A la hora de Dormir – Capitulos 01 al 04

heranlu

Veterano
Registrado
Ago 31, 2007
Mensajes
5,327
Likes Recibidos
2,367
Puntos
113
 
 
 
A la hora de Dormir – Capitulos 01 al 04





A la hora de Dormir – Capitulo 01


Mi nombre es Gabriel, soy de la ciudad argentina de Córdoba y esto que les voy a contar comenzó cuando, cuando corría el año 1990. Lo recuerdo como el año del mundial 90 en donde perdimos la final con Alemania. Ese fue un año muy especial y no lo digo por el fútbol que poco y nada me interesa, sino porque inició un camino de pasión, amor y felicidad con mi madre

Debo hacer las presentaciones de los personajes como todo relato que se precie, así que vamos. Mi familia está compuesta por mi padre Alberto (50 años), un hombre fuerte y trabajador. Nunca fue muy expresivo ni cariñoso conmigo, pero no tengo quejas en general.

Mi madre, la protagonista de esta historia, Irene, tenía 40 años en ese momento y ella sí era muy cariñosa conmigo. No solo demostraba su cariño hacia mí con besos y caricias, sino también en lo cotidiano de cocinarme mis comidas preferidas, estar muy atenta a mis necesidades en el colegio y saludarme todas las noches con un beso.

El resto de la familia son mis hermanitos más chicos Juan Manuel (11) y Martín (8), dos divertidos compañeritos que por momento lograban irritarme un poco, pero la mayoría de las veces me sacaban sonrisas y carcajadas con sus ocurrencias, sobre todo Martín, el más chico.

Mi papá tiene un reparto de alimentos frescos en el centro de Córdoba y como nosotros vivíamos en las afueras, más precisamente en el barrio Argüello, que es un muy lindo barrio de quintas, él debía levantarse a las 4 de la mañana a buscar la mercadería que iba a entregar. Debía preparar pedidos y a las 6 ya debía estar entregando en el primer cliente. Más de una vez me dijo que cuando creciera un poco más lo acompañaría. La verdad es que no me hacía mucha gracia levantarme a las 4 de la mañana, pero había algo en el mundo de mi padre que quería descubrir y eso me intrigaba.

Afortunadamente, como teníamos una casa bastante grande hacía unos años que yo disponía de mi propia habitación con una cama de una plaza, una mesa de luz, una silla y un escritorio. Como todo adolescente varios posters decoraban las paredes. Entre ellos recuerdo especialmente dos: el de un Chevrolet Corvette Stingray 1971 azul y el de un Cadillac Eldorado convertible 1966 Verde petróleo que estaban ambos en la pared de enfrente cuando me dormía

Todo esto que voy a relatar sucedió a principios del año escolar, lo recuerdo porque hacía mucho calor y dormía solo con mi calzoncillo y tapado apenas con una sábana. El hecho de vivir en las afueras de la ciudad hacía que el calor fuese un poco más soportable, aunque a veces no podíamos prescindir del ventilador.

Como les contaba, mi padre se levantaba muy temprano por la mañana y por esa razón se acostaba a las 8 de la noche. EL resto de la familia cenábamos a las 9 de la noche. A las 10 mis hermanos ya estaban acostados y yo me iba a mi cuarto a leer Conan el Bárbaro. Hacía poco tiempo había visto la película con Arnold Schwarsenegger en el canal 12.

Puntualmente a las 11, venía mi mamá a darme el beso de las buenas noches.

Pero no fue una noche más. Recuerdo que esta vez, mi mamá se presenta a darme el beso de las buenas noches como nunca lo había hecho hasta ahora. Me refiero a que no iba vestida con su camisón largo y celeste habitual, sino que lo hacía esta vez con uno transparente. Mi sorpresa fue total.

No voy a mentir, no puedo recordar si mi pija dio un salto o no. Yo estaba tan nervioso y confundido como excitado. Lo que puedo recordar claramente es la mirada de mi madre. Sus ojos brillaban de excitación, caminó lentamente o al menos eso me parecía. La luz de la lámpara de mi mesita estaba encendida y eso hacía que pudiera ver claramente la forma de sus pezones por debajo de la tela transparente.

Mi madre sin decir nada se sentó al costado de mi cama y me preguntó como todas las noches que materia tenía mañana y como si nada me dio un beso en la mejilla

- Que tengas buenas noches, hasta mañana

- Hasta mañana, atiné a decir

No había pasado más de un minuto que me levanté raudamente de la cama y busqué debajo del colchón unos trozos de tela que usaba a menudo para masturbarme. Estaban secos y duros. Los desplegué y comencé a hacerme una paja pensando en las tetas de mi madre. No duré mucho tiempo y gruesos chorros de semen empezaron a salir y a caer en los trapos estos y algo en mi torso desnudo. Nunca había estado tan excitado en mi vida. Fue mágico.

Como pude terminé de limpiarme y guardé los trozos de tela húmedos debajo del colchón.

Este ritual se fue repitiendo durante varios días. Cada día se quedaba más tiempo sentada en la cama hablando conmigo. En cada una de esas noches, nuestras miradas iban subiendo en intensidad, ella se sonreía cuando mis ojos se iban a sus tetas, pero nunca hacía un comentario. Esa complicidad me encantaba.

Yo nunca iba a dar un paso en falso, así que fu ella quien lo hizo. Habrán pasado unos 20 días así y ella antes de irse me mira y poniéndose colorada, me dice:

- Tenés que lavar más los trapitos o si queres los lavo yo, mientras con sus ojos apuntaban debajo del colchón

No dijo más nada, cerró la puerta y se fue. Yo me quedé de piedra. Mi madre sabía que me masturbaba.

Al otro día, no sé cómo me animé y le dije:

- Mami, con respecto a los trapitos, yo….

- No te hagas problema, es normal

- Es que yo…

- Todos los chicos lo hacen

- Bueno, si no te molesta…

- No, se sonrió y me dio un beso en la mejilla, el cual yo sentí muy cerca de la boca

A los días o al otro día (no recuerdo bien) Ella volvió a entrar con su camisón transparente. Era un poema, ver esos pezones hinchados. Acá voy a hacer un alto para contarles que ella tiene los pezones invertidos, motivo por el cual nunca pudo darnos la teta ni a mí, ni a mis hermanos. Esto hace que la punta no sobresalga, sino que la tiene metida hacia adentro, es por eso que ante la excitación se le hinchaban muchísimo. Todo esto lo entendí mucho más tarde. Lo importante es que las tetas de mi mamá eran la gloria: grandes, duras, pesadas, blancas con unas grandes areolas rosadas. Cuando se estaba yendo, me dijo

- Te dejé unos trapitos limpios debajo del colchón

- Gracias, atiné a decir

Me levanté a agarrar y allí estaban tres trapitos limpios y perfectamente doblados con amor de madre. No dudé y los agarré y comencé a masturbarme pensando en ella, la fuente de inspiración de mis pajas adolescentes

Esto siguió repitiéndose durante varios días. Una noche la noté especialmente nerviosa y sonriente. Me preguntó cómo estaba y se acomodó varias veces las tetas mientras me hablaba. Se fue diciéndome que tuviera una linda noche y salió. No dudé en iniciar mi lenta paja cerrando los ojos e imaginando las tetas de mi madre. Me destapé totalmente y boca arriba como estaba me desnudé y seguí subiendo y bajando mi mano por mi pija. En ese momento la puerta se abrió y yo creí morirme. Mi madre entró por la puerta diciendo:

- Vine a traerte un trapito

- Uy perdón, yo me tapé como pude

- No te tapes, me ordenó

- Que? No podía creer

- Que no te tapes, dijo claramente y se sentó en la cama

- Bueno, dije y me destapé muy lentamente

Yo sabía que, si bien mi m pija no era descomunal, no podía quejarme. Tamaño normal, buena cabeza rosada y un ancho aceptable

- Quiero ver, dijo con la voz ronca de excitación

- Si, dije yo que, aunque parezca increíble había perdido la erección a un estado de medio término.

- Necesitas ayuda? Me dijo ella mirándome

Me la va a agarrar, pensé. Pero no. Se puso derecha y llevando las manos hacia los breteles los dejó caer para sacar sus pechos afuera.

- Tocátela despacito mirándome

- Siiii, dije entusiasmado y con la voz cortada

Creo que fueron los nervios. No se ponía totalmente dura y tardé más de lo que imaginaba en lograr la erección completa. Ella me miraba la pija y me miraba a los ojos. Yo alternaba entre sus ojos y sus tetas. Ahora sí estaba totalmente erecto y excitado, sería cuestión de minutos que acabara. Ella soltó un Mmmmm que me estremeció y extendiendo mi otra mano le dije:

- Pasame el trapito

- Tomá, me dijo y me lo alcanzó

- Gracias, le dije

Envolví mi pija y cerrando los ojos comencé a acabar en el trapo. Me limpié como pude y abrí los ojos pensando que todo era un sueño, pero no, ahí estaba ella mirándome sonriente y acomodando sus tetas

- Dame que lo lavo, dijo extendiendo la mano

- Gracias, dije tímidamente

Se fue sin darme un beso, pero aun así había sido la mejor noche de mi vida. Me dormí casi inmediatamente.

Habíamos subido otro escalón en esta escalera ascendente de excitación y deseo mutuo.

A partir de esa noche y como si fuese algo pactado entre los dos, ella se quedaba a mirar cómo me masturbaba. Yo siempre procuraba envolver la pija para que nada saliera disparado. Fue una de esas noches que mi mamá me dijo:

- Quiero ver como sale la leche

- Bueno, decía yo obedeciéndola

- A ver

Liberé mi pija del trapo y lo puse en una posición como para atajar los chorros que salieran. No se si fue el hecho de saber que mi madre quería verme lo que me excitó tanto, pero eyaculé como pocas veces antes. Varios y potentes chorros salían de mi verga. Ella miraba embelasada.

- Mmmmm, volvió a susurrar

- Te gusta? Me animé a decirle

- Si, dijo con apenas con un hilo de voz, ¿y a vos?

- También, le dije

Agarró el trapito, me dio un beso en la comisura de los labios y salió por la puerta.

Otra cosa que disfrutaba era que todo seguía normalmente en mi casa. Mi mamá, durante el día con sus quehaceres, mi papá volviendo de trabajar cansado, mis hermanos riendo y jugando divertidos. No había una sola mirada distinta por parte de mi madre hacia mí y eso me encantaba. Solo alguna que otra vez una sonrisa cómplice en presencia de mis hermanitos que estaban completamente en otra. Delante de mi papá, en la calle, en las reuniones familiares, ella se comportaba como una auténtuca señora.

Pero otro cambio se avecinaba, otro escalón que subir. Y llegó. Era la hora en que debía aparecer. Como siempre, yo estaba expectante. Y apareció, pero no fue una aparición mas. Esa noche, mi mamá vino con un camisón muy clarito transparente y sin corpiño debajo. Hasta ese momento todas las transparencias eran oscuras y había que imaginar mas de lo que se veía. En cambio, esta vez se marcaban perfectamente las areolas rosadas y los pezones hinchados. Me miró y sonriente me soltó:

- Este me lo compré para vos

- Me encanta, atiné a decir

- Si? Te gusta? Decía y se quedaba parada para que la observara

- Si, mucho, decía yo que, a mi edad y con esa imagen, tenía la pija como una roca

- A ver, me dijo corriendo la sábana y sentándose en la cama

- Mmmmm, dije y comencé mi lenta paja mirándola

- Vamos a sacar el trapito, dijo y me lo mostró

- Dame, dije estirando la otra mano

En ese momento sucedió lo que no esperaba

- No, dejame a mí, me dijo

- Si, dije yo y bajé mi mano libre

- Dejame a mi ayudarte, me dijo y su mano se posó sober la mía que se movía lentamente sobre mi pija

- Mmmmm, suspiré

Mi mamá agarró la pija por el tronco y comenzó a subir y bajar lentamente

- No voy a aguantar mucho, llegué a decir

- No te hagas problema, me dijo y mientras me masturbaba lentamente fue acercando su otra mano con el trozo de tela

- Aghhhhh, mmmmmm

- Mmmmm, siiiii, decía ella y me miraba a los ojos

- Mmmmm, yaaaaa

- Siiiii, decía ella acabá tranquilo...hermoso

- Aghhhhhh, dije y comencé a acabar

- Sos hermoso, Gabi

- Vos también, mamá

Creo que no llegaron a transcurrir 2 minutos entre que la mano de ella se posó en mi verga y el momento en que eyaculé, pero lo disfruté como nunca lo había hecho en mi vida. No se si fue lo mas curioso de todo, pero recuerdo que se levantó y se fue con el trapo para lavar.

Desde ese día, se repetía el ritual, ella me pajeaba. Lo bueno es que con el correr de los días ella iba extendiéndose en sus caricias. Recorría con sus manos mi cuerpo, mi pecho, mis piernas y mis bolas. Yo siempre eyaculaba mucha cantidad y eso parecía gustarle y provocarle orgullo

Todo esto siempre sucedía con mi padre profundamente dormido a unos metros de mi habitación. Por suerte, los armarios y el tipo de construcción impedían que mi papá escuchara. Y sumado a esto, mi padre tenía un sueño muy profundo.

Siempre que me pajeaba, me miraba a los ojos y me decía “mi nene hermoso”

En una de esas noches y mientras ella me masturbaba, se había bajado los breteles del camisón transparente que había comprado para mí. No me animaba a hacerlo, pero tomé coraje y le acaricié una teta rozando su pezón hinchado. Era muy impresionante, que, por su carácter de pezón invertido, se hinchaban muchísimo cuando se excitaba.

Se sobresaltó, no se lo esperaba. Pero para mi fortuna, lo tomó bien. Cerró los ojos y dejó que siguiera acariciándole las tetas. Mas luego los abrió con una sonrisa mirándome mientras continuaba su hermosa paja:

- Te gustan las tetas de mami

- … no pude articular palabra

- A mi me gusta que me toques las tetas

Continué con mi mano acariciando sus tetas y era algo que me encantaba y quería seguir disfrutando durante mucho tiempo mas, pero el escuchar esta frase de parte de mi madre hizo que yo acabara en el instante. Me limpió, como siempre, con mucha suavidad y sin dejar de mirar alternadamente mi pija y mis ojos. Despacio se levantó de la cama para irse.

Cuando se estaba yendo, se giró y me dijo

- Te quiero mucho, Gabi

Me sorprendió porque nunca me llamaba Gabi. Siempre me decía Gabriel. Creo que se dio un quiebre ese día.

Así seguimos varios días o, mejor dicho, varias noches. Como dije, ella me pajeaba con mucha suavidad, me acariciaba también otras partes de mi cuerpo como el pecho, los testículos, las piernas y algunas veces me rozaba la cara. Yo sentía ganas de besarla en la boca, pero no me animaba a hacerlo.

Las masturbaciones de mi madre continuaban y realmente lo disfrutaba muchísimo. También disfrutaba verla en la casa durante el día. Verla pasar y saber que yo tocaba esos pechos de noche. Ella se movía por la casa y no me dedicaba una sola mirada, nada que pudiera delatarla. Sin embargo, al llegar las noches, aparecía con su camisón transparente y sin corpiño para que yo la disfrutara a pleno

Recuerdo esa noche especial. Creo que había pasado un mes sin ningún avance. Ella vino como siempre y se sentó a mi lado en la cama. Su mirada era de una excitación tremenda. Ella me agarró mi mano y empezó a llevarla a su teta desnuda. Yo le presionaba suavemente los pezones hinchados y ella se sacudía como si tuviera descargas de electricidad. En un momento apretó mi mano contra su pecho y la agarró y la llevó a su cara, abrió la boca y metió un dedo en su boca chupándolo suavemente. Casi acabo en ese momento, pero lo mejor aún estaba por llegar

Bajó mi mano a que la siguiera tocando y así lo hice usando mis dos manos. Mi madre me pajeaba suavemente, como siempre. En un momento, ella me mira seria y con los ojos brillosos de excitación. Recuerdo que su cara hizo una mueca de nervios.

- Vamos a probar algo para no ensuciar

- Si? Pregunté ingenuo

- Si, dijo ella

- Que? Pregunté

- Ya vas a ver, dijo y retiró suavemente mis manos de sus pechos

- Per…

Fue entonces cuando, sin dejar de mirarme a los ojos, se agachó y se metió mi pija en la boca. No puedo describir con palabras lo que sentí en ese momento. Yo no entendía nada. Fue un momento increíble. Como pude a los pocos segundos balbucié:

- Se me sale…

Ella lo entendió, sin embargo, no cesó en su chupada y siguió subiendo y bajando su cabeza en mi pija. Varios chorros salieron disparados dentro de la boca de mi madre que no dejaba de chupar y de tragar mi leche. Mmmmm, gemía ella. Era la gloria. Ella seguía chupando. Yo seguía acabando.

Cuando termina de salir todo, ella me mira desde su posición y me dice:

- ¡Que rico, Javi!

- Mmmmm, siiii? Dije

- Me encanta, me dijo

Ella agarró el trapito y se limpió la boca. Subió lentamente y por primera vez desde que iniciamos este hermoso juego erótico me beso en la boca conun suave beso.

- Espero que duermas bien, me dijo

- Mejor que nunca, le dije sonriente

Esa noche me dormí con una sonrisa. Era feliz


Continuará
 

heranlu

Veterano
Registrado
Ago 31, 2007
Mensajes
5,327
Likes Recibidos
2,367
Puntos
113
 
 
 
-

A la hora de Dormir – Capitulo 02

Me desperté y por un instante creí que todo lo que había vivido era un sueño, pero no. Era real. Me levanté como siempre, excitado y, ahora que lo pensaba, hacía mucho tiempo que no me masturbaba y era porque mi mamá lo hacía por mi. Felicidad pura.

La erección no se me bajaba así que me decidí y volví a acostarme, tapándome ya que estábamos en invierno y agarré un trapito. Imaginé las tetas de mi mamá, me imaginé a mi chupándolas, me imaginé esos pezones hinchados y a ella gimiendo de placer. Y cuando estaba acabando me imaginé a su boca chupándomela y tragando toda mi leche. Fue algo mágico. Ensucié todo el trapo y lo guardé debajo de la cama. No quise decirle nada a mi mamá.

Esa noche, por suerte, mi mamá volvió a chupármela y le acabé en la boca, pero como me había masturbado a la mañana pude aguantar mas tiempo y lo disfruté mucho.

Así seguimos todas las noches, ella me la chupaba y le acababa en la boca. Solo los sábados ella y mi papá tenían sexo. Eso me lo confesó mucho mas tarde. Los sábados por la noche eran los únicos días en que mi padre no debía levantarse temprano.

Un día miércoles, lo recuerdo perfectamente, ella viene a mi cuarto y me dice:

- Mañana no vas al colegio

- Por?, pregunté

- Mañana te digo, me cortó lacónica

- Bueno, dije

Al otro día me desperté con el ruido de mis hermanitos preparándose para ir al colegio. En lugar de ir a la cocina donde estaban todos decidí quedarme esperando. Pude escuchar desde la cocina a mi hermano preguntando por mi, por qué no me levantaba

- Me va a acompañar a hacer un trámite

- Que es un trámite? Preguntó el mas chiquito

- Hacer cosas de grande, firmar papeles y pagar cosas

- Por eso no quiero ser grande, dijo y todos se rieron

Yo me imaginé que iríamos a la municipalidad de Códoba o a algún banco a hacer algo por el estilo. Por ese entonces, para mí los trámites no salían de esos lugares.

Mi mamá mandó a los chicos en el transporte escolar, me asomé y los pude ver subirse al colectivo. Empecé a pensar en que estábamos solos en la casa por primera vez en mucho tiempo y me excitaba esa idea. Con la pija parada y vistiéndome como pude salí de mi cuarto al encuentro de mi mamá. Me la cruzo en el pasillo y la miro. Noté un particular brillo en sus ojos

- A donde vamos? Le pregunté

- A ninguna parte, me dijo y se metió en el baño a ducharse

- Cómo…

- En la cocina tenes el desayuno, me respondió y cerró la puerta del baño

Escuché la ducha encenderse y no pude evitar pensar en su cuerpo desnudo debajo del agua. Las gotas recorriendo su piel, sus pezones hinchados. La erección que apensa se había disipado, volvió con mas fuerza que antes.

Me preparé el desayuno y encendí el televisor para tratar de pensar en otras cosas y aunque no lo logré totalmente un poco me descomprimí. A los 15 minutos, la escucho que sale del baño y se va a su habitación. Yo me quedé sentado en la cocina. Pasaron 5 minutos mas y escucho que ella me llama, pero la voz parecía venir de mi habitación, eso me alegró.

Temblando de excitación recorrí los metros que me llevaban a mi cuarto y tras pasar la puerta me quedé de piedra.

El colchón estaba en el piso, mi mamá estaba de rodillas en él mirándome. Tenía un camisón verde agua totalmente transparente y pude darme cuenta inmediatamente que no llevaba nada debajo. Podía ver una oscura mata de pelos a la altura de su pubis. Estira su mano pidiéndome la mía

- Vení

- Si, dije tembloroso

- Desde hoy vas a ser mi novio, me dijo

- Siii? Pregunté entusiasmado

- Vení sentaté acá, y dio una palmadita al colchón

Ella se acercó a mi y empezó a abrazarme, besándome en toda la cara. De a ratos pasaba por mi boca y me daba suaves piquitos que me sabían a gloria. De a poco empieza a pasar mas seguido por mi boca quedándose mas tiempo. En un momento, apoya los labios y los abre. Yo abro los míos. Debo confesar que algo sabía porque había estado besándome con una vecinita y nos habíamos dado muchos besos de lengua, por lo cual no me era desconocido, pero el morbo de ser mi madre lo cambiaba todo. Cuandó sentí su lengua entrar en mi boca y rozar la mía un temblor me recorrió el cuerpo de arriba abajo. Ella lo sintío y se apretó aún mas contra mi cuerpo. Mi erección se pegó en su vientre. Estábamos los dos arrodillados en el colchón y besándonos ahora con mucha pasión. La saliva iba y venía por nuestras bocas, no podíamos despegarnos. Nuestros cuerpos parecían fusionados. En ese momento éramos uno solo.

Creo que los besos y abrazos duraron alrededor de una hora. Mi mamá empezó a desnudarme. Debo alclarar que como era invierno tardó mucho en desnudarme por completo. De a poco me fue sacando todo y de a ratos me agarraba la pija y me masturbaba. Ella actuaba desesperada y yo también, sumado a mi torpeza por los nervios. Mi pija estaba durísima y a esta altura ya goteaba como una canilla rota. Ella no dejaba de besarme en ningún momento, solo lo hacía para decirme “como te quiero” entre beso y beso

Fue cuando caí en la cuenta de que yo estaba totalmente desnudo, con mi pija parada. Ella sentada, sin dejar de mirarme a los ojos, se sacó el camisón quedando completamente desnuda.

- Vení, acostate. Me dijo

- Si, le hice caso

Ella se subío encima de mí poniendo sus piernas a mis costados. Yo miré para abajo y pude ver esa mata de pelo y mi pija dura a escasos centímetros. Subí la vista y con mis ojos fui recorriendo sus tetas. Me encantaban. Esos pezones hinchados eran mi perdición. Seguí subiendo la vista y me encontré con sus ojos que sonreían tanto como su boca. Los nervios se confundían con la excitación que teníamos.

Fue entonces cuando ella hizo el movimiento.

Me miró a los ojos, agarró el tronco de mi pija con su mano, la puso en la entrada de su concha y fue bajando despacio. Me estaba cogiendo a mi mamá

La sensación en ese momento fue indescriptible. La calidez de su concha envolviendo mi pija, la humedad perfecta. Su lubricación era total y su vagina parecía hecha a la medida de mi verga. Yo la abracé y no podía soltarla. Nos quedamos quietos por un instante. Mi pija palpitaba dentro de su concha, ambos podíamos sentirlo. Ella me besaba todo el tiempo.

- Te quiero, me decía

Los besos se multiplicaban. Nuestras lenguas se encontraban y jugaban todo el tiempo. Mucha saliva pasaba de boca a boca. Creo que ahí, en ese instante, pude reconocer el amor sexual que sentía por ella. Entonces sucedió que me separé un momento mirándola a los ojos

- Mamá te amo. Le dije con emoción

Volvió a besarme y sin sacar la lengua de mi boca comenzó a hacer unas contracciones con su concha haciéndome sentir algo que superaba a todo lo que había sentido hasta ese momento.

Fue entonces que acabé. Me dejé ir dentro de ella. Varios chorros, latigazos de excitación que daba con mi verga dentro de ella. Mi madre pareció alegrarse por esto y empezó a besarme con mas pasión si es que se podía metiendo aún mas su lengua y contayendo la concha. Me exprimió en ese momento.

Seguí besándola mucho tiempo. Mi pija seguía dura, muy dura.
Mi pija seguía dentro de la concha de mi madre. Sus besos no bajaban la intensidad en ningún momento. Ella me besaba metiéndome la lengua muy profundamente y seguía moviéndose muy lentamente. Sentía su concha apretando mi pija. Se acercó a mi oído y me dijo:

- Me encanta sentirte adentro

- A mí me gusta mucho, mamá

- Irene, decime Irene, ahora somos novios

- Bueno Irene, le dije

- Mmmmm, me gusta sentirla así

Ella comenzó a moverse cada vez con más ritmo. Me llamó la atención que mi pija no perdía su firmeza, sino que, al contrario, cada vez se ponía más dura. Empezó un movimiento de caderas que me volvía loco. Adelante y atrás. Arriba y abajo. Me agarraba la cara y me besaba

- Te quiero, te quiero, me repetía

- Yo también

- Mas, mas! Decía excitada

- Si si, ¿así?

- Si si , así así! Continuaba excitada

Y se movía sintiendo mi pija. Creo que estuvo más de 10 minutos cabalgándome. Fue en ese momento en que vi su mirada como perdiéndose, su rostro colorado y su respiración entrecortada.

- Aghhhh ahhhh ahhhh

Empezó a acabar como loca. No entendí, o sí, que le pasaba, pero me volvía loco verla así. La noté más hermosa que nunca.

- Aghhh ahh ah ah ah aaaahhhh

Tuvo más de un orgasmo seguido del otro. No dejaba de moverse.

- ¡Sí, mi amor, si! Así! Siiiii

- Si mam… Irene siiiii, decía yo

No pude aguantar mucho más viendo todo esto. Y comencé a acabar nuevamente dentro de la concha de mi madre. Sentía mi pija nuevamente latir en su cálida vagina que me recibía y recibía mi leche.

En un solo movimiento ella se levantó y tomando un trapito lo puso en su concha para evitar que se saliera. Se acostó a mi lado abrazándome, giró mi cabeza para que la mirara y besándome me dijo:

- Somos novios

- Si, somos novios, dije yo

- Te quiero, me dijo

- Y yo te amo, me salió del corazón en ese momento

Nos besamos como locos, como dos enamorados. Lo éramos. El beso duró mucho tiempo. Luego ella se levantó y fue al baño desnuda como estaba. La vi irse y me encantó ese cuerpo. Hice el amague de levantarme, pero ella me detuvo.

- Quedate que ahora vuelvo.

- Claro, dije y me acosté con una sonrisa mirando el techo de mi cuarto

No pasaron más de 10 minutos y volvió. No se cómo, pero había vuelto a ponerse el camisón transparente sin nada debajo. La contemplaba como a un cuadro a medida se acercaba. No podía ser más perfecta. Su rostro, sus tetas, su pelo, su cadera. Todo era armonioso y bello. Despacio se acostó a mi lado y volvió a besarme.

Fue entonces que decidí tomar la iniciativa y le desprendí un bretel del camisón dejando su teta izquierda a la vista, se la toqué e hice el amago de bajas a chupársela, pero ella tenía otros planes

- Métemela, Gabi

Creo que no hay nada más hermoso que estar con una mujer que te excita tremendamente y ella te pida que la penetres. Escucharla pidiéndome esto me calentó de una manera increíble

Debo reconocer también que era muy torpe en mis movimientos producto de mi falta de experiencia y los nervios de la primera vez en que debía tomar la iniciativa.

Ella se acostó boca arriba y abriéndose de piernas me dijo

- Vení

- Si, dije casi con un hilo de voz

- Metémela, Gabi, dale

Me acomodé arriba. Ella parecía ansiosa y eso me fascinaba. Le agarré la cara con una mano y me acerqué a besarla. Ella actuaba con auténtica desesperación y me besaba como si estuviera poseída. No paraba un segundo de hacerlo

Me cuesta encontrar las palabras para definir lo hermoso de la sensación de mi pija entrando en la concha de mi mamá centímetro a centímetro. Recuerdo que puse la punta en esa ubicación y ella al sentirla hizo un pequeño movimiento para que la penetración fuera precisa. Entré en su cuerpo y cuando llegó al fondo me quedé besándola.

Fue entonces cuando su boca en mi oído me hizo estremecer nuevamente

- movete para atrás y volvé a entrar

- si, le dije y esta vez mi voz sonó fuerte y ronca

Ella gimió fuerte, y fue entonces cuando comprendí lo que debía empezar a hacer. Empecé un “mete y saca” al principio un poco torpe, pero más tarde adquiriendo un ritmo perfecto en el cual ella fue muy importante

Creo que no habían pasado más de 5 minutos y ella empezó a tener múltiples orgasmos

- Aghhhh si Gabi, siiii

- Mmmmm, siiiii, decía yo

- Aghhhh aghhh ah ah ahhhhhhhhhhh

No pude contarlos ese día, pero sé que fueron muchos porque ella me lo confesó más adelante. Sentirla acabar a mi mamá me daba un placer inmenso. Me sentía un rey, un semental, un hijo enamorado, un hombre.

En un determinado momento parecía que se desmayaba porque los ojos se le ponían en blanco de excitación, pero eso no hizo que me detuviera en ese momento. Seguí aún sabiendo que me acercaba a mi orgasmo

- Voy a terminar, le dije

- Siiii, daleeeeee, dijo ella

- Mmmmm. Aghh ahhhhha aaa

- Siiiiii, decía ella

- Aghhh ahhhhhh, acababa yo

- Seguí, me ordenó

De modo que, aunque habían transcurrido varias horas y varios polvos, seguí bombeando y entrando y saliendo de esa concha hermosa

- Aghhhh, la escuché en mi oído mientras se aferraba a mi espalda

- Mmmmm, siiiii, siiiii

- Aghhhh, agggghhhhhh, una mano me apretaba el culo y hacía que la penetración fuera más intensa, si es que se podía

Toda esta situación que intento resumir para no aburrirlos, creo que duró al menos una hora

Como estábamos muy relajados me acosté a su lado y medio como que nos dormitamos por unos cuantos minutos, que no se si no fue otra hora más. Teníamos la casa para nosotros y no teníamos ningún tipo de prisa.

Estábamos más despabilados cuando empezamos a charlar

- Me encantó Gabi, me dijo

- Fue hermoso, mami

- Decime Irene

- Como quieras, pero tengo miedo que se me escape delante de papá después, le dije

- Está bien, decime mamá

- Me gustó mucho, mamá

- A mí también, mi amor

- Gracias, le dije

- Te amo, como hijo y como novio, me dijo y creo que fue amor puro lo que sentí en ese momento

- Yo también, contesté

- Pero hay algo muy importante que tengo que decirte

- Que? Pregunté ansioso y preocupado

- Esto tiene que ser entre nosotros dos, nadie puede enterarse nunca

- Claro, dije con gesto adusto

Por dentro sonreía de felicidad al imaginar que esta vez no sería la única y última vez que estaríamos juntos. Una sonrisa se me escapó y me interrumpió seria

- Gabi, que no se te ocurra contárselo a nadie

- No mami, no

- ¿Puedo quedarme tranquila?

- Podes quedarte tranquila

- Bueno

A mí me quedaba una duda muy grande y era que no nos habíamos cuidado de ninguna manera y había acabado dentro de mi madre, con los riesgos que esto implicaba.

- Mami, ¿te puedo hacer una pregunta?

- La que quieras, mi amor

- Yo…. No me salían las palabras

- Vos que, Gabi? No tengas vergüenza

- Yo terminé adentro…

- Aghh sí, claro, quedate tranquilo

- ¿Si?

- Sí, me cuido hace mucho tiempo

- Bueno, dije más relajado

- Hace siete años que tomo anticonceptivos, me aclaró

- Ah bueno, podemos estar tranquilos

- Siiii

- Me gustó mucho todo mami y nunca usé un forro por eso

- Conmigo no vas a tener que usar

- ¿Nunca?

- No, a mí me encanta que me acabes adentro, me soltó

Es como si fuera hoy que recuerdo que mi pija dio un sacudón al oír estas palabras, pero ella giró la cabeza y mirando el reloj de mi mesita de luz me dijo

- Es mejor que nos bañemos y cambiemos porque tu padre está por regresar

- Ok, le dije

Continuará

-
 

heranlu

Veterano
Registrado
Ago 31, 2007
Mensajes
5,327
Likes Recibidos
2,367
Puntos
113
 
 
 
-

A la hora de Dormir – Capitulo 03

Efectivamente, estaba terminando de ducharme cuando oigo a mi padre que entra en la casa. Por un momento temí que se diera cuanta de algo, pero como era mi habitación la que habíamos usado, no corríamos riesgos. Aun así, mis nervios tardaron mucho bajar.

Durante el resto del día mi mamá se comportaba como una señora esposa y como una madre ejemplar, tanto con mi papá como con mis hermanos.

Esa misma noche, mi mamá vino como siempre a darme el beso de las buenas noches y volví a verla hermosa con su camisón transparente y sin nada debajo. Cerró la puerta con llave. Me bajé de la cama y, por primera vez de pie delante de ella, la besé. Ella me correspondió el beso y mis manos se pusieron en mi cintura. Increíblemente después de todo lo que había pasado, no me animaba a acariciarle el culo. Lo fui haciendo lentamente. Mi torpeza era mayor

Antes de seguir con muchas de las experiencias que siguen, debo aclararles que esto sucedió hace muchos años y la poca experiencia que yo tenía era de algún video en VHS o alguna revista pornográfica que circulaba entre mis amigos y compañeros del secundario.

Mi mamá me separó y mirándome con una sonrisa, me dijo

- Me ayudas a bajar el colchón al piso

- Claro, dije sonriendo

Se arrodilló en el colchón y me pidió que me acercara, pero que no me acueste, que permanezca de pie. Aunque parezca que era obvio, en ese momento no me di cuenta. Cuando llegué a la altura de su cabeza mi pija ya estaba en todo su esplendor y tenía un bulto enorme. Ella me lo acarició por encima y me miró desde abajo con una hermosa sonrisa. Bajó el calzoncillo (en esa época era tipo slip, así le decimos al calzoncillo en Argentina) y sacó mi pija al aire

- Es hermosa, dijo mirándola

- Te gusta? Me atreví

- Sí, me encanta, mi amor

- Es toda tuya, le dije un poco más suelto

- Gracias

Fue todo lo que dijo y comenzó a chupármela con auténtica devoción. Se la metía todo lo que podía en la boca, la sacaba y le pasaba la lengua alrededor de mi glande y volvía a metérsela. Me acariciaba los huevos y me la chupaba con una maestría total

Afortunadamente, después del día que habíamos tenido con tantos encuentros sexuales, pude controlar muy bien mi eyaculación. Un momento después ella me pidió

- Vení, metémela

- Si, mami

Se acostó nuevamente boca arriba. La penetré con lentitud y empecé a moverme con esmero y dedicación. Trataba de girar en círculos dentro de ella. Ella me abrazaba con sus piernas y eso me volvía loco. En un momento una mano me apretó fuerte una nalga y noté su cuerpo temblar

- Aghhh ahhh aghhhhh

- Mmmm, si respondía yo

- Aghhh si me encanta Gabi, me encanta

Yo notaba que el roce de mi pelvis contra la suya le generaba mucho placer y acentuaba este movimiento. Minutos después volvió a agitarse

- Aggh ahhhh así así así

- ¿Te gusta mami?

- Sí, mi amor

- Si? ¿Así?

- Así, mi novio, mi hijo-novio, siiiii

Y se vino en otro orgasmo. Ya no sé cuántos habían pasado.

Duramos mucho tiempo, creo que más de una hora. Ella llegó al orgasmo varias veces. A último momento ella empezó a moverse con más ímpetu y logró hacerme acabar con unos movimientos intra vaginales que me mataron. Eran como unas pulsaciones que hacían como una prensión sobre mi miembro que me llevaban al éxtasis total

- Agghhhh mami, me encanta eso

- Siiii? Me vas a acabar? Me preguntó

- Siiii, oírla decir eso me llevó al extremo

- ¿Mi novio me va a dar la lechita?

- Aghghh ahhhh aghhh, acabé como loco

Caí rendido de espaldas en el colchón. Yo tenía una sonrisa en la cara que no me la podía sacar. Mi mamá se acercó y me besó en la boca con mucha pasión.

- Es hermoso tener un novio-hijo como vos

- Y una mami-novia como vos, también

Me besó y se despidió hasta el día siguiente donde todo fue con absoluta normalidad.

Es el día de hoy que tengo muy presente los olores de esos encuentros. Y cuando digo olores no me refiero solo al de su concha. Lo digo también por nuestros cuerpos transpirados, mi semen, el olor a sexo en general de mi cuarto.

Y también los sabores.

Una de las noches que siguieron, calculo que habría pasado más de un mes, estaba encima de ella, ambos desnudos y comencé a chuparle las tetas con mucha pasión y a tocarle la concha muy suavemente. Ella me fue guiando para que lo haga mejor, pero yo no quería quedarme ahí. Empecé a bajar con mi cabeza hacia esa zona. Yo lo había visto en revistas y en películas porno. Entonces estando ella acostada boca arriba empecé a besarla toda; el cuello, las tetas, la panza, y comencé a bajar, ella me dijo

- no hace falta, mi amor

- quiero besarte toda, le respondí

Ella tenía mucho pelo en el pubis, fui dando besitos, estaba cerrada

Como comprenderán, yo no sabia mucho, solo que tenía que pasar la lengua y así empecé: le fui haciendo levantar las rodillas para que separara las piernas, separé con mis dedos un poco el pelo y lengüeteaba los labios un rato largo, así un tiempo largo hasta que note que se mojaba mucho, pensé que era pis y lo probé con la punta de la lengua, era más elástico y viscoso, como el almíbar, pero el sabor era algo nuevo, como una mezcla ácida con su transpiración, pero no el famoso olor a pescado, algo mucho más suave y delicado. Entonces empecé a meterle la lengua y me quedé sorprendido de cómo se fue abriendo, como una flor.

Ella gemía, y me acariciaba la cabeza. En ese momento no pensé que por ese lugar había salido yo, pero sentí un gran deseo de entrar. Estuve un rato metiéndole la lengua y moviéndola mientras chupaba los líquidos hasta que me di cuenta que mi nariz tocaba algo durito y con cada toque ella temblaba y entonces subí la lengua a ese lugar, ella separo más las piernas y note algo como una guinda con la lengua lo tocaba y ella más suspiraba hasta que en un momento me dice

- Chupá bebe

- Mmmmm, decía yo desde abajo

- Chupá Gabi

Y fue así como empecé a chupar. Con la punta de la legua tocaba la unión de los pliegues y rozaba la campanita que tanto placer le provocaba. No había pasado ni 30 segundos y ella me agarró del pelo diciendo;

- Aghhhhh ahhhh

- Mmmmm, chupaba yo

- Aghhh ahhhh

Yo no me detenía y mi madre empezó a acabar como una endemoniada. Me apretaba con las piernas y con las manos como si quisiera que yo entrara en ella. Calculo que debe haber estado como 2 minutos así, y al parecer, algo le había dado ya que yo no la sentía respirar ni nada, y en un momento me soltó y se relajó. Quedó toda despatarrada abierta y pude ver bien como estaba toda chorreada hasta el ano y le brillaban los pelos mojados, me levanté lentamente, me puse arriba de ella la altura de la cara y le pregunté

- Mamá, ¿estas bien?

Ella abrió los ojos y nos besamos- Yo tenía sabor a su concha y aprovechado la posición la penetré, nos quedamos así quietos un buen raro hasta que comenzó a caderear, a hacer ese movimiento de cadera que me volvía loco. Yo lo entendí y me la empecé a coger con muchas ganas. Creo que estuvimos otros 15 minutos y ella volvió a tener otros orgasmos. Yo por mi parte volví a mirarla a los ojos y le dije

- Me viene

- Siiii, mi amor, me dijo ella

- Ya…

- Siii terminá adentro, me dijo al oído

Fue así como le solté la leche adentro

- Aghhhhh

- Mmmmm, gemía ella

- Ahhh ahhhh siiiii

Acabé con mucha intensidad, pese a ser el orgasmo número mil de ese día.

Descansamos unos minutos, y como siempre pusimos en colchón en la cama y ella se puso el camisón y se fue con el trapito entre las piernas sin ponerse bombacha

Al otro día, en la cocina, en un momento en que nadie estaba cerca, me dice:

- ¿Te puedo hacer una pregunta?

- Si mami

- donde aprendiste a chupar así?

- anoche fue la primera vez

Yo solo había lagunas revistas y unas pelis porno en la casa de un amigo. Ella continuó

- Pensé que ya habías practicado con alguien

- ¿Por qué?

- Porque lo hiciste muy bien

- Siii? Pregunté con una sonrisa

- Vení, me dijo mirando para todos lados

- Si.

Me puse de pie y me fui a su lado

- Dame la mano, me ordenó

- Tomá, le dije extendiendo mi mano

- Tocá. Para que sientas como me pone recordarlo

Agarró mi mano y levantándose un poco la pollera me hizo tocar su concha a través de la bombacha toda mojada. La miré con lujuria y le solté

- Quiero seguir practicando

Me dio un beso corto, se dio vuela y me dijo

- Esta noche, novio

- Siiiiii, dije entusiasmado

- Ahora andá a buscar a tus hermanos para merendar

Así fueron pasando noches y días hasta antes de mi cumpleaños de 18 (soy de mediados de enero) Ella me informó algo.
Llegaba la fecha de mi cumpleaños, yo cumplo los años a mediados de enero, unos días antes, calculo que fue en los primeros días después de las fiestas de año nuevo.

Esa tarde a eso de las 5 PM, se dio que mis hermanos se fueron a la pileta de un vecino, mi viejo salió a resolver unos asuntos del reparto y con mi madre nos quedamos solos en casa. Era una tarde de mucho calor. Yo estaba en short de rugby, sin remera y ella con un vestido muy suelto, sin corpiño. Yo estaba leyendo uno de mis libros favoritos en el ****** de la casa que era el lugar más fresco.

Mi mamá vino y se sentó en mi falda como cabalgándome de frente y nos empezamos a besar. Cada beso que nos dábamos, nos matábamos. Era pura pasión. Estábamos en lo mejor cuando me dice:

- ¿Te gusta leer?

- Si, dije sin saber a qué venía ese comentario

- Tengo algo especial para leer juntos

Se levantó dejándome con una erección tremenda, fue rápidamente a su habitación y volvió con unas revistas chiquitas en la mano.

Se trataba de Testimonios eróticos de Adultos (una editorial de revistas con historias y publicaciones de gente que buscaba sexo con otros) tenía como 5 en la mano y me dice mostrándomelas

- Gracias a estas me animé a demostrarte mi amor como mujer

- Ah, dije yo sin entender bien de que se trataba

Entonces me acerca una de las revistas abierta en una nota sobre el incesto y como las madres tienen en sus manos los deseos de sus hijos. Era largo, como 6 paginas, ella me contó que hacía como 3 años que las leía y se fue interesando en las relaciones madre – hijo. Fue así como me contó que al principio se reprimía. Después vivió un tiempo obsesionada y se tocaba pensando en mí. Me confesó que lo hacía. Durante toda esta narrativa me contó que hasta llegó a ir a una psicóloga unos meses, y que ésta le dijo que era una pulsión normal en las mujeres cuando llegan a los 40, que ya se le iba a pasar

Pero hay un detalle. En las revistas estaba el correo (situémonos en la época de las cartas de papel) de una mujer de Mar del Plata que contaba que cogía con el hijo.

Al principio dudó, pero luego se animó y se empezó a escribir con ella. Esta mujer fue la que la animó, ya que le dijo textualmente que era “de las mejores experiencias que había tenido”. También le dijo un montón de cosas a favor de las relaciones con un hijo y la alentó a que avanzara conmigo

Mi mamá escribió cartas con esta mujer durante mucho tiempo, varios años

A partir de ese momento empezamos a leer revistas juntos. Ella las compraba en el centro de Córdoba en unas casas de compra venta de revista, las camuflaba con revistas de tejidos y de moda para disimular.

Recuerdo que también me compró algunas con fotos como la Destape y Shock.

El primer 69

Fue por la foto de una de estas revistas que se animó. Ella me miró pícara y me lo propuso. Yo no dudé porque nunca fui de achicarme ante ninguna situación, y menos iba a hacerlo ahí. Así que una vez que estábamos desnudos nos pusimos de costado y cruzados ella empezó a chuparme la pija. Yo al principio le besaba las piernas y ella lentamente las fue abriendo. Mentí mi cabeza entre sus piernas y empecé a chuparla con muchas ganas. No tardó en gemir. Me costaba concentrarme porque ella me la estaba chupando muy bien. Como estaba, me agarré de sus muslos y me giré para quedar acostado boca arriba y ella con sus piernas alrededor de mi cara. Supo claramente lo que tenía que hacer. Fue bajando su concha mientras yo la agarraba de las nalgas y la apretaba contra mí. Era hermoso, estaba súper mojada y sus flujos me estaban empapando toda la cara, pero no me importaba. Empezó a gemir con mucha intensidad

- Aghh me vas a hacer venir, me dijo, sacándose mi verga por un instante de su boca

- Es lo que quiero, le dije

- Aghh aggg ahhhh ahh ahhhhh ahhhhhhhhhhh

Sentirla acabar me hizo llegar al éxtasis a mí también. Se lo hice saber

- Yo también voy a acabar

- Mmmmm, chupaba ella

- Siiiii

- Dame la lechita, me dijo

No pude contenerme más, tampoco quería. Potentes chorros salían de mi verga y mi madre no cesaba en su chupada. Seguía y seguía. Me acariciaba los huevos mientras lo hacía. Fue tremendo, aún hoy lo recuerdo y se me vuelve a parar la pija.

Regalo de Cumpleaños

Llegaba mi cumpleaños, mi madre me dijo que iba preparar algo especial, solo para mí. Yo estaba intrigado, en esa época teníamos un Fiat Regatta 1889 que ella usaba, ya que mi viejo usaba la chata Ford del reparto

El día de mi cumpleaños, después de comer, mi mamá me dice que vamos a salir. Justo en ese momento, mi papá le avisa a mi madre que necesita el auto porque llevó la camioneta al mecánico. Bueno, dice mi mamá. Entonces llevate a los chicos (por mis hermanos) con vos porque lo voy a llevar a Gabi a comprar ropa al shopping y volvemos a la tarde. Ella siempre tuvo bien claras sus coartadas.

Así que me prepare para ir al centro, cuando salimos fuimos hasta una avenida y tomamos un taxi, y mi mama le dijo al chófer a barrio Alta Córdoba, a la terminal de trenes (en ese momento cerrada solo se usaba como punto de referencia) yo le pregunto,

- no vamos al centro?

- Otro día, me contesta con una sonrisa

Cuando llegamos, bajamos en la puerta de un supermercado Disco. Yo seguía perdido, no entendía bien qué pasaba.

Entonces caminamos 4 cuadras hasta el hotel Welcome, un conocido “telo”. Me da la mano y entramos. Yo estaba re nervioso. Un hombre en la recepción nos saluda y pregunta: “Un turno?”, “4 horas?” Mi madre responde Si, a secas y el señor le da una llave con el número 23, segundo piso. Mi mamá le pagó, el hombre nos señaló el ascensor y nos fuimos en esa dirección.

Yo a todo esto estaba como alucinado por todo, subimos al ascensor y ella me dice:

- Estas 4 horas vas ser mi hombre

Me besó al llegar al piso. Caminamos por el pasillo y la puerta de la habitación 23 estaba abierta. Al entrar y ver tantos espejos fue como un mareo. Había toallas sobre la cama y un folleto plastificado con precios de bebidas y explicación para el funcionamiento de las luces, la música y el televisor.

Lo recuerdo perfectamente. Mi mamá llevaba un vestido azul de tela de algodón que simulaba ser jean, sin escote y le llegaba casi hasta los pies. Yo de camisa a cuadros azul, jean nevado y zapatillas Nike Spain negras

No dudamos. Empezamos a besarnos y abrazarnos, mirando los espejos, yo le tocaba la cola y las tetas con desesperación. Ella me dice

- sos mi macho, y me toca el bulto.

Nos empezamos sacar la ropa. Yo la ayudaba con el vestido. Entonces, me detuve a contemplarla, así como estaba: en corpiño y bombacha blancos transparentes. Era hermosa. Me ayudó y me saqué toda la ropa, quedándome desnudo totalmente y con la pija parada. Ella me hace acostar boca arriba y se sienta sin dejar de mirarme a los ojos en ningún momento. Me empieza a acariciar y chupar la pija y los huevos. Era la mejor chupando la pija. Demás está decir que no aguante mucho. Acabé entre gemidos

- Mmmmm

- Siiiii, decía ella apenas sacándosela de la boca

- Aghhhhh, acababa yo

- Mmmmm, tragaba ella

- Aghhhhh, me retorcía en la cama

- Mmmmm que rica para la dieta, me dice sonriente y mirándome

- Me gusta que te guste

- Siiiii

- Dame unos minutos y tengo más, le solté decidido

A todo esto, habrían pasado 10 minutos y ella me dice:

- Prendé la tele

Continuará


-
 

heranlu

Veterano
Registrado
Ago 31, 2007
Mensajes
5,327
Likes Recibidos
2,367
Puntos
113
 
 
 
-

A la hora de Dormir – Capitulo 04

Yo desde la consola de la mesita apreté el botón con el dibujo del tv, y en la pantalla a parecieron imágenes porno: una chica chupando una pija enorme. La confianza entre nosotros dos ya era total a esta altura. Así que le digo a mi madre

- Mirá eso! es más del doble que la mía

- A mí me gusta la tuya

- Pero de seguro le da más placer

- Con vos no se trata del tamaño, es la situación, me soltó ella

- ¿El incesto?, pregunté envalentonado

- Sí, ¿que sabes del incesto? Me interpeló ella

- Que es algo prohibido, porque los hijos pueden nacer con enfermedades

- Si, a veces, pero lo excitante es lo prohibido, lo degenerado

- somos degenerados, mami

- Si, y eso nos hace especiales,

- Siii?

- Mirá como se te puso re dura de nuevo y mira como me mojo

Ahí me hizo tocarle la concha, le saqué la bombacha y le metí dos dedos, ella no aguanto y se puso boca arriba abrió las piernas

- Vení, y me subí encima de ella

La penetré, empecé un mete y saca y paso algo que no pasaba en casa, empezó a gritar

- Cogeme Gabi, cogeme, siiiii

Una y otra vez, yo no me detenía en entrar y salir de su cuerpo, seguí bombeando, ella comenzó a acabar

- Aghhhhh si Ahhhh a

Lo noté por sus temblores y por momentos de silencio. Recuerdo perfectamente lo mojada y como me mojo la pija, las bolas y un poco la cama

Todo eso duro otros veinte minutos o media hora. En un momento le digo

- voy a largar la leche, mami

- Toda adentro, dámela toda, es mía, me gritaba

Y solté todo, mi pija empezó a largar la leche y a sacudirse en espasmos de placer. Yo no era tan ruidoso, me quede un rato chupando las tetas con mi pija dentro de ella. Después de un rato me dice

- Me hago pis

Me muevo hacia un lado y ella se levanta y va al baño a sentarse en el inodoro. Cuando escucho que empieza orinar le digo

- Quiero ver

Ella se sonríe con un gesto de incredulidad. Yo, por mi parte, me acerco y fue la primera vez que vi cómo le sale el pis a una mujer.

Cuando volvimos a la cama otra actriz porno en la pantalla esta en cuatro patas y se la metían por la concha, mi madre me dice

- Probemos

Y sin dudar un instante, se puso en la cama en cuatro. Era hermoso verla desde atrás, el ano y la concha jugosa llamándome. Supe lo que tenía que hacer: acerqué la punta de mi pija, le di una caricia a los labios de la concha y ella se movió para atrás. Yo la penetré y ella empezó de nuevo a los gritos. Yo, por mi parte, miraba la pantalla y copiaba los movimientos del tipo, agarrando las caderas y metiéndosela hasta el fondo. Era una sensación hermosa, me sentía como con poder sobre ella. Mirando para todos lados, cruzamos nuestros ojos en el espejo, su mirada fue de entrega total.

Ella era puros gritos y en ese momento a mí se me ocurrió decirle

- Que mamá tan degenerada

Eso pareció calentarla aún mas

- Si mi bebe, cógeme

- Te gusta cómo te coge tu hijo, fui subiendo la apuesta

- ¡Si!

- ¿Mucho?

- Siiiii, me encanta, soy una degenerada

Fue entonces cuando empieza a tener múltiples orgasmos, temblaba como una hoja. Hasta que siento como que se desvanece. Con un poco de preocupación, la suelto y queda quieta unos segundos, con mi pija aún adentro de su concha. Ahí reaccionó y me dijo

- Llename, hijo

Sin dilación, vuelvo a bombearla ya sin parar hasta que siento que mi orgasmo es inminente y no tiene vuelta atrás

- Aghhhhh, ahhh ahhhhh ah ah ah

- Mmmmm, me recibe ella toda la leche dentro.

Le fui sacando la pija lentamente y mirando su concha. Cuando termino de retirarme, veo como chorrea la vagina y no pude reprimir mi comentario

- Te llené la conchita, mami

Ella se pasa la mano por todo el largo y siente mi semen caliente

- si, hermoso

Me recuesto a su lado y nos besamos un buen rato, descasamos un poco como dormitando.

Al abrir los ojos, ella está abrazada a mí.

Empiezo a besarle la cara, ella también reacciona, y me besa. El sabor de su boca me fascina.

Escuchamos muchos gemidos que venían del televisor. Miramos la pantalla y en ese momento un tipo le chupaba la cola a una chica. Nos quedamos como hipnotizados viendo. Después, el tipo pone la punta de pija contra el ano y empieza a empujar. Vemos fascinados como empieza a entrar. Yo digo

- Mirá como entra sola

Y mi madre contesta

- Interesante para probar

- Sí, contesto yo

Ella me dice

- Esperá, ponete boca abajo

- ¿Para?, pregunto intrigado

- Ya vas a ver, me dice

Me pongo en la posición, totalmente acostado boca abajo. Ella se sube a mi espada y me abre la cola. Yo, nervioso, pero entregado totalmente. Mi madre empieza a tocarme el ano con la punta de los dedos, se los moja y me acaricia en círculos. Yo siento como se me pone dura la pija contra el colchón.

Ella me dice

- Tenés muy linda cola

- Aghh y siento un placer nuevo e inesperado

Ella me abre más los cachetes, se agacha y con la punta de la lengua presiona contra mi hueco, siento que me late y empieza a entrar. Su lengua entra y sale cada vez más. A esa altura mi verga era una canilla abierta de cómo me salía liquido pre-seminal.

En eso suena el teléfono avisando que quedaban 15 minutos para finalizar el turno.

Mi madre se levanta, se ducha rápido y se viste. Yo solo me visto y salimos.

En la recepción nos cruzamos con otra pareja y la mujer la miro de arriba a abajo a mi mama, como diciendo “que pendejo te estas comiendo”

Caminamos unas 2 cuadras para buscar un taxi. Cuando subimos, ella me dice

- Que se siente tener 18 años

- Soy todo un hombre, le digo

El taxista se ríe y dice: “Es un camino largo y duro ser un hombre”

Nos miramos con mi madre y nos agarramos de las manos.
Volviendo a las cartas que mi madre se enviaba con esa madre que cogía con su hijo en Mar del Plata, olvidé contarles uno de los consejos que le dio: que fuéramos a hoteles de pasajeros y no a alberges transitorios, y fue por eso que empezamos a ir a hoteles normales de Carlos Paz en lugar de los clásicos “telos”

Estábamos en uno de esos hoteles de Córdoba, los dos completamente desnudos, cuando mi madre volvió a pedirme

- Acostate boca abajo

- Si, dije obediente

Ella se acostó encima de mi cuerpo besándome al principio el cuello desde atrás y bajando por la espalda. Me besaba y lamía la espalda descendiendo paulatinamente. De a poco me acariciaba la cola con su dedo y jugaba haciendo círculos en mi fruncido agujero. Todo esto sin dejar de besarme los glúteos. En un momento me abre la cola y deja caer un poco de saliva y me pasa la lengua por mi ano. Juro que sentí una sensación muy rara a la vez que hermosa en ese momento.

- Quiero hacerte lo mismo, le dije

- Ya va a haber tiempo

- Quiero hacértelo ahora, le supliqué

- Bueno, dijo ante mi insistencia

La acosté boca abajo e imité cada uno de sus movimientos, con una gran diferencia, a medida que me acercaba a su cola fue mucha más la cantidad de saliva que le deposité en su rosado agujerito. Comencé a chuparla con devoción en el culo. Le abría los cachetes con mis manos e intentaba penetrarle el ano con la lengua. Misión casi imposible. Envalentonado como estaba, empecé a meterle un dedo y a subir con mi lengua por su espalda

- Te quiero, me repetía ella

- Yo también

Empecé a meterle el dedo más profundo y a ella parecía encantarle pues giraba su cabeza buscando mi boca para besarme

- Quiero hacerte la cola, le dije

- Despacio, me dijo ella

- Siiii

- Con mucho cuidado

Intenté lentamente apoyar la cabeza de mi pija en su culo y hacer presión, pero no cedí. Ella me tomó la pija para que entrara con mayor precisión, pero parecía imposible. Algo pasaba que su cola no trataba de relajarse. Ella se dio vuelta y empezó a chuparme la pija y me hizo acabar. Se tragó toda mi leche y sonriente me dijo

- No te hagas problema, ya vas a hacerle el culito a mamá

- Mmmmm, articulé

Recuerdo que seguimos intentándolo de a poco y cada vez le metía el dedo con más profundidad. Luego lo hacía con el pulgar, para después hacerlo con dos dedos juntos.

Así estuvimos como 3 meses, hasta que en una de esas noches volvió a mi cuarto con su bata y sin nada debajo. Hicimos el ritual de tirar el colchón en el piso y rápidamente nos quedamos ambos desnudos y besándonos. Ella me acariciaba la cola e intentaba llegar más profundamente con sus dedos. En un momento una caricia profunda de ella en mi ano me hizo pensar si no estaba buscando algo más, pero no me animé a hacer ningún movimiento. Entonces ella fue más explícita

- Fijate que en el bolsillo de mi bata tengo algo

Me levanté rápidamente para encontrar allí un frasquito de vaselina. Mi pija dio un respingo de excitación y de felicidad. Sin decir nada ella se acostó boca abajo con las piernas cerradas.

- Queres que te haga la cola? Le pregunté

- Hace mucho que quiero

- Siiiii

- Vos queres? Me preguntó cómplice

- Nada me gustaría más, le dije con sinceridad

Me situé detrás de ella y comencé a chuparla con desesperación. Le abrí la cola y le metí la lengua una vez más como tantas otras.

- Poneme en la cola y ponete vos en la punta

- Mmmmm, si

Le hice caso y cuando jugaba con mi dedo en su cola entrando y saliendo ella comenzó a gemir

- Mmmmm, me encanta Gabi

- Siiii?

- Siiiii, me gusta cómo se mete tu dedo en mi culito

- ¿Te gustaría que se meta otra cosa?

- Mmmmm, que cosa?

- Mi pija, le dije totalmente excitado

- Mmmmm, siiiii, méteme la pija

Así fue como apoyé la cabeza de mi pija en el hermoso ano de mi madre. Hice presión y de a poco fue desapareciendo como si su culo me la fuera tragando lentamente. Muy lentamente mi cabeza desapareció y ella soltó un quejido

- Aghh

- ¿Te duele?

- Un poco, pero no la saques, me advirtió

- Mmmmm, hice un poco de presión

Los movimientos eran lentos y suaves, muy suaves, sobre todo. Después de unos segundos noté que su culo se relajó aún más y comenzó a empujar despacito para atrás. Yo entendí el mensaje y lentamente también, fui empujando hacia adelante. Mi pija desaparecía lentamente en su culo. Quedaban apenas 3 centímetros para que la penetración sea total y no dudé en seguir empujando. Ella tampoco. Hasta que entró totalmente

- Mmmmm, entró toda, le dije

- Mmmmm, siiii?

- Siiiii

- Mmmmm, le estás haciendo la cola a mami?

- Mmmmm, siiiii

Esas palabras hicieron que mi pija diera un respingo dentro de su cola

- Aghhhhh, ahogó un grito

- Me encanta cogerte mami

- Siiii? Me incitaba ella

- Siiii, me encanta cogerte el culo mami

Comenzamos un mete saca lento al principio y con más ritmo a medida aumentaba nuestra calentura.

- Cogeme Gabi

- Si mi amor, le decía yo

- Te quiero, te quiero, me decía ella todo el tiempo

Mi mano pasó por el costado para jugar con su concha y me encontré con un clítoris duro y una humedad tremenda producto de la excitación que tenía. No fue rozarle apenas el botoncito mágico que empezó a acabar

- Aghh Gabiii, voy a acabar

- Yo también mami

- Mmmmm, acabame

- Siiiii, acabemos juntos, acabá con mis dedos y con mi pija en tu culo, le dije obscenamente

- Mmmmm, aghhhhha ahhhhhh aghhhhh

- Mmmmm, acabamos juntos

Lo que nos unía no era solo el sexo, entre nosotros había amor genuino. Amor de madre e hijo, amor de pareja, pasión de animales en celo.

Así sucedieron varios episodios y algunos muchos más riesgosos que otros.

Unos de los que me vienen a la mente es un verano en que mis hermanos no estaban y nos metimos los dos en la pileta de lona “pelopincho” y empezamos a jugar. Al principio tímidamente porque si un vecino se asomaba por la pared podía vernos. Jugábamos a empujarnos y a tocarnos “sin querer” bajo el agua. De a poco nos fuimos calentando ambos y ya dejamos de jugar para pasar a besarnos y en minutos mi pija estaba fuera de mi malla y mamá pajeándome mientras miraba para todos lados asegurándose que nadie estuviera cerca. Yo, por mi parte, le corrí la parte de debajo de su traje de baño y comencé a meterle varios dedos. Siempre mirábamos hacia otro lado y no nos besábamos en la boca, solo nos tocábamos mutuamente. Hasta que su calentura dijo basta y se sentó a horcajadas sobre mí corriendo la tela con una mano y agarrando mi pija con la otra introduciéndosela por completo y comenzando a cabalgarme salvajemente. Coger en el agua no es lo más lindo, al menos que la mujer esté muy lubricada y este era el caso. Una vez que mi pija estuvo adentro, me besó y me cogió hasta que acabamos juntos. Al poco tiempo llegó mi padre con mis hermanos al grito de “que buena vida ustedes dos, eh”

Otro momento que recuerdo fue en unas fiestas de año nuevo que todos pasamos juntos. Los hombres y algunas mujeres también habían bebido mucho. Mi mamá no tanto al punto de emborracharse, pero estaba achispada. De a poco se fueron yendo a dormir todos y yo me quedé con ella ayudándole. Es divino tu hijo, dijo una de mis tías, cómo te ayuda. Sí, es un amor decía mi madre. Andá a acostarte que ya casi terminamos. Mi tía se fue y terminamos de limpiar todo. Voy al baño me dijo mi madre y me miró con una pícara sonrisa. No dudé en seguirla al minuto y entré y cerré la puerta. Estábamos en llamas en ese momento. Sabíamos que teníamos que ser silenciosos porque era mucha la gente que estaba en la casa. Ella se arrodilló en el piso y me empezó a chupar la pija mientras se subía el vestido y se sacaba la bombacha. Se puso contra el lavamanos y abriendo las piernas levantó su vestido. Empecé a cogerla desde atrás mirándola y mirándonos por el espejo.

- Cogeme, me decía

- Mmmmm siiii

- Acabemos rápido me ordenó y tomó mi mano para que le frotara el clítoris

- Mmmmm, aghhhh

- Aghhhhh

Ella movía su cuerpo con movimientos cortos y precisos llevándome al orgasmo de manera inretornable. Acabamos juntos mirándonos a los ojos a través del espejo. También cogimos en muchos otros sitios (en el auto, en el patio de mi casa, en la casa de mi abuela, cuando yo vivía solo) como en diferentes períodos de mi vida cuando era soltero, cuando me había divorciado, hasta la última vez en que yo tenía 43 y ella 68.




-
 
Arriba Pie