Falta de autoestima...

liderfranse

Virgen
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Falta de autoestima

Tristemente, Esperanza, mira su reflejo en el espejo e instantáneamente siente una mezcla de desesperación y frustración. Sabe perfectamente que no es igual a las otras chicas de su edad. Ella mide tan solo 1.58, se siente incomoda con su cuerpo. Gorda y delgada de los brazos, asÃ* es como su falta de autoestima la hace verse. Es tanta la falta de autoestima que vive sintiéndose una rareza, un fenómeno. Vive a su vez reprochándose todo lo que come o deja de comer. La anorexia a vecina su vida si es que nadie hace algo.

Una lágrima resbala por su mejilla mientras ella piensa en la vida de sus amigas de la universidad. Una vida llena de amistades y novios. Una vida totalmente distinta a la suya que encuentra aburrida y triste.

Esperanza sabe que la mayorÃ*a de sus problemas actuales nacen de su timidez. Cuando era una niña soñaba con ser una chica popular llena de amigas y novios pero ahora sabe que eso nunca pasará. Limpiándose las lágrimas con un pañuelo en su mano izquierda llora desesperanzada y se dispone a limpiar su habitación como lo ha hecho todas las mañanas ahora que esta de vacaciones.

En otra parte de la casa sus padres discuten por lo mismo de siempre:

-Debemos hacer algo Pedro, la niña no puede seguir asÃ*.- Le dice la madre de Esperanza a Pedro, el padre de Esperanza, mientras se sirve una taza de café.- Nunca sale de la casa si no es para ir a la universidad. Me tiene muy preocupada Esperanza. A sus 18 años ya era para que saliera más. Incluso deberÃ*a de tener un novio. Se la pasa encerrada en su habitación haciendo tarea y leyendo, esa niña necesita distraerse en algo distinto. Porque nuestra hija no actúa como cualquier otra chica de su edad? Todas las madres hablando de los problemas que tienen con sus hijas porque se la quieren pasar en fiestas y la nuestra es todo lo contrario, no sale de la casa para nada. Vaya ironÃ*a!

-Ya lo se mujer pero que podemos hacer nosotros al respecto? Ambos sabemos que nuestra hija es tÃ*mida. He intentado ya varias veces acercarla a las hijas de mis amigos, incluso a las que se que son más problemáticas para ver si cambia su actitud pero cada vez que pienso que al fin lo hará volvemos a lo mismo.

La madre de Esperanza llevaba semanas preocupándose por los problemas de su hija. Estaba realmente preocupada por el bienestar de Esperanza. Perfectamente sabÃ*a que lo que su hija necesitaba era de alguien que le ayudara a salir de su timidez y por lo mismo habÃ*a venido planeando desde hacÃ*a varios dÃ*as una manera de lograrlo.

Haciendo a un lado su silla, la madre de Esperanza cuyo nombre es Catalina, camino alrededor de la mesa hasta llegar a donde estaba su marido y se sentó en sus piernas como solÃ*a hacerlo cada vez que querÃ*a algo. Suavemente lo beso en los labios asegurándose de que su esposo sintiera la presión de sus senos contra su pecho. Pedro aunque se vio sorprendido del enorme gesto de afecto de su esposa, pronto le respondió el beso jugueteando con su lengua mientras sus manos recorrÃ*an el cuerpo lleno de curvas de Catalina con mucha maestrÃ*a.

-Mujer eres una bomba!- Le dijo Pedro a su mujer al momento en que dejaron de besarse-La última vez que me besaste de esa manera me costo un automóvil. Acaso será que me vas a pedir otra cosa?

-Por su puesto que no Pedro... que cosas dices. Acaso no puedo besar a mi marido asÃ* sin pedirle algo? Me haces sentir como una interesada. Yo te amo mucho.

-Yo se que me amas Catalina pero también te conozco. Estoy seguro de que quieres algo. Algo tienes en mente. Lo puedo ver en tus ojos que en estos momentos me miran como tanto me gusta que lo hagan.

Catalina beso en la mejilla a su esposo y se acomodo para comenzar a desabotonar el pantalón de Pedro y dejar que esa enorme erección quedara libre.

-Hmm tal vez si quiera algo... pero no creas que soy una mal agradecida, prometo darte algo a cambio... algo que tu siempre has querido Pedro.

-Y que es eso que tienes pensado darme?- le pregunto Pedro con una sonrisa en su rostro contento de conocer tan bien a su esposa que sin decirle nada lo volvió a besar con mucha pasión. Finalmente, Catalina rompió el profundo beso y le dijo mirándolo seriamente a los ojos:

-Te daré mi virginidad.

Pedro rió a sabiendas que su mujer habÃ*a dejado de ser virgen desde hacÃ*a ya varios años y pensando que todo habÃ*a sido tan solo una broma.

-Esa no...- replicó Catalina sintiéndose un poco molesta ante la burla de su esposo-Te daré mi culo. Tú siempre lo has querido no me vas a mentir ahora... Si prometes hacer lo que yo te diga será tuyo...- le dijo suavemente al oÃ*do.

Desde que se casaron, Pedro siempre le habÃ*a querido dar por el culo a su esposa pero ella siempre se habÃ*a negado. La intentó convencer por años pero nunca tuvo éxito ya que a su mujer le parecÃ*a algo sumamente doloroso.

Hubo una noche en la que la intentó forzar pero pronto se arrepintió pues su esposa molesta le limitó las relaciones sexuales y durante 1 mes no la pudo tocar. Después de eso Pedro renunció a su persecución y hasta este entonces volvÃ*a a tocarse el tema.

Los ojos de Pedro se llenaron de excitación y deseo al oÃ*r la oferta que le hacÃ*a su mujer. Su erección se alzo al máximo como en mucho tiempo no la habÃ*a visto, estuvo a punto de aceptar la oferta inmediatamente pero fue prudente y quiso mejorar la negociación.

-Lo haré si prometes que lo haré a mi manera. Aún cuando duela mucho la manera en que yo quiera hacerlo...

El corazón de Catalina latió rápidamente al imaginar ese enorme pedazo de carne en su culo y sentir un enorme temor al dolor que debÃ*a sentirse. SabÃ*a que su esposo era gentil a la hora de hacer el amor pero también sabÃ*a del enorme deseo acumulado que debÃ*a tener por romperle el culo.

-Ah y otra cosa...- dijo Pedro.- Lo quiero ahora mismo...

Catalina sintió la enorme erección de Pedro palpitando en su trasero. SabÃ*a que no podÃ*a dar marcha atrás pues realmente le interesaba lo que podÃ*a conseguir dándole el culo a su marido.

-Enviaré a Esperanza al súper mercado... ve preparando todo.- le dijo a su esposo mientras se ponÃ*a de pie y se encaminaba a la habitación de su hija.

Más tarde en la habitación de la pareja:

Finalmente Catalina terminaba de quitarse sus panties y quedaba completamente desnuda mirando de cara a su marido. El enorme y gordo pene de Pedro se encontraba tan rÃ*gido que pensó que le estallarÃ*a. Un enorme miedo recorrÃ*a su cuerpo tan solo de pensar que todo eso le meterÃ*a por el culo.

-Como me lo quieres hacer?- le pregunto temerosa a su marido sintiendo su concha empapada.

En eso, Pedro terminaba de untar lubricante en la gorda cabeza de su miembro al tiempo en que sonreÃ*a a su mujer lleno de felicidad.
-Como siempre lo he soñado. Quiero estar parado detrás de ti mientras tú te pones a 4 patas sobre la cama cariño.
Con miedo Catalina se coloco como tantas veces habÃ*an hecho el amor antes solo que esta vez el orificio serÃ*a distinto.

-Eso es cariño...- le dijo Pedro al ver que su esposa se colocaba en la posición perfecta.- Abre las piernas un poco amor...asÃ*... perfecto preciosa- le decÃ*a mientras se acomodaba detrás de ella.

Catalina dio un salto y grito de dolor al sentir como las manos de Pedro la sujetaban del trasero. Comenzó a elevar un poco su culo, ofreciéndoselo más a plenitud a su esposo pero este con una mano la forzó a regresar a la posición inicial mientras con la otra comenzaba a darle pequeñas nalgaditas.

Para cuando Pedro terminó de nalguear a su mujer, el culo de esta le ardÃ*a de dolor. De pronto, Catalina sintió como Pedro se acomodaba detrás de ella buscando con su duro pito la entrada tan añorada. La enorme erección pronto encontró el camino y como una rápida cuchillada entró en su culo quitándole el aliento y haciéndola vibrar violentamente sobre la cama al tiempo en que sus tetas se movÃ*an incontrolablemente.

-Aaarrrrrgggggghhhhh diossss!!! Aaaahhhhhh- Gimió Catalina sumergida en un mundo de placer y dolor mientras los dedos de su marido retorcÃ*an sus pezones causándole más dolor.

-Esto era lo que querÃ*as y ahora lo vas a recibir maldita perra rica! Hmm- Gritaba Pedro en un tono desconocido para su esposa que lo encontraba distinto, como si algo lo hubiese posesionado.- DebÃ* haberte roto el culo desde hace muchos años putita... mira que rico y apretado lo tienes... Aaahhhhh... te voy a partir en dos maldita puta...
Las manos de Pedro al abrirle las nalgas a Catalina con fuerza le regalaban la visión de su tieso pene entrando y saliendo de ese rico agujerito rosado.

Catalina, en cambio, sentÃ*a sus jugos vaginales escurriendo por sus muslos al tiempo que era penetrada salvajemente por Pedro.

-Ten cuidado Pedro... aaahhhhh... cuidado... por... favor...hmm... detente me estas haciendo daño... detente... aahhhh

Catalina sentÃ*a desmayarse del intenso dolor en su culo pero las ganas de seguir disfrutando de un vergón como el de su marido le hacÃ*an mantenerse viva.

En un momento dado, cuando la verga de Pedro entraba y salÃ*a hasta la mitad en el culo de Catalina, Pedo con un dedo comenzó a incitar el clÃ*toris de su mujer haciéndola perder la cabeza.

-Aaahhhh Pedro por favor!! Hmmm Aaaahhhhhh- Sus movimientos sobre la cama eran incontrolables. El dedo de su marido la hacÃ*a sentirse plena. Era como si su marido tuviera el dedo sobre un gatillo. Él tenÃ*a el control total de su cuerpo para esos momentos. En el momento en que él lo quisiera jalarÃ*a de ese gatillo y la harÃ*a explotar en un tremendo orgasmo.

Cuando el momento llego, el orgasmo de Catalina fue tan intenso que sus jugos dieron a parar en gran parte hasta los testÃ*culos de Pedro que chocaban contra sus ricas nalgas.

-Aaaahhhhhh</SPAN>!!! Siiiii Pedrrooooo!!! Másssss que ricooo más!!

Sujetándola con fuerza de las caderas, Pedro lanzó su pene hasta el fondo del culo de Catalina y se movió con toda su fuerza hasta explotar y vaciarle toda la leche en el culo sin mostrar piedad.

-Aaahhhh eres tan putaaaaa hmmm que delicia Aaaahhhhhh.

Catalina sintió que la leche le llenaba el agujero e intentó huir a las duras embestidas de su marido pero las manos de este la sujetaban tan fuerte que le fue imposible. En cada embestida su marido depositaba una increÃ*ble cantidad de leche. No fue si no hasta que se sintió seco de los huevos que paro y se dio cuenta de que su mujer habÃ*a perdido la consciencia...

Pedro decidió esperar a que su mujer recobrara la consciencia en la habitación. No fue si no hasta pasadas dos horas que su mujer la recobró y ahora ella le pidió cumplir con su parte.

-Debes estar bromeando!- le dijo Pedro a Catalina.

-No estoy bromeando. La única manera en que Esperanza sienta confianza en sÃ* misma es sintiéndose amada y especial. Ahora debes prometerme que harás lo que te he pedido. No puedes echarte para atrás ahora que yo he cumplido mi parte.

-Pero ella es nuestra hija! No puedo hacerle algo como eso. Lo siento Catalina. No creo que este bien.

-Te prometo que para cuando yo hable con ella tu no podrás quitarle las manos de encima. Ya te he dicho mi plan. Mañana temprano yo la llevare de compras y tú harás lo tuyo por la noche.

La mañana siguiente Catalina y Esperanza salieron de comprar mientras Pedro iba a trabajar nervioso, preguntándose porque demonios se le habrÃ*a ocurrido a su esposa una cosa asÃ*. El dÃ*a se fue lento y parecÃ*a nunca terminar. La hora llegó y Pedro salió de un mundo de trabajo y tráfico para llegar a su casa.

Lo primero que Pedro noto fue el nuevo corte de pelo de Catalina. Ya no era más el pelo revuelto y mal peinado, ahora era un poco más corto y caÃ*a sensualmente alrededor de sus hombros.

A la hora de cenar, Pedro no hacÃ*a otra cosa que alabar el hermoso corte de pelo de su hija a lo cual ella agradecÃ*a con sonrisas discretas pero llenas de felicidad. Incluso podrÃ*a decirse que las sonrisas contenÃ*an un ligero toque de coqueterÃ*a.

Después de una cena amena, Catalina guiñándole el ojo, le dijo a Pedro que se fuera a dar un baño mientras ella y Esperanza hacÃ*an cosas de mujeres. Pedro asÃ* lo hizo y después de darse un baño se sentó a ver televisión en su bata de baño a sabiendas que no tardarÃ*a en entrar su esposa y decirle que todo estaba listo para que él entrara en acción. Aún asÃ* se sentÃ*a nervioso.

No tuvo que esperar mucho pues Catalina a los 10 minutos llego y lo beso apasionadamente diciéndole: "Gracias por hacer esto amor. Nuestra hija esta en nuestra habitación... esperándote a ti."

Antes de que Pedro pudiera abandonar la sala donde hasta hace unos minutos se encontraba viendo televisión su esposa le dijo: "Recuerda ser gentil amor... no hagas nada de lo que me hiciste ayer a mÃ* eh? Yo aún no me puedo sentar bien y mira cuantos años tenemos haciéndolo..."

-Estas segura de esto?- Preguntó Pedro una vez más aún sin creer lo que estaba a punto de hacer.

-Más segura nunca he estado. Esto es lo mejor amor... ahora ve y haz de nuestra hermosa hija una mujer.

Cuando Pedro entro en la habitación se detuvo inmóvil al ver a su hija. Esperanza se encontraba en la cama con tan solo un hermoso vestido semitransparente el cual a penas y lograba cubrir parte de sus hermosos y delicados muslos.

El vestuario combinado con su nuevo corte de pelo y su hermosa piel cubierta de maquillaje habÃ*an transformado a su hija.
-Papi?- Esperanza pregunto con tierna voz.
Solo hasta ese entonces Pedro se percató que su hija estaba atada a la cama con cordones de seda que iban desde sus tobillos y muñecas a cada esquinero de la cama. Pedro se encontraba a punto de realizar un sacrificio virginal. Pedro camino por toda la habitación sin despegar sus ojos de su hija y se sentó a un lado de esta.

-Porque mi mamá me ato de esta manera? Pasa algo malo papi?- Esperanza preguntó llena de incertidumbre.
Pedro sacudió su cabeza y le sonrió a su hija.
-No hija. No pasa nada malo. Si no todo lo contrario amor... Eres un regalo que el cielo me ha dado. El regalo más hermoso e inimaginable hija.- Para ese entonces el pene de Pedro se encontraba totalmente erecto pero recordando las palabras de Catalina trato de calmarse para poder ser lo más amable posible.

Esperanza miró a su padre con sus inocentes ojos azules y le pregunto:

-Un regalo que el cielo te ha dado? No entiendo papá...

-Pronto lo harás hija... pronto lo harás... te desataré un poco amor pero primero haré lo que siempre hago con todos los regalos que recibo.

-Que vas hacer papi?

-Desenvolver mi regalo amor... no puedo ver mi regalo si no quito la envoltura o si?

Su hija parecÃ*a no entender lo que estaba pasando hasta que su papi la alzo un poco y mientras con sus manos desabotonaba a toda velocidad los botones del nuevo vestido de su hija, con mucho cuidado la beso en los labios.

Pedro se perdió en el dulce sabor de aquellos labios e incluso sintió que flotaba por un momento. Eran tan suaves y tiernos que daban ganas de no separarse de ella jamás. Su perfume de niña virgen era embriagador. ParecÃ*a no tener marca propia pero lo alentaba a desvirgarla lo antes posible.

Pedro se sentó y observó a cara de terror en la cara de Esperanza mientras veÃ*a atento sin perder detalle alguno lo que su papi hacÃ*a con su vestido.

-Papi... que estas haciendo papi... detente...- le suplico.

Esperanza lucho contra la cinta de seda que la tenÃ*a atada a la cama para poder detener a su papi pero era demasiado tarde. La respiración de Pedro ceso y sus ojos brillaron como nunca al ver el incipiente pecho desnudo de su hija. Eran las tetas de su hija! Las tetas más lindas y tiernas que habÃ*a visto en su vida. No eran enormes, eran del tamaño de dos naranjas pero con una forma tan perfecta y coronadas por unos deliciosos pezones rosados que le hicieron perder la cordura.

-No papi! Por favor detente papito!- Le escucho a decir a su hija mientras su boca mágicamente se hundÃ*a en sus preciosas tetitas. Momentos después pudo oÃ*r de su preciosa hija un pequeño: -Hmm papi…- en el momento en que su boca succiono delicadamente la carnita de sus pechitos.

Conforme el tiempo pasaba comenzó a sentir como su hija se relajaba y Pedro succionaba con más y más confianza las tetitas de su hija. La enorme experiencia que tenÃ*a Pedro con las mujeres le decÃ*a que debÃ*a aguardar un poco más y la tendrÃ*a rogándole porque la desvirgara. Momentos más tarde no hubo más necesidad de la cinta de seda. Pedro liberó a su hija gozando de cómo esta le miraba tÃ*midamente.

Hasta hace poco Esperanza se habÃ*a preguntado porque su madre la habÃ*a llevado de manera tan repentina de compras, a la estética, porque del baño después de la cena y porque le habÃ*a obligado a depilarse el poco vello que le crecÃ*a alrededor de la conchita. Ahora lo sabÃ*a...

Esperanza habÃ*a disfrutado del nuevo atuendo, el corte de pelo a la moda y el maquillaje sin saber para que era. Ahora no era estúpida, sabÃ*a perfectamente que su padre estaba dispuesto a hacerla suya y se encontraba un poco temerosa de lo que estaba por venir.

Permaneció recostada con sus piernas separadas y el hombre que le dio la vida en medio de ellas desnudándose a toda velocidad pero sin dejar de besar sus tetas, su cuello, su pancita que tanta vergüenza le daba pero ahora parecÃ*a ver lo atractiva que le resultaba a un hombre como su padre.

Cuando su padre la beso apasionadamente en los labios ella solo pudo decirle a su oÃ*do: "Lo siento papi, no se como hacerlo..."

Pedro deslizo rápidamente su mano hasta por debajo de la panty de su hija y sintiendo lo mojada que estaba le dijo: "Tal vez tu no sepas que hacer amor pero tu conchita si... mira lo mojada que esta, se esta alistando para que papi la penetre. Pronto estará lista para el pene de tu papi amor..."

La beso en los labios y esta vez su hija trato de corresponderle con un beso torpe pero delicioso.

-Hija... te amo tanto...- la volvió a besar- estoy a punto de romper tu conejito amor... te amo tanto... tanto te amo que estoy a punto de desvirgarte.

Esas palabras causaron que Esperanza se mojara aún más. Su corazón latió salvajemente y su respiración se volvió irregular. Permaneció recostada emitiendo ligeros gemidos mientras su papi terminaba de remover su ropa. Se sorprendió a sÃ* misma al no sentir ninguna pena con su padre que la miraba desnuda en su totalidad en determinado momento.

Después de esto su padre se arrodillo en medio de sus piernas y removiendo su bata de baño le regalo a su hija un primer vistazo a lo que es un pene erecto en su totalidad. Nunca se imagino que algo tan grande pudiera entrar en una mujer. Sintió miedo y excitación a la vez pero acabo haciéndose una promesa a sÃ* misma: "El pene de su padre serÃ*a suyo completamente esa noche o morirÃ*a en el intento".

-Tu madre me ha dicho que no has tomado la pÃ*ldora y te encuentras en la etapa más fértil. Para serte sincero no tengo condones asÃ* que hay muchas posibilidades de que te embarace, aún quieres seguir?

La mente de Esperanza era un remolino. Apenas el dÃ*a anterior se habÃ*a sentido insignificante, ahora no solo su padre la querÃ*a desvirgar si no que al parecer querÃ*a embarazarla. Su corazón lo amaba tanto que las palabras salieron automáticamente: "Si papi" le respondió con lágrimas en sus ojos.

-No hay necesidad de que sigamos dándole vueltas hijas... al parecer estas lista... estas lista para convertirte en mujer y... tal vez... en... madre...- le dijo su padre al momento en que se hacÃ*a para delante y recargaba su peso en los codos.- No puedo esperar más hija... te necesito desesperadamente.

Por primera vez en su vida Esperanza se sintió sin pudor alguno y se convirtió en una mujer atrevida:
-No me hagas esperar más papito. Dime que hacer, haré todo lo que tu me digas con tal de tenerte... por favor papi... hazme tuya... hazme mujer... hazme todo lo que quieras.
Esperanza separo más sus piernas al sentir la punta del pene de su padre palpitar en la entrada de su conchita. Sus jugos hicieron su labor y la cabeza gorda comenzó a hundirse. Esperanza sintió un enorme dolor, como si la cabeza raspara toda su conchita al ir entrando pero poco después vino el placer al sentir como su túnel era invadido por el ser que más amaba en la vida.

Pedro observo como los ojos de su hija se volvÃ*an brillosos y llenos de placer y decidió que era hora de acabar con su virginidad.

-AAaaaauuuuuugggghhhhhh- Grito su hija al sentir como su himen se desgarraba poco a poco con la dura cabeza del pene de su padre- Papittooooo Aaaahhhhhh hmm

-Todo esta bien hija hmmm.... pronto pasará... Ooooohhhh hmm

Esperanza sintió como su padre comenzaba a embestirla lentamente. Al fin habÃ*a logrado entrar todo el pene de su padre! Lo sentÃ*a hasta el fondo de su conchita y le estaba encantando. Comenzaba a sonreÃ*r pero los espasmos de un orgasmo la hacÃ*an gritar de placer. Pronto se encontró con que gritaba desesperada llena de placer el nombre de su padre.

-Aahhhh Pedro!! Diossss amor te amo tanto!- Le estaba llamando por su nombre y le estaba diciendo amor… Esperanza jamás tuvo consciencia plena de ello pero parecÃ*a excitarle. Le gustaba sentir que su padre era suyo al menor por esa noche.

Cuando tuvo su orgasmo, Pedro la bombeo lentamente para que ella lo disfrutara al máximo pero una vez que termino, Pedro la comenzó a embestir con todas sus fuerzas. Su conchita reaccionaba al pene de su padre y el pene de su padre reaccionaba a su conchita a la perfección. Se habÃ*an entendido perfectamente en la cama padre e hija.

Pronto Esperanza comenzó a mover sus caderas con desesperación en busca de la leche de su padre. En busca de la semilla de vida que le habÃ*a prometido su padre.

Mientras los dos gemÃ*an de placer su madre los veÃ*a desde la puerta. Esperanza la miro pero no tuvo pena alguna si no al contrario comenzó a moverse con más fuerza y sensualidad diciéndose a sÃ* misma: "esto es lo que querÃ*as mami? Ahora verás de lo que soy capaz de hacer con un pene como el de papi..."

Al verla Pedro no pudo aguantar más y vació toda su leche en el interior de su hija.

-No puedo más hija AAAAHHHHHHH

-Si papi vente... Aaaahhhhhh siiii hazme un bebe papitoo!!!

Fue como si una bomba hubiera explotado en su interior. La gran cantidad de leche la inundó y lo único que pudo decir fue: "Puedo sentirlo... es mi bebe"
.
.
saludos.
 

aloa

Virgen
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GraciasGraciasGraciasGraciasGraciasGraciasGraciasGracias
 

nando478

Virgen
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Bueno lo q mas me gusto de tu historia fue el titulo :p
 
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Muy Bueno el relato felicitaciones! sigue asi! :thumbsup: :thumbsup: :thumbsup:
 

jwalt

Virgen
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:clap:
esta largo pero pasa
Falta de autoestima


Tristemente, Esperanza, mira su reflejo en el espejo e instantáneamente siente una mezcla de desesperación y frustración. Sabe perfectamente que no es igual a las otras chicas de su edad. Ella mide tan solo 1.58, se siente incomoda con su cuerpo. Gorda y delgada de los brazos, asê es como su falta de autoestima la hace verse. Es tanta la falta de autoestima que vive sintiéndose una rareza, un fenómeno. Vive a su vez reprochándose todo lo que come o deja de comer. La anorexia a vecina su vida si es que nadie hace algo.

Una lágrima resbala por su mejilla mientras ella piensa en la vida de sus amigas de la universidad. Una vida llena de amistades y novios. Una vida totalmente distinta a la suya que encuentra aburrida y triste.

Esperanza sabe que la mayorêa de sus problemas actuales nacen de su timidez. Cuando era una niña soñaba con ser una chica popular llena de amigas y novios pero ahora sabe que eso nunca pasará. Limpiándose las lágrimas con un pañuelo en su mano izquierda llora desesperanzada y se dispone a limpiar su habitación como lo ha hecho todas las mañanas ahora que esta de vacaciones.

En otra parte de la casa sus padres discuten por lo mismo de siempre:

-Debemos hacer algo Pedro, la niña no puede seguir asê.- Le dice la madre de Esperanza a Pedro, el padre de Esperanza, mientras se sirve una taza de café.- Nunca sale de la casa si no es para ir a la universidad. Me tiene muy preocupada Esperanza. A sus 18 años ya era para que saliera más. Incluso deberêa de tener un novio. Se la pasa encerrada en su habitación haciendo tarea y leyendo, esa niña necesita distraerse en algo distinto. Porque nuestra hija no actúa como cualquier otra chica de su edad? Todas las madres hablando de los problemas que tienen con sus hijas porque se la quieren pasar en fiestas y la nuestra es todo lo contrario, no sale de la casa para nada. Vaya ironêa!

-Ya lo se mujer pero que podemos hacer nosotros al respecto? Ambos sabemos que nuestra hija es têmida. He intentado ya varias veces acercarla a las hijas de mis amigos, incluso a las que se que son más problemáticas para ver si cambia su actitud pero cada vez que pienso que al fin lo hará volvemos a lo mismo.

La madre de Esperanza llevaba semanas preocupándose por los problemas de su hija. Estaba realmente preocupada por el bienestar de Esperanza. Perfectamente sabêa que lo que su hija necesitaba era de alguien que le ayudara a salir de su timidez y por lo mismo habêa venido planeando desde hacêa varios dêas una manera de lograrlo.

Haciendo a un lado su silla, la madre de Esperanza cuyo nombre es Catalina, camino alrededor de la mesa hasta llegar a donde estaba su marido y se sentó en sus piernas como solêa hacerlo cada vez que querêa algo. Suavemente lo beso en los labios asegurándose de que su esposo sintiera la presión de sus senos contra su pecho. Pedro aunque se vio sorprendido del enorme gesto de afecto de su esposa, pronto le respondió el beso jugueteando con su lengua mientras sus manos recorrêan el cuerpo lleno de curvas de Catalina con mucha maestrêa.

-Mujer eres una bomba!- Le dijo Pedro a su mujer al momento en que dejaron de besarse-La última vez que me besaste de esa manera me costo un automóvil. Acaso será que me vas a pedir otra cosa?

-Por su puesto que no Pedro... que cosas dices. Acaso no puedo besar a mi marido asê sin pedirle algo? Me haces sentir como una interesada. Yo te amo mucho.

-Yo se que me amas Catalina pero también te conozco. Estoy seguro de que quieres algo. Algo tienes en mente. Lo puedo ver en tus ojos que en estos momentos me miran como tanto me gusta que lo hagan.

Catalina beso en la mejilla a su esposo y se acomodo para comenzar a desabotonar el pantalón de Pedro y dejar que esa enorme erección quedara libre.

-Hmm tal vez si quiera algo... pero no creas que soy una mal agradecida, prometo darte algo a cambio... algo que tu siempre has querido Pedro.

-Y que es eso que tienes pensado darme?- le pregunto Pedro con una sonrisa en su rostro contento de conocer tan bien a su esposa que sin decirle nada lo volvió a besar con mucha pasión. Finalmente, Catalina rompió el profundo beso y le dijo mirándolo seriamente a los ojos:

-Te daré mi virginidad.

Pedro rió a sabiendas que su mujer habêa dejado de ser virgen desde hacêa ya varios años y pensando que todo habêa sido tan solo una broma.

-Esa no...- replicó Catalina sintiéndose un poco molesta ante la burla de su esposo-Te daré mi culo. Tú siempre lo has querido no me vas a mentir ahora... Si prometes hacer lo que yo te diga será tuyo...- le dijo suavemente al oêdo.

Desde que se casaron, Pedro siempre le habêa querido dar por el culo a su esposa pero ella siempre se habêa negado. La intentó convencer por años pero nunca tuvo éxito ya que a su mujer le parecêa algo sumamente doloroso.

Hubo una noche en la que la intentó forzar pero pronto se arrepintió pues su esposa molesta le limitó las relaciones sexuales y durante 1 mes no la pudo tocar. Después de eso Pedro renunció a su persecución y hasta este entonces volvêa a tocarse el tema.

Los ojos de Pedro se llenaron de excitación y deseo al oêr la oferta que le hacêa su mujer. Su erección se alzo al máximo como en mucho tiempo no la habêa visto, estuvo a punto de aceptar la oferta inmediatamente pero fue prudente y quiso mejorar la negociación.

-Lo haré si prometes que lo haré a mi manera. Aún cuando duela mucho la manera en que yo quiera hacerlo...

El corazón de Catalina latió rápidamente al imaginar ese enorme pedazo de carne en su culo y sentir un enorme temor al dolor que debêa sentirse. Sabêa que su esposo era gentil a la hora de hacer el amor pero también sabêa del enorme deseo acumulado que debêa tener por romperle el culo.

-Ah y otra cosa...- dijo Pedro.- Lo quiero ahora mismo...

Catalina sintió la enorme erección de Pedro palpitando en su trasero. Sabêa que no podêa dar marcha atrás pues realmente le interesaba lo que podêa conseguir dándole el culo a su marido.

-Enviaré a Esperanza al súper mercado... ve preparando todo.- le dijo a su esposo mientras se ponêa de pie y se encaminaba a la habitación de su hija.

Más tarde en la habitación de la pareja:

Finalmente Catalina terminaba de quitarse sus panties y quedaba completamente desnuda mirando de cara a su marido. El enorme y gordo pene de Pedro se encontraba tan rêgido que pensó que le estallarêa. Un enorme miedo recorrêa su cuerpo tan solo de pensar que todo eso le meterêa por el culo.

-Como me lo quieres hacer?- le pregunto temerosa a su marido sintiendo su concha empapada.

En eso, Pedro terminaba de untar lubricante en la gorda cabeza de su miembro al tiempo en que sonreêa a su mujer lleno de felicidad.
-Como siempre lo he soñado. Quiero estar parado detrás de ti mientras tú te pones a 4 patas sobre la cama cariño.
Con miedo Catalina se coloco como tantas veces habêan hecho el amor antes solo que esta vez el orificio serêa distinto.

-Eso es cariño...- le dijo Pedro al ver que su esposa se colocaba en la posición perfecta.- Abre las piernas un poco amor...asê... perfecto preciosa- le decêa mientras se acomodaba detrás de ella.

Catalina dio un salto y grito de dolor al sentir como las manos de Pedro la sujetaban del trasero. Comenzó a elevar un poco su culo, ofreciéndoselo más a plenitud a su esposo pero este con una mano la forzó a regresar a la posición inicial mientras con la otra comenzaba a darle pequeñas nalgaditas.

Para cuando Pedro terminó de nalguear a su mujer, el culo de esta le ardêa de dolor. De pronto, Catalina sintió como Pedro se acomodaba detrás de ella buscando con su duro pito la entrada tan añorada. La enorme erección pronto encontró el camino y como una rápida cuchillada entró en su culo quitándole el aliento y haciéndola vibrar violentamente sobre la cama al tiempo en que sus tetas se movêan incontrolablemente.

-Aaarrrrrgggggghhhhh diossss!!! Aaaahhhhhh- Gimió Catalina sumergida en un mundo de placer y dolor mientras los dedos de su marido retorcêan sus pezones causándole más dolor.

-Esto era lo que querêas y ahora lo vas a recibir maldita perra rica! Hmm- Gritaba Pedro en un tono desconocido para su esposa que lo encontraba distinto, como si algo lo hubiese posesionado.- Debê haberte roto el culo desde hace muchos años putita... mira que rico y apretado lo tienes... Aaahhhhh... te voy a partir en dos maldita puta...
Las manos de Pedro al abrirle las nalgas a Catalina con fuerza le regalaban la visión de su tieso pene entrando y saliendo de ese rico agujerito rosado.

Catalina, en cambio, sentêa sus jugos vaginales escurriendo por sus muslos al tiempo que era penetrada salvajemente por Pedro.

-Ten cuidado Pedro... aaahhhhh... cuidado... por... favor...hmm... detente me estas haciendo daño... detente... aahhhh

Catalina sentêa desmayarse del intenso dolor en su culo pero las ganas de seguir disfrutando de un vergón como el de su marido le hacêan mantenerse viva.

En un momento dado, cuando la verga de Pedro entraba y salêa hasta la mitad en el culo de Catalina, Pedo con un dedo comenzó a incitar el clêtoris de su mujer haciéndola perder la cabeza.

-Aaahhhh Pedro por favor!! Hmmm Aaaahhhhhh- Sus movimientos sobre la cama eran incontrolables. El dedo de su marido la hacêa sentirse plena. Era como si su marido tuviera el dedo sobre un gatillo. Él tenêa el control total de su cuerpo para esos momentos. En el momento en que él lo quisiera jalarêa de ese gatillo y la harêa explotar en un tremendo orgasmo.

Cuando el momento llego, el orgasmo de Catalina fue tan intenso que sus jugos dieron a parar en gran parte hasta los testêculos de Pedro que chocaban contra sus ricas nalgas.

-Aaaahhhhhh</SPAN>!!! Siiiii Pedrrooooo!!! Másssss que ricooo más!!

Sujetándola con fuerza de las caderas, Pedro lanzó su pene hasta el fondo del culo de Catalina y se movió con toda su fuerza hasta explotar y vaciarle toda la leche en el culo sin mostrar piedad.

-Aaahhhh eres tan putaaaaa hmmm que delicia Aaaahhhhhh.

Catalina sintió que la leche le llenaba el agujero e intentó huir a las duras embestidas de su marido pero las manos de este la sujetaban tan fuerte que le fue imposible. En cada embestida su marido depositaba una increêble cantidad de leche. No fue si no hasta que se sintió seco de los huevos que paro y se dio cuenta de que su mujer habêa perdido la consciencia...

Pedro decidió esperar a que su mujer recobrara la consciencia en la habitación. No fue si no hasta pasadas dos horas que su mujer la recobró y ahora ella le pidió cumplir con su parte.

-Debes estar bromeando!- le dijo Pedro a Catalina.

-No estoy bromeando. La única manera en que Esperanza sienta confianza en sê misma es sintiéndose amada y especial. Ahora debes prometerme que harás lo que te he pedido. No puedes echarte para atrás ahora que yo he cumplido mi parte.

-Pero ella es nuestra hija! No puedo hacerle algo como eso. Lo siento Catalina. No creo que este bien.

-Te prometo que para cuando yo hable con ella tu no podrás quitarle las manos de encima. Ya te he dicho mi plan. Mañana temprano yo la llevare de compras y tú harás lo tuyo por la noche.

La mañana siguiente Catalina y Esperanza salieron de comprar mientras Pedro iba a trabajar nervioso, preguntándose porque demonios se le habrêa ocurrido a su esposa una cosa asê. El dêa se fue lento y parecêa nunca terminar. La hora llegó y Pedro salió de un mundo de trabajo y tráfico para llegar a su casa.

Lo primero que Pedro noto fue el nuevo corte de pelo de Catalina. Ya no era más el pelo revuelto y mal peinado, ahora era un poco más corto y caêa sensualmente alrededor de sus hombros.

A la hora de cenar, Pedro no hacêa otra cosa que alabar el hermoso corte de pelo de su hija a lo cual ella agradecêa con sonrisas discretas pero llenas de felicidad. Incluso podrêa decirse que las sonrisas contenêan un ligero toque de coqueterêa.

Después de una cena amena, Catalina guiñándole el ojo, le dijo a Pedro que se fuera a dar un baño mientras ella y Esperanza hacêan cosas de mujeres. Pedro asê lo hizo y después de darse un baño se sentó a ver televisión en su bata de baño a sabiendas que no tardarêa en entrar su esposa y decirle que todo estaba listo para que él entrara en acción. Aún asê se sentêa nervioso.

No tuvo que esperar mucho pues Catalina a los 10 minutos llego y lo beso apasionadamente diciéndole: "Gracias por hacer esto amor. Nuestra hija esta en nuestra habitación... esperándote a ti."

Antes de que Pedro pudiera abandonar la sala donde hasta hace unos minutos se encontraba viendo televisión su esposa le dijo: "Recuerda ser gentil amor... no hagas nada de lo que me hiciste ayer a mê eh? Yo aún no me puedo sentar bien y mira cuantos años tenemos haciéndolo..."

-Estas segura de esto?- Preguntó Pedro una vez más aún sin creer lo que estaba a punto de hacer.

-Más segura nunca he estado. Esto es lo mejor amor... ahora ve y haz de nuestra hermosa hija una mujer.

Cuando Pedro entro en la habitación se detuvo inmóvil al ver a su hija. Esperanza se encontraba en la cama con tan solo un hermoso vestido semitransparente el cual a penas y lograba cubrir parte de sus hermosos y delicados muslos.

El vestuario combinado con su nuevo corte de pelo y su hermosa piel cubierta de maquillaje habêan transformado a su hija.
-Papi?- Esperanza pregunto con tierna voz.
Solo hasta ese entonces Pedro se percató que su hija estaba atada a la cama con cordones de seda que iban desde sus tobillos y muñecas a cada esquinero de la cama. Pedro se encontraba a punto de realizar un sacrificio virginal. Pedro camino por toda la habitación sin despegar sus ojos de su hija y se sentó a un lado de esta.

-Porque mi mamá me ato de esta manera? Pasa algo malo papi?- Esperanza preguntó llena de incertidumbre.
Pedro sacudió su cabeza y le sonrió a su hija.
-No hija. No pasa nada malo. Si no todo lo contrario amor... Eres un regalo que el cielo me ha dado. El regalo más hermoso e inimaginable hija.- Para ese entonces el pene de Pedro se encontraba totalmente erecto pero recordando las palabras de Catalina trato de calmarse para poder ser lo más amable posible.

Esperanza miró a su padre con sus inocentes ojos azules y le pregunto:

-Un regalo que el cielo te ha dado? No entiendo papá...

-Pronto lo harás hija... pronto lo harás... te desataré un poco amor pero primero haré lo que siempre hago con todos los regalos que recibo.

-Que vas hacer papi?

-Desenvolver mi regalo amor... no puedo ver mi regalo si no quito la envoltura o si?

Su hija parecêa no entender lo que estaba pasando hasta que su papi la alzo un poco y mientras con sus manos desabotonaba a toda velocidad los botones del nuevo vestido de su hija, con mucho cuidado la beso en los labios.

Pedro se perdió en el dulce sabor de aquellos labios e incluso sintió que flotaba por un momento. Eran tan suaves y tiernos que daban ganas de no separarse de ella jamás. Su perfume de niña virgen era embriagador. Parecêa no tener marca propia pero lo alentaba a desvirgarla lo antes posible.

Pedro se sentó y observó a cara de terror en la cara de Esperanza mientras veêa atento sin perder detalle alguno lo que su papi hacêa con su vestido.

-Papi... que estas haciendo papi... detente...- le suplico.

Esperanza lucho contra la cinta de seda que la tenêa atada a la cama para poder detener a su papi pero era demasiado tarde. La respiración de Pedro ceso y sus ojos brillaron como nunca al ver el incipiente pecho desnudo de su hija. Eran las tetas de su hija! Las tetas más lindas y tiernas que habêa visto en su vida. No eran enormes, eran del tamaño de dos naranjas pero con una forma tan perfecta y coronadas por unos deliciosos pezones rosados que le hicieron perder la cordura.

-No papi! Por favor detente papito!- Le escucho a decir a su hija mientras su boca mágicamente se hundêa en sus preciosas tetitas. Momentos después pudo oêr de su preciosa hija un pequeño: -Hmm papi…- en el momento en que su boca succiono delicadamente la carnita de sus pechitos.

Conforme el tiempo pasaba comenzó a sentir como su hija se relajaba y Pedro succionaba con más y más confianza las tetitas de su hija. La enorme experiencia que tenêa Pedro con las mujeres le decêa que debêa aguardar un poco más y la tendrêa rogándole porque la desvirgara. Momentos más tarde no hubo más necesidad de la cinta de seda. Pedro liberó a su hija gozando de cómo esta le miraba têmidamente.

Hasta hace poco Esperanza se habêa preguntado porque su madre la habêa llevado de manera tan repentina de compras, a la estética, porque del baño después de la cena y porque le habêa obligado a depilarse el poco vello que le crecêa alrededor de la conchita. Ahora lo sabêa...

Esperanza habêa disfrutado del nuevo atuendo, el corte de pelo a la moda y el maquillaje sin saber para que era. Ahora no era estúpida, sabêa perfectamente que su padre estaba dispuesto a hacerla suya y se encontraba un poco temerosa de lo que estaba por venir.

Permaneció recostada con sus piernas separadas y el hombre que le dio la vida en medio de ellas desnudándose a toda velocidad pero sin dejar de besar sus tetas, su cuello, su pancita que tanta vergüenza le daba pero ahora parecêa ver lo atractiva que le resultaba a un hombre como su padre.

Cuando su padre la beso apasionadamente en los labios ella solo pudo decirle a su oêdo: "Lo siento papi, no se como hacerlo..."

Pedro deslizo rápidamente su mano hasta por debajo de la panty de su hija y sintiendo lo mojada que estaba le dijo: "Tal vez tu no sepas que hacer amor pero tu conchita si... mira lo mojada que esta, se esta alistando para que papi la penetre. Pronto estará lista para el pene de tu papi amor..."

La beso en los labios y esta vez su hija trato de corresponderle con un beso torpe pero delicioso.

-Hija... te amo tanto...- la volvió a besar- estoy a punto de romper tu conejito amor... te amo tanto... tanto te amo que estoy a punto de desvirgarte.

Esas palabras causaron que Esperanza se mojara aún más. Su corazón latió salvajemente y su respiración se volvió irregular. Permaneció recostada emitiendo ligeros gemidos mientras su papi terminaba de remover su ropa. Se sorprendió a sê misma al no sentir ninguna pena con su padre que la miraba desnuda en su totalidad en determinado momento.

Después de esto su padre se arrodillo en medio de sus piernas y removiendo su bata de baño le regalo a su hija un primer vistazo a lo que es un pene erecto en su totalidad. Nunca se imagino que algo tan grande pudiera entrar en una mujer. Sintió miedo y excitación a la vez pero acabo haciéndose una promesa a sê misma: "El pene de su padre serêa suyo completamente esa noche o morirêa en el intento".

-Tu madre me ha dicho que no has tomado la pêldora y te encuentras en la etapa más fértil. Para serte sincero no tengo condones asê que hay muchas posibilidades de que te embarace, aún quieres seguir?

La mente de Esperanza era un remolino. Apenas el dêa anterior se habêa sentido insignificante, ahora no solo su padre la querêa desvirgar si no que al parecer querêa embarazarla. Su corazón lo amaba tanto que las palabras salieron automáticamente: "Si papi" le respondió con lágrimas en sus ojos.

-No hay necesidad de que sigamos dándole vueltas hijas... al parecer estas lista... estas lista para convertirte en mujer y... tal vez... en... madre...- le dijo su padre al momento en que se hacêa para delante y recargaba su peso en los codos.- No puedo esperar más hija... te necesito desesperadamente.

Por primera vez en su vida Esperanza se sintió sin pudor alguno y se convirtió en una mujer atrevida:
-No me hagas esperar más papito. Dime que hacer, haré todo lo que tu me digas con tal de tenerte... por favor papi... hazme tuya... hazme mujer... hazme todo lo que quieras.
Esperanza separo más sus piernas al sentir la punta del pene de su padre palpitar en la entrada de su conchita. Sus jugos hicieron su labor y la cabeza gorda comenzó a hundirse. Esperanza sintió un enorme dolor, como si la cabeza raspara toda su conchita al ir entrando pero poco después vino el placer al sentir como su túnel era invadido por el ser que más amaba en la vida.

Pedro observo como los ojos de su hija se volvêan brillosos y llenos de placer y decidió que era hora de acabar con su virginidad.

-AAaaaauuuuuugggghhhhhh- Grito su hija al sentir como su himen se desgarraba poco a poco con la dura cabeza del pene de su padre- Papittooooo Aaaahhhhhh hmm

-Todo esta bien hija hmmm.... pronto pasará... Ooooohhhh hmm

Esperanza sintió como su padre comenzaba a embestirla lentamente. Al fin habêa logrado entrar todo el pene de su padre! Lo sentêa hasta el fondo de su conchita y le estaba encantando. Comenzaba a sonreêr pero los espasmos de un orgasmo la hacêan gritar de placer. Pronto se encontró con que gritaba desesperada llena de placer el nombre de su padre.

-Aahhhh Pedro!! Diossss amor te amo tanto!- Le estaba llamando por su nombre y le estaba diciendo amor… Esperanza jamás tuvo consciencia plena de ello pero parecêa excitarle. Le gustaba sentir que su padre era suyo al menor por esa noche.

Cuando tuvo su orgasmo, Pedro la bombeo lentamente para que ella lo disfrutara al máximo pero una vez que termino, Pedro la comenzó a embestir con todas sus fuerzas. Su conchita reaccionaba al pene de su padre y el pene de su padre reaccionaba a su conchita a la perfección. Se habêan entendido perfectamente en la cama padre e hija.

Pronto Esperanza comenzó a mover sus caderas con desesperación en busca de la leche de su padre. En busca de la semilla de vida que le habêa prometido su padre.

Mientras los dos gemêan de placer su madre los veêa desde la puerta. Esperanza la miro pero no tuvo pena alguna si no al contrario comenzó a moverse con más fuerza y sensualidad diciéndose a sê misma: "esto es lo que querêas mami? Ahora verás de lo que soy capaz de hacer con un pene como el de papi..."

Al verla Pedro no pudo aguantar más y vació toda su leche en el interior de su hija.

-No puedo más hija AAAAHHHHHHH

-Si papi vente... Aaaahhhhhh siiii hazme un bebe papitoo!!!

Fue como si una bomba hubiera explotado en su interior. La gran cantidad de leche la inundó y lo único que pudo decir fue: "Puedo sentirlo... es mi bebe"
.
.
saludos.
 

astroboy

Virgen
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muy bien relatado.. pareciera estar viendo una pelicula jjjj, GRACIAS
 

Immanuelle

Virgen
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Falta de autoestima


Tristemente, Esperanza, mira su reflejo en el espejo e instantáneamente siente una mezcla de desesperación y frustración. Sabe perfectamente que no es igual a las otras chicas de su edad. Ella mide tan solo 1.58, se siente incomoda con su cuerpo. Gorda y delgada de los brazos, as�* es como su falta de autoestima la hace verse. Es tanta la falta de autoestima que vive sintiéndose una rareza, un fenómeno. Vive a su vez reprochándose todo lo que come o deja de comer. La anorexia a vecina su vida si es que nadie hace algo.

Una lágrima resbala por su mejilla mientras ella piensa en la vida de sus amigas de la universidad. Una vida llena de amistades y novios. Una vida totalmente distinta a la suya que encuentra aburrida y triste.

Esperanza sabe que la mayor�*a de sus problemas actuales nacen de su timidez. Cuando era una niña soñaba con ser una chica popular llena de amigas y novios pero ahora sabe que eso nunca pasará. Limpiándose las lágrimas con un pañuelo en su mano izquierda llora desesperanzada y se dispone a limpiar su habitación como lo ha hecho todas las mañanas ahora que esta de vacaciones.

En otra parte de la casa sus padres discuten por lo mismo de siempre:

-Debemos hacer algo Pedro, la niña no puede seguir as�*.- Le dice la madre de Esperanza a Pedro, el padre de Esperanza, mientras se sirve una taza de café.- Nunca sale de la casa si no es para ir a la universidad. Me tiene muy preocupada Esperanza. A sus 18 años ya era para que saliera más. Incluso deber�*a de tener un novio. Se la pasa encerrada en su habitación haciendo tarea y leyendo, esa niña necesita distraerse en algo distinto. Porque nuestra hija no actúa como cualquier otra chica de su edad? Todas las madres hablando de los problemas que tienen con sus hijas porque se la quieren pasar en fiestas y la nuestra es todo lo contrario, no sale de la casa para nada. Vaya iron�*a!

-Ya lo se mujer pero que podemos hacer nosotros al respecto? Ambos sabemos que nuestra hija es t�*mida. He intentado ya varias veces acercarla a las hijas de mis amigos, incluso a las que se que son más problemáticas para ver si cambia su actitud pero cada vez que pienso que al fin lo hará volvemos a lo mismo.

La madre de Esperanza llevaba semanas preocupándose por los problemas de su hija. Estaba realmente preocupada por el bienestar de Esperanza. Perfectamente sab�*a que lo que su hija necesitaba era de alguien que le ayudara a salir de su timidez y por lo mismo hab�*a venido planeando desde hac�*a varios d�*as una manera de lograrlo.

Haciendo a un lado su silla, la madre de Esperanza cuyo nombre es Catalina, camino alrededor de la mesa hasta llegar a donde estaba su marido y se sentó en sus piernas como sol�*a hacerlo cada vez que quer�*a algo. Suavemente lo beso en los labios asegurándose de que su esposo sintiera la presión de sus senos contra su pecho. Pedro aunque se vio sorprendido del enorme gesto de afecto de su esposa, pronto le respondió el beso jugueteando con su lengua mientras sus manos recorr�*an el cuerpo lleno de curvas de Catalina con mucha maestr�*a.

-Mujer eres una bomba!- Le dijo Pedro a su mujer al momento en que dejaron de besarse-La última vez que me besaste de esa manera me costo un automóvil. Acaso será que me vas a pedir otra cosa?

-Por su puesto que no Pedro... que cosas dices. Acaso no puedo besar a mi marido as�* sin pedirle algo? Me haces sentir como una interesada. Yo te amo mucho.

-Yo se que me amas Catalina pero también te conozco. Estoy seguro de que quieres algo. Algo tienes en mente. Lo puedo ver en tus ojos que en estos momentos me miran como tanto me gusta que lo hagan.

Catalina beso en la mejilla a su esposo y se acomodo para comenzar a desabotonar el pantalón de Pedro y dejar que esa enorme erección quedara libre.

-Hmm tal vez si quiera algo... pero no creas que soy una mal agradecida, prometo darte algo a cambio... algo que tu siempre has querido Pedro.

-Y que es eso que tienes pensado darme?- le pregunto Pedro con una sonrisa en su rostro contento de conocer tan bien a su esposa que sin decirle nada lo volvió a besar con mucha pasión. Finalmente, Catalina rompió el profundo beso y le dijo mirándolo seriamente a los ojos:

-Te daré mi virginidad.

Pedro rió a sabiendas que su mujer hab�*a dejado de ser virgen desde hac�*a ya varios años y pensando que todo hab�*a sido tan solo una broma.

-Esa no...- replicó Catalina sintiéndose un poco molesta ante la burla de su esposo-Te daré mi culo. Tú siempre lo has querido no me vas a mentir ahora... Si prometes hacer lo que yo te diga será tuyo...- le dijo suavemente al o�*do.

Desde que se casaron, Pedro siempre le hab�*a querido dar por el culo a su esposa pero ella siempre se hab�*a negado. La intentó convencer por años pero nunca tuvo éxito ya que a su mujer le parec�*a algo sumamente doloroso.

Hubo una noche en la que la intentó forzar pero pronto se arrepintió pues su esposa molesta le limitó las relaciones sexuales y durante 1 mes no la pudo tocar. Después de eso Pedro renunció a su persecución y hasta este entonces volv�*a a tocarse el tema.

Los ojos de Pedro se llenaron de excitación y deseo al o�*r la oferta que le hac�*a su mujer. Su erección se alzo al máximo como en mucho tiempo no la hab�*a visto, estuvo a punto de aceptar la oferta inmediatamente pero fue prudente y quiso mejorar la negociación.

-Lo haré si prometes que lo haré a mi manera. Aún cuando duela mucho la manera en que yo quiera hacerlo...

El corazón de Catalina latió rápidamente al imaginar ese enorme pedazo de carne en su culo y sentir un enorme temor al dolor que deb�*a sentirse. Sab�*a que su esposo era gentil a la hora de hacer el amor pero también sab�*a del enorme deseo acumulado que deb�*a tener por romperle el culo.

-Ah y otra cosa...- dijo Pedro.- Lo quiero ahora mismo...

Catalina sintió la enorme erección de Pedro palpitando en su trasero. Sab�*a que no pod�*a dar marcha atrás pues realmente le interesaba lo que pod�*a conseguir dándole el culo a su marido.

-Enviaré a Esperanza al súper mercado... ve preparando todo.- le dijo a su esposo mientras se pon�*a de pie y se encaminaba a la habitación de su hija.

Más tarde en la habitación de la pareja:

Finalmente Catalina terminaba de quitarse sus panties y quedaba completamente desnuda mirando de cara a su marido. El enorme y gordo pene de Pedro se encontraba tan r�*gido que pensó que le estallar�*a. Un enorme miedo recorr�*a su cuerpo tan solo de pensar que todo eso le meter�*a por el culo.

-Como me lo quieres hacer?- le pregunto temerosa a su marido sintiendo su concha empapada.

En eso, Pedro terminaba de untar lubricante en la gorda cabeza de su miembro al tiempo en que sonre�*a a su mujer lleno de felicidad.
-Como siempre lo he soñado. Quiero estar parado detrás de ti mientras tú te pones a 4 patas sobre la cama cariño.
Con miedo Catalina se coloco como tantas veces hab�*an hecho el amor antes solo que esta vez el orificio ser�*a distinto.

-Eso es cariño...- le dijo Pedro al ver que su esposa se colocaba en la posición perfecta.- Abre las piernas un poco amor...as�*... perfecto preciosa- le dec�*a mientras se acomodaba detrás de ella.

Catalina dio un salto y grito de dolor al sentir como las manos de Pedro la sujetaban del trasero. Comenzó a elevar un poco su culo, ofreciéndoselo más a plenitud a su esposo pero este con una mano la forzó a regresar a la posición inicial mientras con la otra comenzaba a darle pequeñas nalgaditas.

Para cuando Pedro terminó de nalguear a su mujer, el culo de esta le ard�*a de dolor. De pronto, Catalina sintió como Pedro se acomodaba detrás de ella buscando con su duro pito la entrada tan añorada. La enorme erección pronto encontró el camino y como una rápida cuchillada entró en su culo quitándole el aliento y haciéndola vibrar violentamente sobre la cama al tiempo en que sus tetas se mov�*an incontrolablemente.

-Aaarrrrrgggggghhhhh diossss!!! Aaaahhhhhh- Gimió Catalina sumergida en un mundo de placer y dolor mientras los dedos de su marido retorc�*an sus pezones causándole más dolor.

-Esto era lo que quer�*as y ahora lo vas a recibir maldita perra rica! Hmm- Gritaba Pedro en un tono desconocido para su esposa que lo encontraba distinto, como si algo lo hubiese posesionado.- Deb�* haberte roto el culo desde hace muchos años putita... mira que rico y apretado lo tienes... Aaahhhhh... te voy a partir en dos maldita puta...
Las manos de Pedro al abrirle las nalgas a Catalina con fuerza le regalaban la visión de su tieso pene entrando y saliendo de ese rico agujerito rosado.

Catalina, en cambio, sent�*a sus jugos vaginales escurriendo por sus muslos al tiempo que era penetrada salvajemente por Pedro.

-Ten cuidado Pedro... aaahhhhh... cuidado... por... favor...hmm... detente me estas haciendo daño... detente... aahhhh

Catalina sent�*a desmayarse del intenso dolor en su culo pero las ganas de seguir disfrutando de un vergón como el de su marido le hac�*an mantenerse viva.

En un momento dado, cuando la verga de Pedro entraba y sal�*a hasta la mitad en el culo de Catalina, Pedo con un dedo comenzó a incitar el cl�*toris de su mujer haciéndola perder la cabeza.

-Aaahhhh Pedro por favor!! Hmmm Aaaahhhhhh- Sus movimientos sobre la cama eran incontrolables. El dedo de su marido la hac�*a sentirse plena. Era como si su marido tuviera el dedo sobre un gatillo. Él ten�*a el control total de su cuerpo para esos momentos. En el momento en que él lo quisiera jalar�*a de ese gatillo y la har�*a explotar en un tremendo orgasmo.

Cuando el momento llego, el orgasmo de Catalina fue tan intenso que sus jugos dieron a parar en gran parte hasta los test�*culos de Pedro que chocaban contra sus ricas nalgas.

-Aaaahhhhhh</SPAN>!!! Siiiii Pedrrooooo!!! Másssss que ricooo más!!

Sujetándola con fuerza de las caderas, Pedro lanzó su pene hasta el fondo del culo de Catalina y se movió con toda su fuerza hasta explotar y vaciarle toda la leche en el culo sin mostrar piedad.

-Aaahhhh eres tan putaaaaa hmmm que delicia Aaaahhhhhh.

Catalina sintió que la leche le llenaba el agujero e intentó huir a las duras embestidas de su marido pero las manos de este la sujetaban tan fuerte que le fue imposible. En cada embestida su marido depositaba una incre�*ble cantidad de leche. No fue si no hasta que se sintió seco de los huevos que paro y se dio cuenta de que su mujer hab�*a perdido la consciencia...

Pedro decidió esperar a que su mujer recobrara la consciencia en la habitación. No fue si no hasta pasadas dos horas que su mujer la recobró y ahora ella le pidió cumplir con su parte.

-Debes estar bromeando!- le dijo Pedro a Catalina.

-No estoy bromeando. La única manera en que Esperanza sienta confianza en s�* misma es sintiéndose amada y especial. Ahora debes prometerme que harás lo que te he pedido. No puedes echarte para atrás ahora que yo he cumplido mi parte.

-Pero ella es nuestra hija! No puedo hacerle algo como eso. Lo siento Catalina. No creo que este bien.

-Te prometo que para cuando yo hable con ella tu no podrás quitarle las manos de encima. Ya te he dicho mi plan. Mañana temprano yo la llevare de compras y tú harás lo tuyo por la noche.

La mañana siguiente Catalina y Esperanza salieron de comprar mientras Pedro iba a trabajar nervioso, preguntándose porque demonios se le habr�*a ocurrido a su esposa una cosa as�*. El d�*a se fue lento y parec�*a nunca terminar. La hora llegó y Pedro salió de un mundo de trabajo y tráfico para llegar a su casa.

Lo primero que Pedro noto fue el nuevo corte de pelo de Catalina. Ya no era más el pelo revuelto y mal peinado, ahora era un poco más corto y ca�*a sensualmente alrededor de sus hombros.

A la hora de cenar, Pedro no hac�*a otra cosa que alabar el hermoso corte de pelo de su hija a lo cual ella agradec�*a con sonrisas discretas pero llenas de felicidad. Incluso podr�*a decirse que las sonrisas conten�*an un ligero toque de coqueter�*a.

Después de una cena amena, Catalina guiñándole el ojo, le dijo a Pedro que se fuera a dar un baño mientras ella y Esperanza hac�*an cosas de mujeres. Pedro as�* lo hizo y después de darse un baño se sentó a ver televisión en su bata de baño a sabiendas que no tardar�*a en entrar su esposa y decirle que todo estaba listo para que él entrara en acción. Aún as�* se sent�*a nervioso.

No tuvo que esperar mucho pues Catalina a los 10 minutos llego y lo beso apasionadamente diciéndole: "Gracias por hacer esto amor. Nuestra hija esta en nuestra habitación... esperándote a ti."

Antes de que Pedro pudiera abandonar la sala donde hasta hace unos minutos se encontraba viendo televisión su esposa le dijo: "Recuerda ser gentil amor... no hagas nada de lo que me hiciste ayer a m�* eh? Yo aún no me puedo sentar bien y mira cuantos años tenemos haciéndolo..."

-Estas segura de esto?- Preguntó Pedro una vez más aún sin creer lo que estaba a punto de hacer.

-Más segura nunca he estado. Esto es lo mejor amor... ahora ve y haz de nuestra hermosa hija una mujer.

Cuando Pedro entro en la habitación se detuvo inmóvil al ver a su hija. Esperanza se encontraba en la cama con tan solo un hermoso vestido semitransparente el cual a penas y lograba cubrir parte de sus hermosos y delicados muslos.

El vestuario combinado con su nuevo corte de pelo y su hermosa piel cubierta de maquillaje hab�*an transformado a su hija.
-Papi?- Esperanza pregunto con tierna voz.
Solo hasta ese entonces Pedro se percató que su hija estaba atada a la cama con cordones de seda que iban desde sus tobillos y muñecas a cada esquinero de la cama. Pedro se encontraba a punto de realizar un sacrificio virginal. Pedro camino por toda la habitación sin despegar sus ojos de su hija y se sentó a un lado de esta.

-Porque mi mamá me ato de esta manera? Pasa algo malo papi?- Esperanza preguntó llena de incertidumbre.
Pedro sacudió su cabeza y le sonrió a su hija.
-No hija. No pasa nada malo. Si no todo lo contrario amor... Eres un regalo que el cielo me ha dado. El regalo más hermoso e inimaginable hija.- Para ese entonces el pene de Pedro se encontraba totalmente erecto pero recordando las palabras de Catalina trato de calmarse para poder ser lo más amable posible.

Esperanza miró a su padre con sus inocentes ojos azules y le pregunto:

-Un regalo que el cielo te ha dado? No entiendo papá...

-Pronto lo harás hija... pronto lo harás... te desataré un poco amor pero primero haré lo que siempre hago con todos los regalos que recibo.

-Que vas hacer papi?

-Desenvolver mi regalo amor... no puedo ver mi regalo si no quito la envoltura o si?

Su hija parec�*a no entender lo que estaba pasando hasta que su papi la alzo un poco y mientras con sus manos desabotonaba a toda velocidad los botones del nuevo vestido de su hija, con mucho cuidado la beso en los labios.

Pedro se perdió en el dulce sabor de aquellos labios e incluso sintió que flotaba por un momento. Eran tan suaves y tiernos que daban ganas de no separarse de ella jamás. Su perfume de niña virgen era embriagador. Parec�*a no tener marca propia pero lo alentaba a desvirgarla lo antes posible.

Pedro se sentó y observó a cara de terror en la cara de Esperanza mientras ve�*a atento sin perder detalle alguno lo que su papi hac�*a con su vestido.

-Papi... que estas haciendo papi... detente...- le suplico.

Esperanza lucho contra la cinta de seda que la ten�*a atada a la cama para poder detener a su papi pero era demasiado tarde. La respiración de Pedro ceso y sus ojos brillaron como nunca al ver el incipiente pecho desnudo de su hija. Eran las tetas de su hija! Las tetas más lindas y tiernas que hab�*a visto en su vida. No eran enormes, eran del tamaño de dos naranjas pero con una forma tan perfecta y coronadas por unos deliciosos pezones rosados que le hicieron perder la cordura.

-No papi! Por favor detente papito!- Le escucho a decir a su hija mientras su boca mágicamente se hund�*a en sus preciosas tetitas. Momentos después pudo o�*r de su preciosa hija un pequeño: -Hmm papi…- en el momento en que su boca succiono delicadamente la carnita de sus pechitos.

Conforme el tiempo pasaba comenzó a sentir como su hija se relajaba y Pedro succionaba con más y más confianza las tetitas de su hija. La enorme experiencia que ten�*a Pedro con las mujeres le dec�*a que deb�*a aguardar un poco más y la tendr�*a rogándole porque la desvirgara. Momentos más tarde no hubo más necesidad de la cinta de seda. Pedro liberó a su hija gozando de cómo esta le miraba t�*midamente.

Hasta hace poco Esperanza se hab�*a preguntado porque su madre la hab�*a llevado de manera tan repentina de compras, a la estética, porque del baño después de la cena y porque le hab�*a obligado a depilarse el poco vello que le crec�*a alrededor de la conchita. Ahora lo sab�*a...

Esperanza hab�*a disfrutado del nuevo atuendo, el corte de pelo a la moda y el maquillaje sin saber para que era. Ahora no era estúpida, sab�*a perfectamente que su padre estaba dispuesto a hacerla suya y se encontraba un poco temerosa de lo que estaba por venir.

Permaneció recostada con sus piernas separadas y el hombre que le dio la vida en medio de ellas desnudándose a toda velocidad pero sin dejar de besar sus tetas, su cuello, su pancita que tanta vergüenza le daba pero ahora parec�*a ver lo atractiva que le resultaba a un hombre como su padre.

Cuando su padre la beso apasionadamente en los labios ella solo pudo decirle a su o�*do: "Lo siento papi, no se como hacerlo..."

Pedro deslizo rápidamente su mano hasta por debajo de la panty de su hija y sintiendo lo mojada que estaba le dijo: "Tal vez tu no sepas que hacer amor pero tu conchita si... mira lo mojada que esta, se esta alistando para que papi la penetre. Pronto estará lista para el pene de tu papi amor..."

La beso en los labios y esta vez su hija trato de corresponderle con un beso torpe pero delicioso.

-Hija... te amo tanto...- la volvió a besar- estoy a punto de romper tu conejito amor... te amo tanto... tanto te amo que estoy a punto de desvirgarte.

Esas palabras causaron que Esperanza se mojara aún más. Su corazón latió salvajemente y su respiración se volvió irregular. Permaneció recostada emitiendo ligeros gemidos mientras su papi terminaba de remover su ropa. Se sorprendió a s�* misma al no sentir ninguna pena con su padre que la miraba desnuda en su totalidad en determinado momento.

Después de esto su padre se arrodillo en medio de sus piernas y removiendo su bata de baño le regalo a su hija un primer vistazo a lo que es un pene erecto en su totalidad. Nunca se imagino que algo tan grande pudiera entrar en una mujer. Sintió miedo y excitación a la vez pero acabo haciéndose una promesa a s�* misma: "El pene de su padre ser�*a suyo completamente esa noche o morir�*a en el intento".

-Tu madre me ha dicho que no has tomado la p�*ldora y te encuentras en la etapa más fértil. Para serte sincero no tengo condones as�* que hay muchas posibilidades de que te embarace, aún quieres seguir?

La mente de Esperanza era un remolino. Apenas el d�*a anterior se hab�*a sentido insignificante, ahora no solo su padre la quer�*a desvirgar si no que al parecer quer�*a embarazarla. Su corazón lo amaba tanto que las palabras salieron automáticamente: "Si papi" le respondió con lágrimas en sus ojos.

-No hay necesidad de que sigamos dándole vueltas hijas... al parecer estas lista... estas lista para convertirte en mujer y... tal vez... en... madre...- le dijo su padre al momento en que se hac�*a para delante y recargaba su peso en los codos.- No puedo esperar más hija... te necesito desesperadamente.

Por primera vez en su vida Esperanza se sintió sin pudor alguno y se convirtió en una mujer atrevida:
-No me hagas esperar más papito. Dime que hacer, haré todo lo que tu me digas con tal de tenerte... por favor papi... hazme tuya... hazme mujer... hazme todo lo que quieras.
Esperanza separo más sus piernas al sentir la punta del pene de su padre palpitar en la entrada de su conchita. Sus jugos hicieron su labor y la cabeza gorda comenzó a hundirse. Esperanza sintió un enorme dolor, como si la cabeza raspara toda su conchita al ir entrando pero poco después vino el placer al sentir como su túnel era invadido por el ser que más amaba en la vida.

Pedro observo como los ojos de su hija se volv�*an brillosos y llenos de placer y decidió que era hora de acabar con su virginidad.

-AAaaaauuuuuugggghhhhhh- Grito su hija al sentir como su himen se desgarraba poco a poco con la dura cabeza del pene de su padre- Papittooooo Aaaahhhhhh hmm

-Todo esta bien hija hmmm.... pronto pasará... Ooooohhhh hmm

Esperanza sintió como su padre comenzaba a embestirla lentamente. Al fin hab�*a logrado entrar todo el pene de su padre! Lo sent�*a hasta el fondo de su conchita y le estaba encantando. Comenzaba a sonre�*r pero los espasmos de un orgasmo la hac�*an gritar de placer. Pronto se encontró con que gritaba desesperada llena de placer el nombre de su padre.

-Aahhhh Pedro!! Diossss amor te amo tanto!- Le estaba llamando por su nombre y le estaba diciendo amor… Esperanza jamás tuvo consciencia plena de ello pero parec�*a excitarle. Le gustaba sentir que su padre era suyo al menor por esa noche.

Cuando tuvo su orgasmo, Pedro la bombeo lentamente para que ella lo disfrutara al máximo pero una vez que termino, Pedro la comenzó a embestir con todas sus fuerzas. Su conchita reaccionaba al pene de su padre y el pene de su padre reaccionaba a su conchita a la perfección. Se hab�*an entendido perfectamente en la cama padre e hija.

Pronto Esperanza comenzó a mover sus caderas con desesperación en busca de la leche de su padre. En busca de la semilla de vida que le hab�*a prometido su padre.

Mientras los dos gem�*an de placer su madre los ve�*a desde la puerta. Esperanza la miro pero no tuvo pena alguna si no al contrario comenzó a moverse con más fuerza y sensualidad diciéndose a s�* misma: "esto es lo que quer�*as mami? Ahora verás de lo que soy capaz de hacer con un pene como el de papi..."

Al verla Pedro no pudo aguantar más y vació toda su leche en el interior de su hija.

-No puedo más hija AAAAHHHHHHH

-Si papi vente... Aaaahhhhhh siiii hazme un bebe papitoo!!!

Fue como si una bomba hubiera explotado en su interior. La gran cantidad de leche la inundó y lo único que pudo decir fue: "Puedo sentirlo... es mi bebe"
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saludos.
nunca e starde para soñar
 
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