El maduro

Jugodevida

Estrella Porno
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¡¡El maduro!!
Hola, soy un hombre, de algo más de los 60 años, me podría catalogar como maduro, así lo creo yo, ya que me encuentro bien físicamente, de mentalidad extraordinario, lo podéis comprobar los que leáis este relato, ya que soy yo el que va dictando al escritor. Me he decidido a escribir mi experiencia porque he leído mucho de chicas jóvenes a los que ponen los hombres maduros, a veces dejan constancia de su experiencia de las que soy muy aficionado a leer.

A mí me gustan las jovencitas, ¡¡como no me han de gustar!! en la juventud está la perfección, hablo en cuanto a lo físico, otra cosa es la técnica, la sensualidad y la coquetería de la mujer, esto se va aprendiendo a la vez que la materia se va degradando, esto mismo le pasa al hombre, me pasa a mí. En este relato os contaré una experiencia que tuve con una chica de no más de 22 años, fue un encuentro casual, yo suelo ir a una alameda hacer un rato de piernas, al menos hay dos kilómetros para dar una vuelta completa, en esta distancia el ayuntamiento ha colocado varios puntos para juegos de niños, zonas para mono patines, baloncesto, también hay para hacer bicicleta estática y otros tipos de ejercicios.

Después de una hora caminando y de ejercicio me senté en un banco, estaba con mi móvil mirando las calorías quemadas cuando pasa una chica joven andando, me fijo en ella al darme cuenta que llevaba la mirada como pérdida, sus ojos los note rojos y cristalinos de haber estado llorando, caminaba lento como si estuviera cansada, me hice a un extremo del banco y llamando su atención la invite a sentarse, ella parece que así lo deseaba, sin decir palabra se sento en medio del banco, parecía agotada, necesitaba un descanso.

Apenas se sento reclinó su espalda en el respaldo, doblo su cabeza bajando lento su cuerpo hasta quedar apoyada en el asiento del banco, yo estaba al otro extremo de su cabeza, me levanté le subí sus piernas en el banco y quedó completamente estirada a lo largo del asiento, la tape bien las piernas, ya que llevaba falda, fui a mí coche que estaba a unos metros, tome una pequeña manta que en el llevaba, también una toalla que usaba para lavarme la cara cuando volvía de mi caminata, se la puse de cabecera, le tape las piernas y espere a que se recuperará.

Pasó una larga hora para que despertara, se incorporó sentándose en el banco, me dio las gracias por mi atención, me dijo que me sentara, comenzó a contarme su historia.
_Me llamo Lucía, soy de un pueblo de al lado, salí temprano sin rumbo, vine en el autobús, y comencé a dar vueltas sin saber que camino tomar, tengo novio, me faltan 16 días para mí boda, ayer lo pillé follando con una de mis mejores amigas, por no matarlos a los dos, esta mañana salí lejos de donde pueda verlos. No he comido nada, ¿podrías decirme dónde puedo ir a tomar algo.?
_Como no, claro que puedo, vamos a mí coche, te llevaré. Como iba con esa ropa, tras una larga mañana, los zapatos, pensé en que quería ducharse y descansar, me dirigí hacia un hotel de tres estrellas, donde alojarla al menos para esa tarde y noche, entramos a recepción y alquile una habitación, le dije que no se preocupara por el dinero, que yo la invitaba, ella me sonrió, me dijo que un día me lo pagaría, que no era pobre.

Llegamos a recepción, pague la habitación, le dije al recepcionista que mandara a un empleado a la habitación en una media hora, para pedirle comida y darle la ropa de la chica para lavarla y secarla, cogimos el ascensor y subimos a planta. La habitación tenía buenas vistas, daba a una calle principal, tenía una cama de matrimonio,

Lucia entro en el baño, debería de ir precisada, le dije que se quitará la ropa, que iban a pasar a por ella para lavarla, que pensará lo que iba a tomar de comida, el camarero no tardaría en llegar. En diez minutos salió del baño, llevaba puesto un albornoz, no se lo había sujetado, por lo que se le abría por su delantera, su ropa la llevaba en una mano, con la otra se mantenía cerrada la bata, la chica estaba muy sensual, se había soltado su pelo, tenía un hermoso cuello, marcado por los huesos del hombro y el esternón, ella estaba sonriente, como agradecida por mi interés, cosa que me gratificaba todas mis molestias sufridas, en un momento de picardía se abrió ambos lados de la bata, dejando a mí vista toda su silueta femenina.

Tenía un cuerpo perfecto, unos buenos pechos bien puestos, unos pronunciados pezones erguidos hacia arriba, unas caderas sinuosas, no siendo muy marcadas, unos muslos redondos, piernas estilizadas, el pubis tenía algo de pelo, pero no me alcanzó el tiempo que estuvo destapado en recrearme en el, pero no era muy abundante, fui algo discreto al mirar, mucho para mis pretensiones, diría yo.

En ese momento tocaron a la puerta, una camarera venía a por la ropa y ver que íbamos a comer, nos informo del menú del día y pedimos lo que más nos gustó, mientras traían la comida ella entró de nuevo al baño y se ducho, en quince minutos vino la comida, ella salía del baño a la vez, en una pequeña mesa que había en el balcón, mirando las vistas comimos los dos, entre risas y alguna lágrima, me contó parte de la historia de su vida, al menos de este último tramo tan amargo.

Después de comer quité todo de la mesa, dejándolo recogido para que se lo llevará la camarera cuando viniera, entro a la habitación y Lucia estaba tirada encima de la cama, se había echado en una postura trasversal, los pies en el suelo y su culo cerca de la orilla del colchon., Al quedar mirándola noto que mueve sus brazos, sus dedos estabas asidos a cada extremo de la bata, abriéndose cada parte de esta, para cada lado de su brazo, me sonríe y mira fija sin decir una palabra, yo entendí que era una invitación para disfrutar de su cuerpo, me quedo de pie mirando el espectáculo.

Quería disimular, pero notaba como cada célula de mi cuerpo se alborotaba, lo que estaba viendo era magnífico, los pechos conservaban su forma, no los vencía la fuerza de la gravedad, tal los veía de pie, los mantenía boca arriba, su cara era bellísima, su pelo alborotado por secarse por evaporación, le daba un toque de sensualidad latina, sus negros pezones, con un gran rolde, tan morenos como los pezones, su tórax marcaban las costillas, el estómago se sumergía entre ellas, debía de hacer gimnasia, los huesos de la pelvis levantaban de su pubis, la vagina marcaba una ligera sonrisa, por la cual aparecían sus labios mayores, estado bien rasurados de vello, tan solo subía un hilo por su pubis en forma de cascada. Sin apenas inmutarse con una semi sonrisa me dice ¡¡Hasta mañana todo, es tuyo, disfrútalo!! (Continuará)
Jugodevida
 

k66

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Muy bueno impaciente espero la continuacion
 
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