Jugodevida
Estrella Porno
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¡¡Oye chico!! ¿Quieres ganarte unas monedas, Di?
¿Sí señor, que tengo que hacer.?
Venirte aquella casita pintada de amarillo la fachada, vamos a cambiar unos muebles de sitio, no pesan mucho, son algo incómodos para mí solo.
Vale, le ayudo. Luis acompaño a Cesar hasta la casa de la fachada amarilla, Luis tenía 19 años, era un chico solitario, no estaba bien integrado con los demás chicos del vecindario, quizás porque siempre se cargaba el las culpas de los platos rotos.
Una vez en la casa Cesar le dijo a Luis que debían de cambiar el armario ropero de pared, ya que iba a modificar la posición de la cama, el armario era grande de seis puertas, Cesar que era zorro viejo ya había previsto todo, saco dos gruesas cuerdas del mismo armario, le dijo a Luis que se las iban a atar por las muñecas, de manera que al levantar el armario no se les escapara de las manos.
Así que iba a explicarle a Luis como lo iban hacer, porque había que tomar una medida para que al levantar quedarán en una posición cómoda para andar con el peso del armario hasta la pared que sería su nuevo destino. Así que César ato la cuerda a una muñeca de Luis, paso el otro cabo por debajo del piso del armario, por detrás de sus patas de madera para que no escurrirla la cuerda, la subió hasta la altura de la otra muñeca del brazo de Luis, la ato igual que había atado en el otro brazo, quedando Luis en una posición semi agachada para que al levantar el armario pudiera andar sin mucho problema.
Bien, dijo César, así quedas perfecto para lo que venimos hacer, Cesar comienza a buscar en la cintura de Luis, intenta de encontrar la correa que sujeta su pantalón, pilla su punta y la suelta, Luis le pregunta que es lo que hacía, César le decía que le iba a gustar, le suelta el botón de la cintura y baja la cremallera de la bragueta, tirando hacia abajo con pantalón y calzoncillo, llegando al suelo los saco de sus deportivos.
Estás loco que haces, dijo Luis extrañado, aún no te has imaginado, responde César, voy a follarte, eres un chico que me gusta mucho, llevo tiempo pensando cómo hacer para tenerte, ahora al fin lo conseguí, pero yo soy hetero, no me va a gustar, no lo deseo, tu que sabes, si no lo has probado, luego me diras.
¿Sí señor, que tengo que hacer.?
Venirte aquella casita pintada de amarillo la fachada, vamos a cambiar unos muebles de sitio, no pesan mucho, son algo incómodos para mí solo.
Vale, le ayudo. Luis acompaño a Cesar hasta la casa de la fachada amarilla, Luis tenía 19 años, era un chico solitario, no estaba bien integrado con los demás chicos del vecindario, quizás porque siempre se cargaba el las culpas de los platos rotos.
Una vez en la casa Cesar le dijo a Luis que debían de cambiar el armario ropero de pared, ya que iba a modificar la posición de la cama, el armario era grande de seis puertas, Cesar que era zorro viejo ya había previsto todo, saco dos gruesas cuerdas del mismo armario, le dijo a Luis que se las iban a atar por las muñecas, de manera que al levantar el armario no se les escapara de las manos.
Así que iba a explicarle a Luis como lo iban hacer, porque había que tomar una medida para que al levantar quedarán en una posición cómoda para andar con el peso del armario hasta la pared que sería su nuevo destino. Así que César ato la cuerda a una muñeca de Luis, paso el otro cabo por debajo del piso del armario, por detrás de sus patas de madera para que no escurrirla la cuerda, la subió hasta la altura de la otra muñeca del brazo de Luis, la ato igual que había atado en el otro brazo, quedando Luis en una posición semi agachada para que al levantar el armario pudiera andar sin mucho problema.
Bien, dijo César, así quedas perfecto para lo que venimos hacer, Cesar comienza a buscar en la cintura de Luis, intenta de encontrar la correa que sujeta su pantalón, pilla su punta y la suelta, Luis le pregunta que es lo que hacía, César le decía que le iba a gustar, le suelta el botón de la cintura y baja la cremallera de la bragueta, tirando hacia abajo con pantalón y calzoncillo, llegando al suelo los saco de sus deportivos.
Estás loco que haces, dijo Luis extrañado, aún no te has imaginado, responde César, voy a follarte, eres un chico que me gusta mucho, llevo tiempo pensando cómo hacer para tenerte, ahora al fin lo conseguí, pero yo soy hetero, no me va a gustar, no lo deseo, tu que sabes, si no lo has probado, luego me diras.