A veces es posible.

roman74

Pajillero
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Parece increÃ*ble como de manera sorpresiva , se pueden hacer realidad las fantasÃ*as eróticas mas recónditas, y además de manera casual, como sucedió con el relato que presento a continuación.
Carla es la menor de las hermanas de mi esposa, es una chica joven blanca de pelo castaño claro, un poco llenita, pero muy, muy bien formada, con una hermosa sonrisa, unos ojos cafés muy claros, casi amarillos y además con unos enormes y maravillosos senos, a los cuales desde que la conocÃ*, siempre habÃ*a soñado en morder y besar. Debido a su complexión tiene también unas piernotas blancas y muy bien torneadas. En fin, a sus 20 años es una mujer hermosa con la cual me he imaginado haciendo el amor infinidad de veces. Debido al atractivo que sentÃ*a por ella, y aun mas, pensando si todavÃ*a serÃ*a virgen, y aunado a esto las sonrisas de complicidad y picardÃ*a que me lanzaba, yo solo esperaba la ocasión en que mi esposa nos dejara solos para poder observarle los senos con toda calma, pues siempre le gustaba usar ropa escotada, y además ella sabÃ*a lo que tenÃ*a y le gustaba lucirlo, y asÃ* le daba rienda suelta a mi imaginación. Me excitaba pensando como le harÃ*a el amor en diferentes posiciones hasta acabar adentro de ella. De verdad me excitaba mucho nada más de pensarlo, claro que jamás pensé que se me presentarÃ*a la oportunidad.
Como les mencioné al principio, la oportunidad llegó de manera casual, un dÃ*a en que mi esposa y yo fuimos a una fiesta y mi cuñadita se quedó a cuidar a nuestra hija. Como mi cuñada está estudiando aun, pues me pidió prestada mi computadora, cosa que sucedÃ*a frecuentemente ya que ella no tiene internet en su casa, y como mi compu es de las mas nuevas con la cual elaboro los presupuestos de mi negocio de construcción. AsÃ*, ella aprovechaba el tiempo mientras la niña dormÃ*a hacÃ*a algunos trabajos de su escuela.
En esa ocasión llegamos tarde mi esposa y yo después de la fiesta,. Eran cerca de las 3 de la mañana y me toco como siempre, llevar a mi cuñada de regreso a su casa. El simple hecho de tenerla cerca de mi y a solas me provocaba pensamientos eróticos e invariablemente me provocaba una erección. En fin, siempre que tenÃ*a la oportunidad de estar solo con ella, aprovechaba para sacarle plática de su novio o de alguien con quien saliera, y asÃ* poder tocar el tema de las relaciones de pareja pretendiendo saber si ya habÃ*a tenido relaciones o no. Pero ella es muy reservada y era casi imposible sacarle algo, aunque siempre me miraba y se reÃ*a pÃ*caramente, como adivinando a donde querÃ*a yo llegar. Yo siempre le hacÃ*a bromas, y en esa ocasión le pregunté adonde querÃ*a que la llevara, y ella riéndose me dijo que a donde yo quisiera, pero otro dÃ*a porque ya era muy tarde. Se bajo rápido del carro, pero antes se despidió de mi con un beso en la mejilla que yo sentÃ* como de cierta complicidad en relación a lo que venÃ*amos platicando.
En fin, la noche paso sin otro suceso de importancia.
Al dÃ*a siguiente me disponÃ*a a hacer un presupuesto y al encender mi computadora me encontré que en el monitor solo se veÃ*an cuadros de colores, y no podÃ*a acceder a ninguno de mis programas sin que aparecieran los malditos cuadros de colores. Ya se imaginaran el coraje que hice al pensar que podrÃ*a perder toda mi información por un virus. Al checar en el historial los archivos de las páginas de internet a las que habÃ*an tenido acceso la noche anterior, me encontré con una lista interminable de páginas pornográficas, las cuales indudablemente fueron las causantes del virus que invadió mi máquina. Al principio estuve a punto de estallar en cólera, y pensé decirle a mi esposa lo que su hermanita habÃ*a hecho con mi compu, pero me tranquilicé después de hablarle al técnico en informática, el cual me dijo que no era grave y que si le llevaba el CPU podrÃ*a eliminar el virus y rescatar mis archivos sin ningún problema, cosa que hice inmediatamente. Y asÃ*, el técnico se encargó de recuperar todos mis documentos.
Todo este problema pasó desapercibido para mi esposa y también para mi riquÃ*sima cuñada Carla. Y yo, olvidé el enojo y el agravio, pero me quedé pensando que en la noche anterior en la que la lleve de regreso a su casa, debÃ*a de haber llevado la ropa interior empapada de la excitación de ver tantos videos porno, se me fue la gran oportunidad de intentar algo mas, y yo sin saberlo.
En consecuencia de todos estos morbosos pensamientos con Carlita, fue que me decidÃ* a escribir un relato, en el cual narraba como le hacÃ*a el amor, poniéndome atrás de ella en la computadora, ella leyendo relatos pornográficos mientras yo desde atrás empezaba a sobarle sus enormes senos. Con lo caliente que estaba, no me costó trabajo escribir todo el relato. Mi imaginación voló y mi excitación era tal que al terminar me masturbe pensando en Carlita. Guardé el relato en el archivo de mi computadora, pensando en subirlo a esta página mas tarde.
Una tarde tiempo después de este suceso, mi cuñada me pidió prestada mi compu para un nuevo trabajo de la escuela, a lo cual yo accedÃ* inmediatamente. Mi esposa no estaba, pues habÃ*a salido con la niña a hacer algunas compras, y después pasarÃ*a a ver a su mamá, Esto sucedÃ*a muy frecuentemente y ella nunca llegaba antes de las 8 de la noche a la casa. Yo tenÃ*a que trabajar hasta tarde en mi negocio, cosa que también era normal, asÃ* que "supuestamente" Carla iba a estar sola en nuestra casa. Se presentaba una oportunidad única, que yo no podÃ*a perderme, asÃ* que me jugué el todo por el todo, con un poco de miedo por lo que podrÃ*a suceder si mi esposa se enteraba de mis intenciones, pero ganó mi excitación que era mucha mas que el temor.
Y asÃ* fue como se me presentó la oportunidad. Yo me salÃ* temprano del negocio y me fui directo a mi casa, en donde encontré a Carlita sentada en mi escritorio haciendo su trabajo. Al verme se sorprendió un poco, pues obviamente no esperaba verme ahÃ*. Yo le dije que solo iba a imprimir unos archivos que tenÃ*a en mi computadora y que me urgÃ*an para entregar un presupuesto. Al decirle esto trató de levantarse pero yo la detuve de los hombros, al tocarla sentÃ* inmediatamente correr la electricidad a través de mis manos, estaba excitadÃ*simo. Le dije que por favor, ella los buscara por mÃ*. Le di los nombres de los archivos y mientras los buscaba aproveché el momento para comentarle lo que le habÃ*a pasado a mi maquina la ultima ves que ella la uso. Inmediatamente se puso roja y muy apenada, yo le dije que no se preocupara que no tenÃ*a nada de malo ver esas páginas, que yo mismo lo hacÃ*a, y que no le habÃ*a dicho a mi esposa nada de lo que habÃ*a pasado, además el problema se habÃ*a resuelto fácilmente, pero le recomendé que no viera páginas inseguras, y asÃ* empecé a recomendarle algunas en las que no habÃ*a peligro de transmisión de virus, además de la página de todo relatos. Para esto al irle dando la explicación me sitúe detrás de ella, tome su mano por encima del mouse y fui abriendo las páginas que le mencionaba, ante lo cual ella se sonrojaba cada vez mas, sin embargo no quito su mano, ni hizo nada para detenerme. Y yo de esa manera, tenÃ*a una vista extraordinaria de sus enormes senos. Yo le dije que a mÃ* me gustaba leer y también escribir relatos eróticos, y que ella me habÃ*a inspirado para escribir uno, entonces abrÃ* el archivo en el cual estaba mi relato acerca de ella y le dije que lo leyera en vos alta para saber que le parecÃ*a y si me autorizaba a subirlo a la página de todorelatos.com.
Yo ya no cabÃ*a de la excitación que sentÃ*a, y ella, aunque trataba de disimularlo, también estaba excitada, pues aunque no dejaba de ponerse roja de la vergüenza, no se negó a leer mi relato, y se le notaba en la voz el timbre de la excitación. Yo, empecé a actuar de acuerdo a lo que ella iba leyendo, de manera que la tomé de los hombros, y fui bajando mis manos lentamente sobre sus hermosos senos, y seguÃ* hasta llegar a tocar sus pezones. Mi sueño estaba empezando a hacerse realidad, y ya para esas alturas, yo tenÃ*a una erección tan intensa como pocas veces en la vida.
Empecé a bajar mis manos, pero al llegar a su vientre, ella me detuvo, diciéndome que ¡no, ahÃ* no!, pero comencé a darle besitos en el cuello y las orejas y al subir sus manos para detenerme, yo aproveche y metÃ* las mÃ*as en su pantalón de mezclilla. Que sensación tan increÃ*ble, mi cuñadita, estaba completamente mojada, tenÃ*a una verdadera inundación en su ropa interior. Yo no sabÃ*a si seguir con mis caricias, o llamar a protección civil, o a la unidad para la prevención de desastres naturales. Esta mujer se estaba inundando de placer.
Casi a punto de meterle un dedo, ella hizo el intento de detenerme, y yo le dije que sabÃ*a que estaba excitadÃ*sima y que me dejara terminar el trabajo, que esto iba a quedar solo entre ella y yo, y que nadie se enterarÃ*a de lo que pasara. Ella no pudo ni contestar, hizo un intento por detener la arremetida de mis dedos en su vagina, pero no pudo. Ya la excitación habÃ*a hecho presa de ella. AsÃ* que le ayude a levantarse, le quité la blusa y el brasier, besé sus senos nuevamente y fui bajando, dándole lengüetazos al mismo tiempo que le bajaba los pantalones, dejándola completamente desnuda, era tan hermosa como siempre me la habÃ*a imaginado, con sus enormes senos blancos, con los pezones erectos de la excitación y su pelo púbico. Realmente mi cuñada era güerita natural, le besé las piernotas que me encantan, y después subÃ* nuevamente hasta la vagina.
Le di tal mamada sin olvidarme del clÃ*toris, que inmediatamente tubo un orgasmo sensacional, en ese momento estuvo a punto de arrancarme los cabellos, al jalármelos de la sensación que le provocaba con los movimientos de mi lengua.
Me quité toda la ropa , hice a un lado el teclado del escritorio y la senté encima, con las piernas abiertas. La besé en la boca, y ella respondió apasionadamente, asÃ* como en mis fantasÃ*as. Al sentir sus enormes y hermosos senos rozando mi pecho, mi excitación fue mayor. Yo ya no sabÃ*a que agarrarle o que acariciarle, eran tantos mis deseos reprimidos, que al darles rienda suelta ya no sabÃ*a por donde seguir. Fue ella la que me guio tomando mi erecto pene, y poniéndoselo en la entrada de la vagina. Al igual que yo, ella ansiaba ser penetrada, tener mi miembro dentro, para asÃ* saciar, (como después me platicó) sus deseos de ser penetrada por su cuñado, lo cual al igual que a mi, le provocaba una sensación de morbo, miedo y placer.
La estuve bombeando un largo rato, besándola en la boca, en los senos, sintiendo como su piel se erizaba ante cada caricia mÃ*a.
Después de un rato me vine dentro de ella exquisitamente. Ha sido uno de los orgasmos mas largos y mas intensos que jamás haya sentido. Pero las ganas que le tenÃ*a a Carlita daban para mucho mas, la puse con los codos sobre el escritorio y empecé a arremeter, al mismo tiempo que le agarraba los senos desde atrás, mi cuñadita Carla no era virgen, pero tampoco era una experta en estas artes del amor, se dejaba hacer. Al mismo tiempo que le metÃ*a mi miembro por detrás, comencé a acariciarle con los dedos el ano. Me chupaba el dedo pulgar y continuaba frotando tratando de meter un poco mas cada ves, hasta que introduje la mitad del pulgar, no sin sentir la protesta de Carlita ante esta desconocida sensación. No sospechaba que solo era el principio de mis intenciones. Le saque el miembro de la vagina y lo presenté en su ano virgen hasta ese dÃ*a. Ella me dijo que por ahÃ* no, que le iba a doler mucho, a lo que yo contesté que lo iba a hacer con cuidado. Y como dice el dicho " ya encarrerado el ratón………" se lo empujé poco a poco, y mientras lo hacÃ*a, iba tocándole con la otra mano el clÃ*toris. De manera que sintiera placer adelante, para no sentir tanto el dolor detrás. hubo un poco de resistencia al principio, pero después ya mi miembro entraba y salÃ*a como en su casa. Que sensación tan rica, nunca la voy a olvidar, sentir mi pene apretado por el culito de mi cuñadita, sentir sus senos, su clÃ*toris, escuchar sus gemidos de placer. Realmente ha sido algo inolvidable para ambos. Me vine nuevamente adentro de su colita, y después de seguir acariciando todo su cuerpo por unos minutos mas, nos separamos y nos vestimos. Ya con la ropa puesta nos seguimos besando durante un buen rato. Yo le dije que querÃ*a hacerle el amor con ella todos los dÃ*as, y ella estuvo de acuerdo. AsÃ* que me la sigo tirando cada ves que tenemos oportunidad. No es muy seguido por que no queremos que mi esposa sospeche nada pero cuando lo hacemos, cada vez es mas intensa, ahora siento que en verdad estoy enamorado de mi cuñada, tanto como de mi esposa.
 

Sabate

Virgen
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Cuando dos quieren, nada entorpece:icon_smile:
 

cadamo

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Elegante Seria Si Todas Las Fantasias Se Hicieran Realidad
 

edo

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buenisimo se agradece el relato
 
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