ABRIGANDO LA TUMBA.

RADIACTIVO88

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Saludos mis Hermanos y Hermanas. Tomando la invitación de Tezcatlipoca escribí una corta historia para Halloween, espero les guste.

ABRIGANDO LA TUMBA.

Por RADIACTIVO88


Hola. Mi nombre es John, quiero contarles una historia, mi historia, sobre algo inusual que me sucedió, un 31 de octubre en una fiesta de celebración del Halloween.

Era una de esas fiestas que celebran los antros y discotheques del lugar para atraer clientes y hacer negocio con la venta de bebidas.

Llegue con un grupo de compañeros de escuela que nos habíamos puesto de acuerdo en divertirnos en grande y de pasada ver que ligábamos.

Estuvimos bebiendo y bailando con algunas chicas que conocimos ahí mismo:

Cuando note su presencia, se encontraba en una esquina de la barra, bebiendo una margarita, aparentemente sola. Se veía hermosa como estrella de cine. Yo ya estaba algo ebrio y animado por la bebida ingerida me le acerque para invitarla a bailar, ella acepto, bailamos unas piezas y después fuimos a una mesa a platicar, Julia, me dijo se llamaba, estaba en primer año de derecho y estaba visitando a sus padres antes de regresar a la ciudad donde estudiaba.


Bebimos y platicamos un buen rato, me sentía muy bien con su compañía, había algo en ella que me hacía pensar que la conocía de toda la vida. Una especie de DE-JAVU.

Envalentonado por el alcohol y sin meditarlo, le propuse ir a un lugar más íntimo, ella se me quedo viendo, parecía pensar algo. “La cague” pensé yo. Pero en vez de recibir una cachetada o un insulto, y que se levantara indignada, solo dijo “De acuerdo”:

Respire aliviado y sorprendido de mi buena suerte.

No quise llevarla a mi departamento, pues lo compartía con un compañero y no deseaba que nos cayera de improviso en un buen momento.


Pague la cuenta y salimos al estacionamiento del antro. Ella me dijo que no tenía coche, que había llegado con unas amigas, pero al llegar se desentendieron de ella, así que no creía que la extrañaran si se iba, pero igual les mandaría un mensaje para que no se preocuparan por ella al irse.


Por suerte yo si llevaba mi coche, mis demás compañeros que se acomoden en los otros, pensé yo. “Esto no me lo pierdo”.

Como dije no quería llevarla a mi apartamento, no fuera que nos cayera el chahuistle en lo mejor del momento, así que recorrí algunas calles buscando un discreto motelito. Durante todo el camino, Julia se había portado bastante traviesa, besándome y con sus manos, acariciando mi pecho y bajando hasta mi entrepierna, sobando mi verga por sobre mis pantalones. Obvio yo ya estaba más caliente que una plancha a su máximo nivel. Por suerte no tuvimos un accidente con tanta distracción.

Encontré uno de mi agrado y entramos, le pedí a Julia que me esperara en el auto en lo que yo rentaba una habitación, entre a la recepción y una simpática empleada disfrazada de Katrina que estaba en el mostrador me atendió. Yo inspirado por el momento pedí la mejor habitación, y pregunte si tenían champaña, al responderme afirmativamente, pedí que llevaran una botella al cuarto, pague el servicio de cuarto y la bebida. Antes de regresa al vehículo, la recepcionista Katrina me dio una llave, me indico el número y me dijo que el servicio duraba 4 horas para desalojar, si me pasaba ese tiempo debía pagar extra. Agradecí el dato y regresé al auto con Julia.


Lo que me agrada de estos motelitos es que cada cuarto tiene su cochera independiente, con una cortina corrediza para darle discreción a las parejas que llegan ahí. Ya saben, si llegas a un lugar así y ves un auto y dices, ¿no es este el carro de fulanito o zutanito? ¿Con quién estará? ¿No les ha ocurrido algo semejante?


Entramos a la cochera, bajamos del auto, abro la puerta del cuarto, en lo que Julia entra yo corro la cortina para tapar el vehículo de miradas indiscretas. Entro a la habitación y veo a Julia explorándola, Yo también me tomo mi tiempo revisando. Es amplia con una gran cama King size, un minibar, y un amplio JACUZZI. Julia estaba emocionada, me dijo que nunca ha estado en uno, “siendo sincero yo tampoco”. Se me acerca y me da un ardiente beso de lengüita, “vaya con la chica”, pensé yo.

Aprovecho el momento para yo también acariciarla a mi gusto, no frenéticamente, me tomo mi tiempo para acariciar su trasero primero, los amaso y le doy un suave masaje a esos duros glúteos. Poco a poco mis manos suben por su espalda sin dejar de acariciarla, de ahí paso al frente, a sus pechos. Los acaricio por encima de su vestido, no son grandes, pero son firmes, vuelvo a su espalda, encuentro la cremallera de su vestido y la corro abajo, ahora tengo contacto con su espalda desnuda, la toco, la acaricio en suaves círculos, su piel se siente tan cálida, levanto mis manos a la parte superior de su vestido, a los hombros, y lo voy bajando lentamente. Ella baja sus brazos para facilitar mi trabajo, el vestido cae por inercia de su cuerpo. Ella vuelve a abrazarme al sentirse liberada, sin dejar de besarme. Yo sigo acariciándola, ahora está ya casi desnuda solo con su ropa interior, que después aprecio mejor, es un lindo coordinado de bragas y sostén de encaje en color tinto. “WOW”. Dije Yo, apreciando su cuerpo cubierto con tan sensuales prendas. Mi vista se deleitó admirándola, era de complexión llenita, deliciosos muslos, caderas un poco amplias, y un culo que se me antojo agarrar a nalgadas, una cintura apretadita, como que, hacia algún tipo de ejercicio, pechos medianos como naranjas rematados en unos pezones oscuros y paraditos. Que se me antojo chupar de inmediato.


Justo cuando iba a hacerlo, tocaron a la puerta, le pedí a Julia que entrara al baño en lo que yo atendía a quien estaba tocando, ella obedeció, y yo fui a ver quién era el impertinente.

Era una empleada que traía la bebida que había pedido y pagado en recepción, era una mujer de buena apariencia y también iba disfrazada de brujita, con un vestido negro y el clásico gorrito de cono. Dejo una cubetita con la champaña dentro, cubierta de hielo para mantenerla fría y una bandejita con fresas. Bueno, dicen que la champaña se disfruta mejor con fresas.


Le di las gracias a la brujita, le di una propina y la despedí, apreciando su trasero en lo que se retiraba. Abrí la champaña y llene las 2 copas que venían con el servicio, le grite a Julia que ya podía salir.

Ella salió completamente desnuda, ahí pude apreciar que tenía completamente depilado el coño, un coño de gordos y apretados labios. Y una raja bien cerrada. Sus tetas como había dicho tenían el tamaño de unas grandes naranjas ligeramente caídas por la gravedad, y de aureolas y pezones completamente oscuras, casi negras. La verga se me paro de inmediato, le ofrecí una copa y bebimos algunos tragos acompañados con bocados de fresas. Julia me veía de un modo salvaje, sus ojos brillaban, expresando la calentura que sentía, entonces dijo “quiero bañarme” lanzando una mirada a la tina del Jacuzzi, Yo sonreí y dije “Tus deseos son órdenes”. Procedí a llenar la tina, y a quitarme la ropa que ya sentía que me estorbaba, en lo que Julia bebía otra copa de champaña con más fresas, el Jacuzzi estuvo listo para cuando iba por su cuarta copa, ya en ese momento ella estaba por demás alegre y muy receptiva.

Entramos al Jacuzzi, y procedimos a enjabonarnos mutuamente, me acomode atrás de ella con el pretexto de enjabonar su espalda, pase mis manos y el jabón primero por toda su espalda, hasta donde alcazaba de sus nalgas, después envolví con mis brazos su cuerpo para dedicarme a masajear esas deliciosas tetas, con una mano seguí atendiendo sus pechos, la otra fue bajando por su abdomen, para jugar primero un poco con su ombligo y después seguir bajando y masturbar su pucha.

Julia, dócilmente solo se dejaba hacer, lanzando continuos y débiles gemidos. Entonces la puse de pie e hice que apoyara las manos en el borde de la tina, teniéndola en esa posición inclinada, le abrí los cachetes exponiendo su prieto y fruncido anito, quien de inmediato recibió la atención de mi invasora lengua. Mientras le daba largos y profundos lengüetazos a su culo una de mis manos se dirigió a su coño para estimular su clítoris, entonces ya no fueron gemidos, eran chillidos los que soltaba, música qué me excitaba más.


Creo que fueron como 5 minutos en que le estuve comiendo el culo, cuando soltó un alarido y se dejó caer dentro de la tina. Esparciendo agua por todos lados, y arrojándome hacia atrás. Ella respiraba agitadamente, recuperándose de su orgasmo

Yo la abrazo por atrás y le doy pequeños besos en el cuello, haciéndola estremecerse más, pues las ondas de su orgasmo todavía la sacuden. Le permito recuperarse, ella se da vuelta y se apodera de mi verga que estaba dura como hierro, y procede a hacerme una paja, me pide que me levante sin soltarme el pene. Yo obedezco y ya de pie, se mete mi verga a la boca haciéndome una buena mamada. “mi pene es de tamaño promedio, por lo que no tiene problema en tragárselo casi todo. En lo que me masturba con su boca con una mano me acaricia las pelotas y la otra me sujetas las nalgas. Así qué me tiene bien agarrado.


Yo tampoco aguanto mucho, por lo que en poco tiempo le estoy dándole su merienda de leche. Ella lo sostiene en su boca, la abre y me enseña la lengua completamente cubierta del blanquecino líquido, la cierra y se lo traga todo, vuelve a abrir su boca para mostrarme que se tragó todo. “Buen comienzo” pensé.


Salimos de Jacuzzi y nos secamos uno al otro, yo ponía especial atención a sus tetas, coño y nalgas, hasta qué ella riéndose, me dio un empujón y se secó ella sola. Yo hice lo mismo.


Me acerque al bar y llene de nuevo las copas, le ofrecí una, tome la bandejita con lo que quedaba de fresas y nos dirigimos a la cama, nos recostamos y yo aprovecho y le digo que le daré un masaje. Ella acepta gustosa, se tiende boca abajo y tomando una pequeña botellita que estaba en la repisa, coloco una generosa porción de crema en mi mano y procedo a untársela por toda la espalda tallando y haciendo presión en ciertos puntos, ella lo estaba disfrutando, le dije que se diera vuelta y volví a poner crema en mi mano, y se lo unte, primero en sus hombros y fui bajando por su torso, me concentre en darle mucha atención a sus tetas amasándolas, apretándolas, pellizcándole y estirando sus pezones, ella solo gemía y hacia un montón de muecas, baje por su estómago y le dedique un poquito de atención a su ombligo, soltó una risita divertida.

Baje a sus muslos y después de frotarlos un poco, dedique mi atención al deseado manjar que estaba en medio. Ella tenía los muslos cerrados, pero cuando sintió mis dedos los abrió ligeramente para facilitar mi intrusión.


No fui directo, primero acaricie e hice círculos alrededor de su monte púbico, poco a poco fui bajando por toda su raja, pasando mis dedos lentamente de arriba hacia abajo y viceversa, ella comenzó a humedecerse, con los dedos de una mano separe los labios mayores de su vulva y expuse el capuchón de su clítoris. Primero le pase mis dedos de arriba-abajo, de abajo-arriba, en círculos dando pequeños tironcitos, ella ya estaba soltando abundante flujo cuando decidí atacar con mi boca y lengua, y ahí mordí, lamí, chupe, hasta hacerla venirse en otro explosivo orgasmo. Le deje descansar un poco antes de seguir torturándola.

Para entonces ya tenía planeado que hacer, moje una fresa en mi copa y lo deslicé repetidamente por toda su grieta, primero se la ofrecí a ella, pero como que no le gustó la idea, así que me la comí yo, HHmmmmmmm.

Repetí esto unas 3 veces, entonces cambié de procedimiento. Introduje una fresa en su coño, vacié un chorrito de champaña y se la chupé, hasta sacar la fresa con mi boca, repetí esto otras 2 veces hasta que decidí atacar directo, pasaba mi lengua por toda su vulva poniendo énfasis en su clítoris, cuando note que ya estaba completamente perdida, de un solo estoque, le clave mi verga, ella solo soltó un grito y se aferró con ambas piernas a mi cintura, sus brazos rodearon mi espalda, me tenía bien sujeto, yo perdí el control y comencé a bombearla fuertemente, con cada golpe la cama daba un salto de lo fuerte que la estaba penetrando, cada tanto tiempo me incorporaba sacaba mi verga, y sujetándomela, con la cabeza tallaba furiosamente su clítoris. Julia estaba n un continuo alarido de excitación, volvía a clavar mi pene y la golpeaba frenéticamente contra la cama. Estuvimos así unos 15 minutos, ella había tenido 2 o 3 orgasmos, cuando sentí que mi explosión estaba cerca, acelera más, si es que se podía, se la saque cuando iba a eyacular mi primer chorro, después un segundo y un tercero, bañando su pelvis, ella se lo unto por toda la pepa y el estómago. Estábamos exhaustos. Nos abrazamos y platicamos un poco, primero de la escuela, luego de la familia y amigos, después de nuestros sueños, y ahí también sin pensarlo, le propuse ser novios, me volvió a mirar igual que en el antro. Yo estaba expectante. ¿En serio? Pregunto. ¡en serio! Respondí.

Entonces dijo. “De acuerdo”, y me dio un efusivo beso. Descansamos un poco, antes de echarnos otro polvo ya para irnos. Comenzamos haciendo un 69, después ella me monto y cabalgo un poco, pasamos a la cucharita, misionero y terminamos con la posición Doggy Style, donde termine bañando sus nalgas.

Descansamos un poco y volvimos al Jacuzzi para asearnos, jugamos un poco antes de salir, nos secamos, vestimos, tomamos una última copa antes de irnos.


Cuando salimos, la temperatura había descendido bastante, por lo que hacía mucho frio y ella no llevaba abrigo, por lo que me quité el mío y se lo puse sobre los hombros. Julia se enterneció con mi gesto. Subimos al auto y salimos del motelito, Julia me daba indicaciones para llegar a su casa y yo las seguía, hasta llegar a una casa de 2 plantas. Bajamos de auto y nos dimos un último beso antes de irme. Fue ARDIENTE. Le pregunte, ¿Te veo en la mañana?, y ella dijo medio riéndose “Tonto ya casi es de mañana, mejor en la tarde” “De acuerdo” respondí. Subí a mi coche y me retiré.


Al llegar al departamento y buscar mis llaves, me di cuenta que no las traía, “Las deje en la chamarra” recordé, toqué a ver si mi compañero abría, pero por lo visto aun no llegaba. “De haber sabido” me dije, así que no tuve remedio y regresé a la casa de mi nueva novia a molestar gente.


Toco la puerta suavemente al principio, apenado por molestar a alguien tan temprano, un poco más fuerte después, tras unos minutos, la puerta se abrió, un hombre mayor, era de estatura media y estaba muy delgado, su rostro reflejaba una inmensa tristeza, detrás de él veo la cara de una mujer como de la misma edad, reconocí de inmediato sus facciones, así que supuse que eran sus padres.


El señor amablemente me pregunto “¿Qué se le ofrece joven? Yo no encontraba palabras para explicarles porque estaba ahí a esas horas, así que respiré profundamente y por fin dije. “Disculpe señor por venir a molestar a esta hora, me llamo John. Soy el novio de su hija Julia, perdone, pero ¿puede pedirle por favor, que me pase las llaves que están en mi abrigo? El señor se puso muy serio, ¿El novio de Julia? ¿Quién es usted y de donde conoció a mi hija?


Ya se lo dije señor. Me llamo John y anoche, su hija y yo nos hicimos novios.


El señor se puso furioso, y apenas conteniendo su rabia me dijo.


-¿Cómo que usted estuvo anoche con mi hija?

-Si señor, apenas hace una hora vine a dejarla, quedamos de vernos más tarde, pero este pequeño olvido me hizo volver ahora a molestar.

La mujer que estaba detrás, lanzo un grito y tapándose la cara corrió llorando. El hombre ya no aguanto su rabia y me grito furioso


-¿Qué esto?, ¿acaso una broma de Hallowen? Porque si es así es bastante cruel y desconsiderado de su parte, mi hija Julia falleció en un accidente de auto, exactamente hoy se cumple un año que eso paso.


Yo me quede perplejo. ¿C-c-cómo? Solo alcance a decir, antes de que me azotara la puerta en la cara. Me quedé ahí parado no sé cuánto tiempo, viendo esa puerta, después subí a mi auto y conduje, solo conduje sin dirección como una botella al capricho del oleaje del mar. Cuando me di cuenta estaba frente al cementerio, baje del auto, una extraña fuerza me movía, yo solo me dejaba guiar, moviéndome entre las tumbas, criptas y mausoleos. Llegue casi al final del camposanto, y ahí vi mi abrigo sobre una tumba, como si estuviera abrazándola amorosamente, en la lápida leí su nombre y las fechas de nacimiento y muerte, y más arriba, para descartar cualquier duda estaba una fotografía. No había duda era ella.

Me quede ahí parado, silencioso, mi cerebro tratando de dar una explicación lógica, a lo que no tenía lógica. ¿En verdad paso? Me preguntaba una y otra vez, pero ahí estaba mi abrigo, mudo testigo de todo lo acontecido.

Busque en los bolsillos, encontré mis llaves y algo más, enrolladas y hecha una bolita estaba su braguita de encaje, y dentro un papelito, una notita que decía, “para que me recuerdes” Sonreí, me la lleve a la cara y aspire su olor, un olor a hembra en celo que hizo que mi verga palpitara.

Y me retire, llegue al departamento y abrí, mi compañero ni sus luces, me bañe, prepare algo para desayunar y espere a que abrieran los comercios.

Fui a una florería y compre el mejor arreglo que tenían, y me dirigí de nuevo al cementerio, lo deje a un lado de la foto y dije “Feliz aniversario, amor”, como buen creyente rece unas oraciones y me retire después de besar mi mano y pegarla a la imagen, continue con mi vida como si nada hubiera pasado, solo iba ocasionalmente al cementerio a dejar una rosa roja, recordando nuestra noche.


Ha pasado un año, es 31 de octubre, día de Halloween nuevamente, me encuentro fuera del cementerio, dentro de mi auto, está empezando a oscurecer. Entonces veo lo que estaba esperando, veo salir a una joven por el portón del cementerio. Era Julia, llevaba el mismo vestido negro con el que la conocí, posiblemente el que llevaba puesto cuando falleció, o con el que la sepultaron. Toco la bocina para hacerme notar, ella voltea, me ve y sonríe dirigiéndose a mi auto.


-Se sube y viéndome, pregunta. ¿Cómo supiste?

-A lo que yo calmadamente respondo “No lo sabía. Solo di un salto de fe, además. Un aniversario no se olvida” y le entregue una rosa que llevaba en mi regazo, “Feliz aniversario mi amor”.


Después de llevársela a la nariz para olerla, me da un candente beso, cuando nos separamos le pregunto, “Que te gustaría hacer, ¿vamos a cenar, a bailar, vemos una película? Y después “YA VEREMOS”. Ella sonríe pícaramente y remarca “me gusta más ese, YA VEREMOS” acariciando mi mejilla. Enciendo el auto y pregunto, “entonces ¿A qué hora debes volver?” Y Julia responde “antes del amanecer”.

-Entonces tenemos “TODA LA NOCHE” digo arrancando el auto.

-Si. “TODA LA NOCHE” Repite ella, con seductora voz y sonriéndome maliciosamente.


Fin.

Bueno, espero por favor comenten, den consejos, ideas. Tezcatlipoca, espero haber complido las expectativas. Adalberto, si lees esto, creo que no es lo que tenias en mente cuando me animaste, pero consideremoslo como un ensayo. Gracias a todos por prestarme un poco de su tiempo. :giggle: ☢️
 

Lobo85

Estrella Porno
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Carajo, tan peculiar como siniestro, muy buen relato Radioactivo, que bueno que te animaste a escribir un relato para Halloween (y)
 
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