Abuso de poder

roman74

Pajillero
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El siguiente relato me lo contó un conocido mio, que actualmente no se encuentra en las esferas del poder, pero que hace algunos años disfrutó plenamente de los beneficios marginales que gozan aquellos que por un medio u otro detenta un poder polÃ*tico. Por darle un nombre lo llamaré Romualdo. Hace unos 15 o 20 años a tras Romualdo fue el representante de la juventud y escaló envidiables posiciones polÃ*ticas, con el tiempo pasó a ser un miembro muy prestigioso del partido en el poder de esa época, casado con una bella dama era la envidia de la mayorÃ*a de los polÃ*ticos de su partido y de los de la oposición. Con el tiempo comenzaron a surgir múltiples comentarios sobre las costumbres sexuales de Romualdo, la mayorÃ*a de las personas no daban crédito a dichos chismes los cuales ponÃ*an en duda la hombrÃ*a del polÃ*tico, y aseguraban que eran solo para desprestigiar su figura, otros dudaban de lo escuchado, y un número escaso daba por cierto cualquier comentario sobre la persona de Romualdo.
Tan recientemente como hace unas semanas, nos encontramos en un prestigioso restaurante, el se hacÃ*a acompañar por una bella y joven mulata, y yo me encontraba celebrando el cierre de una excelente negociación junto con dos colegas más, de momento la joven se retiró del reservado donde se encontraba con Romualdo llorando a lagrima viva mientras se limpiaba su boca con una servilleta y escupÃ*a cada vez que daba unos cuantos pasos. Pasados unos cuantos minutos salió Romualdo arreglandose la cremallera del pantalón y con una cara de satisfacción envidiable. Al vernos en la mesa se nos acercó y luego de los acostumbrados saludos se sentó sin el menor empacho, una vez que tomó asiento los ocupantes de la mesa nos dimos cuenta que el hombre se encontraba algo pasado de tragos, y por joder nosotros cambiamos el tema de conversación de como nos fue en el negocio y comenzamos hablar sobre mujeres, como Romualdo es de esas personas que da la impresión que disfruta escuchandose a sÃ* mismo mientras habla, apenas tuvo la oportunidad comenzó a contarnos de sus momentos de glorÃ*a mientras fue uno de los más altos dirigentes polÃ*ticos del paÃ*s. Por lo que a continuación leerán son más o menos las palabras textuales de Romualdo.
Bien muchachos como les decÃ*a esa mulata me hiso acordar de una empleada que tuve, pero a diferencia de esta, aquella me dio mucho trabajo el poder bregar con ella. Llegó recomendada a mis oficinas por su propio padre, quien dirÃ*a que un viejo tan feo y demacrado produjera tan hermosa y buena hembra, hoy en dÃ*a la muy ……. se encuentra fuera del paÃ*s. Desde que llegó a mi oficina no tuve más ojos que para ella, alta delgada de piel color canela, cabellos negros como sus ojos, con una hermosa cinturita un tremendo par de tetas y para completar un culito respingón como pocas, además de unos muslos fenomenales. Debido a que su padre la trajo personalmente a mi oficina traté de aguantarme por unas semanas, por suerte en esa época mi mujer le dio por que todos los fines de semana lo pasáramos en la casa que compré en la ciudad de Orlando Florida, con el tiempo encargué a Maritere que es como se llama la nena de que se hiciera responsable de los fondos de la oficina, en fin yo disponÃ*a de ellos como se me diese la gana, pero necesitaba algo con que presionarla, ya que desde que llegó me dio la impresión de que no serÃ*a una presa fácil de cazar.
A los tres meses de estar en la oficina comencé mi ataque descaradamente, haciendo indirectas muy directas a las que Maritere solo respondÃ*a con una risita inocente o poniendose colorada como un tomate, pero llegó el momento en que ya me estaba cabreando su forma de caminar y de tongonear sus bellas nalgas me tenÃ*a a un paso del manicomio, por lo que un buen dÃ*a la cité para que se quedase después de que yo terminase una reunión con el Comité del Partido, que por lo general siempre terminan tarde y en esa oportunidad no fue la excepción. Al regresar a mi oficina la única persona que se encontraba era ella o por lo menos eso yo creÃ*a, y apenas comencé mi ataque, mi esposa apareció en mi oficina tirando por tierra todos mis planes. Resulta que la mosca muerta de Maritere la habÃ*a llamado supuestamente para que mi mujer le diese una receta de cocina, cosa que yo se que es del todo falsa ya que mi mujer solo entra a la cocina por equivocación, pero
eso no me desanimó para nada.
La dejé descansar como por dos semanas, realmente para esa época me estaba acostando con la mujer de un médico socio mio, ustedes ya saben cual, la del escandalo que me costó las elecciones, bien pero esa es otra historia. Para esa época yo estaba mañana tarde y en ocasiones algunas noches con ella, mientras el cabrón de su marido trataba de robarme la que era mi mujer para esa época y una gran cantidad de dinero, lo que no sabÃ*a el muy tonto es que la que era mi esposa tenÃ*a una amante lesbiana y sÃ* para mi siendo su marido era algo difÃ*cil el acostarme con ella en ocasiones, para él fue imposible. Esas dos semanas hice con su esposa lo que se me dio en gana y ella con migo igual, pero como les dije esa es otra historia.
Al regresar a la normalidad después de esas dos semanas tomé un descanso en la casa que tengo en Orlando, como por espacio de dos semanas más, dejé a mi mujer con nuestros hijos y su amiga y yo regresé a mis oficinas.
Durante el viaje me fui trazando un plan de ataque, el caso no era acostarme con ella y ya, no lo que yo buscaba era el hacerlo en más de una oportunidad, por lo que mi plan debÃ*a ser a prueba de errores, como dicen a prueba de tontos. Lo primero que hice fue continuar con mi ataque de frente, asÃ* a Maritere no tendrÃ*a la menor duda sobre mis "honorables" intenciones, como segunda parte del plan la invité a cenar en varias oportunidades a las que muy cortésmente se negó, en vista de que esa alternativa no funcionaba decidÃ* realizar una auditorÃ*a por lo que contraté a una de las mejores oficinas de auditores para tales efectos, por lo que Maritere se verÃ*a obligada a permanecer en la oficina mientras se realizaba la investigación, y que creen existÃ*a un déficit de una gran suma de dinero, lo gracioso fue que ella me localizó en mi casa para darme la buena noticia, al llegar se encontraba hecha un manojo de nervios, ya que de la investigación se desprendÃ*a claramente que era ella misma la única responsable del desfalco, fue cuando le brinde mis brazos para darle apoyo en tal difÃ*cil situación por la que ella se encontraba atravesando, ya que los fondos faltantes eran de una cuenta a la que en teorÃ*a solo ella tenÃ*a acceso.
Una vez tuve todos los ases en mi mano se los presenté a Maritere, fue bien fácil y ella claramente lo entendió, o se acostaba con migo o sencillamente la entregarÃ*a a las autoridades competentes, el soló pensar en el escandalo que se formarÃ*a y como se afectarÃ*a ella y su familia hicieron que la balanza se inclinase a mi favor de manera considerable, por lo que con el fin de darme el placer de acostarme con esa hembra y disfrutarlo plenamente la invité a uno de los principales hoteles de la ciudad donde primero cenarÃ*amos en uno de sus restaurantes y luego de bailar un rato en la pista mientras hacÃ*amos la digestión, llegó un momento en que llegué a pensar que me habÃ*a abandonado ya que cuando nos disponÃ*amos a salir se le ocurrió visitar el baño de las damas y en ese lugar se demoró mucho tiempo, al regresar a la mesa yo ya habÃ*a pagado la cuenta y nos dirigimos a nuestra habitación durante casi toda la noche yo sentÃ*a que Maritere no me tenÃ*a el más mÃ*nimo apreció, quisas ella sospechaba que yo le tendÃ* una trampa pero no tenÃ*a forma de probarlo por lo que no le quedaba más remedio que aceptar mis demandas, al llegar a la habitación del hotel Maritere de inmediato se metió al cuarto de baño y permaneció ahÃ* hasta que me vino en gana llamarla minutos más tarde, yo me habÃ*a servido una copa de Brandy por aquello de animarme, pero al verla salir del cuarto de baño por poco se me desprende la quijada, ella apareció vestida con una bata de seda casi transparente su hermoso cuerpo se podÃ*a ver en todo su esplendor, apenas su ropa intima ocultaba sus bellos senos y su no menos hermoso y sabroso coño, como les dije por poco se me desprende la quijada, yo imaginaba que ella estaba buena pero mi imaginación no daba para tanto, una vez salió del cuarto de baño yo me le acerqué al tiempo que me quitaba la ropa, en ese momento me comunicó por su mirada la fuerte repulsión que sentÃ*a hacÃ*a mi persona, detalle que lejos de desanimarme me excitó mucho más de lo que estaba, y sin miramiento alguno se lo hice saber, luego me le continúe acercando hasta que su hermoso cuerpo
se encontró al alcance de mis manos, Maritere lentamente se fue retirando y tratando de mantener distancia entre ella y yo, pero le fue imposible el lograr su cometido como quiera yo le di alcance acorralandola contra la pared de la habitación del hotel, mi boca buscó sus labios pero ella me esquivó volteando su rostro en sentido contrario, tengan por seguro que eso no me detuvo para nada al contrario me excitó más aun, a tal grado que tomé su cara entre mis manos y buscando su boca mi lengua lamió parte de su rostro, la cara de repulsión que ponÃ*a cada vez que mi lengua pasaba por su rostro para mi valÃ*a un millón.
Como se darán cuenta a pesar de tener la sartén cogida por el mango, la cosa no era del todo fácil ya que Maritere de una forma o de otra se oponÃ*a a mis avances, hasta que llegó el momento en que me encojone con ella, su falta de colaboración era muy evidente, la tomé por su larga cabellera negra y jalandola hacÃ*a mi persona se las canté bien clara, al tiempo que la obligaba arrodillarse frente a mi verga, con el único fin de que me le diera una buena mamada, cosa que muy a su pesar hiso, le advertÃ* que ella se encontraba ahÃ* con el único y especÃ*fico fin de darme gusto de la forma o manera que a mi se me antojase, después de lo cual comenzó abrir su boca, y con los ojos cerrados se dio a la terea de lamerlo lentamente, era más que evidente que tal acción le causaba nauseas, pero aún y asÃ* continúo con el siguiente paso que consistÃ*a en comenzar a meterlo dentro de su boca, cosa que no fue necesario el repetirselo más veces. Maritere a pesar de oponerse dio muestras de un alto grado de conocimientos sobre las relaciones orogenitales. Su boca se tragaba completamente mi verga una y otra ves, con tanto ahincó, que terminó sacandome un chorro de leche de mi verga con su boca y tragandosela, cuando yo creÃ*a que dejarÃ*a de mamar ella me continúo chupando la verga lo cual me produjo un mayor placer, el ver como se afanaba mamando arrodillada a mis pies hasta que nuevamente mi verga se tonificó de nuevo.
Agarré a Maritere por uno de sus brazos la levanté de la alfombra donde se encontraba arrodillada y luego la empujé sobre la cama, ella trató de oponerse, pero le recordé que no le convenÃ*a llevarme la contrarÃ*a o que se atuviese a las consecuencias, luego de lo cual dejó de ofrecer resistencia. Debido a la manera en que quedó parcialmente acostada sobre la cama sus nalgas se veÃ*an provocativas, sus rodillas se encontraban en contacto con la alfombra de la habitación del hotel y yo me estaba más que excitado al verla en esa posición, por lo que se me antojó comerle el culo con mi verga, de un jalón le hice trizas el pequeño tanga transparente que usaba en esos momentos, Maritere se quedó sorprendida por mi acción y se quedó como petrificada viendo como yo con mi verga entre las manos me acercaba al ojete de su culo, ella vino a reaccionar cuando comenzó a sentir luego que ensalive su esfÃ*nter, como mi maceta comenzaba a penetrar las blancas carnes de sus nalgas, para que les cuento eso al principió pegó un grito que se debió escuchar hasta en el vestÃ*bulo del hotel, y a medida que se lo introducÃ*a entre sus nalgas me insultaba con todo tipo de palabras soeces, hasta que mi verga llegó hasta el fondo de su culo, y cuando mis bolas chocaron con la piel que ahÃ* entre su culo y su coño, justo en ese momento dejó de insultarme y comenzó a mover sus caderas con furia lujuriosa, mis manos se encontraban rodeando su delgada cintura atrayendola hacÃ*a mi cuerpo con fuerza, para mi el placer era infinito sentÃ*a mi verga como dentro de su sabroso culo entraba y salÃ*a una y otra ves, por su parte la muy puta me pedÃ*a que le diese más y más, no se sÃ* fue por la espléndida mamada que momentos antes me habÃ*a dado con su bella boca o serÃ*a lo excitado que me encontraba pero ha sido el polvo más largo que en mi vida he echado, una ves que logré acabar dentro de su culo. Maritere se comportó más puta de lo que yo fuese capaz de imaginar, tanto que para que se calmase y en vista de lo agotado que me encontraba me pidió que le mamase el coño y yo gustoso accedÃ*, mi lengua mis labios en fin toda mi boca y cara las restregué una y mil veces contra su vulva, por lo menos debió tener dos o tres orgasmos en esos momentos, al final los dos quedamos rendidos en la cama hasta la ma&ntil
de;ana del dÃ*a siguiente en que los empleados del hotel nos llevaron el desayuno a la cama, ese tipo de relación la mantuvimos por espacio de varios meses, hasta que se destapó el escandalo del que todos ya saben.
Una ves que Romualdo terminó su relato, se levantó y despidió de nosotros con la misma actitud que cuando llegó a la mesa, uno de los que se encontraba en la mesa comentó, ya quisiera ese que eso fuese verdad, el segundo no lo afirmó ni negó que pudiese ser cierto lo dicho por Romualdo y yo en lo particular como lo conozco se que podrá ser entre otras cosas jactancioso, bocón, arrogante e insolente pero en cuanto a lo dicho por él no lo dudo para nada, además también tengo la dicha de conocer a Maritere, y ese preciso dÃ*a a solicitud de ella mantuvimos un encuentro en el baño de damas de ese restaurante, pero a diferencia de Romualdo yo no le dÃ* por el culo esa noche asÃ* que él en cierta medida metió su boca donde yo momentos antes habÃ*a metido mi verga.
 
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