con el fin de gestarme, el ser poseída, el ser fornicada, el ser sometida por un animal, carente de sentido, que solo buscaba su propio placer, disponiéndome solo como una perra en celo, dejándome ser disfrutada, en donde no dejaba de producir secreción.

Me sentía totalmente disfrutada por esa furia sexual e incontrolable, su verga parecía seguir creciendo en mi útero, apropiándose cada vez más, su bola que había llegado a la totalidad de su volumen, impedía su salida, quedando apresada en el interior de mi vagina, los movimientos se hicieron más lentos, fue en ese momento que su esperma cálida y cuantiosa comenzó a regar mi seno, en donde una ola de orgasmos comenzó a estremecerse en mi interior.

No me cabían dudas que era su hembra, y me encantaba reconocerlo, cuando un orgasmo arrebato mi cuerpo ensamblado. Su baba caía sobre mi espalda, cuando su esperma comenzó a regar mi claustro, me sentía algo deshonrada, por la situación, al sentirme abrazada por el animal, mientras me fecundaba con su simiente.

No podía creer que me estaba sucediendo, Doggy no dejaba de poseerme como si fuese su par, era una escena totalmente obscena, salvaje e inmoral, pero a pesar de eso, llena de lujuria, tanto de la parte del perro, como mía al entregarme a su rudo instinto.

Realmente era una situación Kafkiana, algo distinto, morboso y a su vez excitante, concediendor sin demasiados pretextos al instinto sexual de un perro, que me estaba convirtiendo en su hembra, mientras su aparato genital, crecía en mi interior, hasta sentirlo como atascado, para que después de un rato regara mi interior con su cálida y abundante esperma.

Traté de contenerlo, pero apenas acabó en mi interior, intentó salirse, no fue fácil, pero después de un esfuerzo su bola zafó de mis labios vaginales, acompañado de una cascada de su semen, cayendo al piso.

No sé cuanto duro ese encuentro, pero estaba bastante agotada, quedándome en esa posición mientras el perro lamia mi vagina, impregnada por sus flujos, disfrutando de esas lamidas y recuperándome de tan impetuoso apareamiento.

Creo que no tuve demasiado tiempo en pensar en eso, cuando sin aun haberme incorporado los dedos de Tony separaban mis glúteos, incrustando su verga por mi recto, de una manera apremiante y determinante, iniciando un impetuoso bombeo.

Fue una penetración, avasallante, violenta y hasta diría castigadora, es natural que al verme poseída por el perro, lo haya llevado a un estado de total enajenación, con esa necesidad de cogerme con toda su vehemencia.

Su miembro entraba y salía de mi recto de una manera poco usual, posiblemente tratando de emular al canino. El calor del lugar, sumado a nuestra agitación hizo que nuestros poros se abriesen para empapar nuestros cuerpos de sudor.

Apenas eyaculo en mi conducto renal, se retiro cayendo de espaldas bastante extenuado, me giré pegándome a su cuerpo, mientras me abrazaba y besaba, el perro se acerco oliendo nuestros cuerpos y hasta lamiendo las partes de mayor secreción, quedándonos quietos disfrutando del animal.

Parte del agotamiento, la calidez del ambiente, la alta hora de la noche, la tibieza de nuestros cuerpos, nos llevó a quedamos dormidos.

Me desperté cerca del amanecer, mi olfato capto los olores espermáticos, el hogar apenas calentaba, tenía algo de frío, me acerque más a Tony, que dormía y el perro se acurrucó pegándose a mi cuerpo, transfiriendo su calidez, aunque esos movimientos terminaron despertando al amigo de mi hijo.

--“Que pasa? Susurró algo dormido.

-- “Tengo algo de frio” contesto.

--“Quieres ir a tu cama?” me expresa

--“No se”

-- “Te gusta estar entre tus amantes?” me dice, con algo de sarcasmo.

--“Estúpido” cacheteándolo levemente.

Levantándose rápidamente, que me llegó a pensar que se había ofendido, pero me alegre al ver que ponía más leña al fuego y traía una manta, ayudando a calentar rápidamente el ambiente. A pesar de aun no haber amanecido, me había despejado bastante, me acurruqué a su cuerpo, mientras nos tapábamos con la frazada, lo bese, tocando su miembro, que no tardó demasiado en ponerse erecto.

--“Responde rápidamente “le digo.

--“Así es, más viniendo de ti, que quieres hacer? Me expresa

--“Pues tu eres mi guía sexual” le contesto destapándome un poco.

--“Es cierto, bien continuaré con mi ocupación, pero no quiero negativas. OK?”

--“Alguna vez las has tenido?”

Sin decir más, me beso y quito la manta, para acariciar mis tetas, desplazándola a través de mi abdomen, bajo vientre y monte de Venus, deteniéndose en mis labios vaginales, pasando su dedo entre ellos, detectando mi ardiente humedad. Rápidamente su verga estaba preparada, debo admitir que la deseaba, inmediatamente mi vulva fue usurpada, con una serie de empellones muy activos, hasta que sentí ser regado mi interior con su semen, lamentablemente quedé a mitad de camino, traté de que no se retirar, pero cayó sobre el costado de la alfombra.

El perro también se había despertado como consecuencia de los movimientos y fundamentalmente por los olores, tomé la cabeza del perro para sentir su lengua y que me aplacase. Tony se dio cuenta, así que me beso y acaricio mientras el animal cumplía con su tarea.

Me giró, para ponerme en cuatro, me dejé llevar sabiendo que sucedía, mientras el perro retomó su labor, en esa posición, mientras Tony continuaba besándome y acariciando las partes, hasta que volvió a montarme, con una desesperación absoluta.

Pero esta vez, fue otro el conducto elegido, después de varios intentos su intromisión fue rápida, hasta menos doloroso que cuando Tony lo hacía, sus patas al igual que la vez anterior se aferraron a mi cadera, iniciando sus jadeos, a medida que intensificaba sus empellones hasta que la membrana de mi recto, comenzó a sentir cada vez mas esa penetración, por acrecentamiento del miembro del animal. Hasta ese momento no tuve en cuenta eso, pero fundamentalmente esa pelota que se le forma para impedir la salida de su aparato reproductor. Las embestidas continuaron hasta que eyaculo en mi recto, es ahí donde me produzco una convulsión, pero cuando trató de salirse solo se giró quedando nuestros culos pegados, pero al intentar retirarse, dado nuestro abotonado, comenzó a arrastrarme haciéndome daño en mi sector ensamblado. Realmente me asuste, por suerte Tony atinó a detener al animal, hasta que se dilatase la verga, durante varios minutos permanecimos así, sintiendo las palpitaciones de su falo contra las paredes de mi recto, eso me llevo, a otra fuerte convulsión, que con besos y penetraciones en mi vagina con los dedos del amigo de mi hijo aceleraron mis orgasmos.

Una nueva eyaculación del animal, me llevó a otro orgasmo, Tony parecía incitarlo cada vez que gemía producto de esos locos espasmos, llevando su miembro a mi boca para ser mamado, mientras sucedía todo esto, oí una puerta, en mi posición no podía girar demasiado, así que no pude ver que era.

Continúe con mi labor, hasta sentir algo de su esperma eyacular en mi boca, cuando minutos después el perro se quitó, estaba agotada la hora, los orgasmos, la posición, que apenas me libere de mis amantes, me tiré sobre la alfombra,

Tony me alzo, mientras sentía alguno de los flujos salirse por mis grietas, me llevó hasta mi cama, me acostó, depositando una manta sobre mi avasalladlo cuerpo, no recuerdo más nada.

Matías, me despertó pasado el mediodía, la intensa noche me había agotado, me destapó bruscamente donde mi desnudez delataba que había sucedido, a raíz que siempre duermo con mi camisón, excepto en las noches de lujuria. Su expresión no fue muy agradable, una cara de pocos amigos, solo oí decir entre dientes, “PUTA”. No hice ningún comentario al respeto, pero todos estábamos involucrados, nadie podía decir algo, aunque creo que viene por otro lado. Me bañé, me vestí rápidamente juntamos las cosas, cargamos el auto, mientras hacíamos esto vi al animal observándonos, posiblemente esperando que lo llevásemos, me dio pena, pero mientras nos alejábamos, no dejaba de mirarnos.

En el viaje apenas cambiamos palabras, más bien cada uno quedo inmerso en sus vivencias, fundamentalmente en mi caso con la experiencia zoo, que había atrapado a mí ser.
 
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